La inseminación traumática de las chinches

Plagas ha habido siempre. El problema es cuando las infecciones son generalizadas. Xavier Sistach, entomólogo, autor del blog en el que recoge sus estudios sobre insectos, se sorprende delas noticias alarmistas sobre las chinches de cama o Címex Lectolarius. "Esto que está pasando en París es aglo puntual" Podemos encontrarlas en cualquier ciudad, en hoteles, en transporte público... Se esconden en las costuras y aprovechan las horas de sueño para, atraídas por el CO2, alimentarse de sangre humana. Las picaduras no son peligrosas, no contagian enfermedades. En una sociedad globalizada es muy fácil llevarlas de un sitio a otro. Pero eso no significa que haya un problema grave. Las chinches existen desde que el hombre vivía en cuevas.

Las altas temperaturas que estamos viviendo favorece su reproducción. "Algo curioso es la forma en la que se aparean es que el macho tiene un pene en forma de gancho que agujerea el abdomen de la hembra, inseminando en el punto exacto. Es lo que se llama inseminación traumática". Esta alteración climática es también la responsable de que este verano hayamos visto menos moscas de las que habitualmente aguantamos. El calor seca los huevos y nacen menos.

Los pesticidas no son una solución para estos insectos. Después de la II Guerra Mundial, en Francia, casi se erradicaron. Pero las que quedaron se hicieron resistentes al DDT, altamente contaminante. La mejor manera de deshacerse de ellas es llamar a un experto que fumigue.