Serendipias
Ciencia y tecnología

¿Es realmente malo para la salud comer palomitas quemadas?: ''Si no nos gusta el amargo, es por algo''

Ricardo Moure explica en Serendipias qué hay de verdad en esta popular creencia, y si realmente conlleva efectos perjudiciales para la salud

Moure oye voces | ¿Es malo comer palomitas quemadas?

Madrid

Hay pocos planes mejores para un día festivo, para una lluviosa tarde de otoño, o para un perezoso domingo que disfrutar de una buena película en la tranquilidad del sofá de tu casa mientras degustas con apetito un bol de palomitas hechas al microondas. El origen de esta inseparable pareja, las palomitas y el cine, tiene lugar a comienzos del siglo XX en Estados Unidos. El maíz era una materia prima abundante y barata, y pronto se convirtió en el principal producto que los vendedores de los puestos de comida ambulantes ofrecían a los clientes de las primeras salas de cine. El éxito de este snack fue tal, que a día de hoy continúa siendo la opción estrella en estos establecimientos.

Sin embargo, muchas veces, en la oscuridad que la actividad de ver una película requiere, coges una palomita más del recipiente, te la llevas a la boca y saboreas el inconfundible amargor de un grano de maíz carbonizado. Quizá por un defecto del producto, por la potencia del microondas, o por el tiempo que la bolsa ha estado en el electrodoméstico. Y seguramente, te hayas topado con la popular idea de que esta simple acción es perjudicial para la salud porque la palomita carbonizada contiene elementos cancerígenos. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre esta creencia tan extendida en la sociedad? Esta es una de las curiosidades de los oyentes de Serendipias que Ricardo Moure, doctor en biología, respondió en 'Moure oye voces', su consultorio científico, en el último episodio del programa mensual de divulgación científica de la Cadena SER, dirigido por Ignacio Crespo, que acaba de estrenar su tercera temporada.

El amargo, señal de alerta

"Es cáncer puro y duro", sentencia rotundo Moure. "Es algo que no es normal", comienza explicando en biólogo, "en primer lugar porque la carbonización se carga los azúcares de la palomita y convierte un montón de compuestos en compuestos de sabor amargo". "Es una guarrada", resume. Además, el divulgador expone que, el sabor amargo que sentimos al masticar una palomita quemada, inmediatamente rechazado por nuestro cuerpo como una sensación desagradable, es una señal de alerta. "Si no nos gusta es por algo", dice Moure, "es un indicativo de que algo no va bien".

Hágase el fuego

Por tanto, es efectivamente cierto que las palomitas quemadas sean cancerígenas (si bien el hecho de comerte una o varias no significa que vayas a desarrollar un cáncer de manera inmediata o inevitable). Y la explicación científica es la siguiente: "Alimentos como el maíz tienen una gran cantidad del aminoácido asparagina y, además, tienen muchos azúcares reductores. Y cuando estas dos cosas se calientan a altas temperaturas reaccionan y forman acrilamida, que es un compuesto cancerígeno", explica Moure. "Te puede pasar con las palomitas pero también con las pizzas o las tostadas muy quemadas. Todo lo que tenga cereal y esté muy quemado, fácilmente va a crear acrilamida, añade.

Un nuevo programa cada mes

En un tono humorístico, pero sin alejarse del rigor científico que caracteriza al programa, Ricardo Moure responde en cada episodio a las dudas más peregrinas que los oyentes de Serendipias puedan tener sobre cualquier cuestión científica. En este programa, por ejemplo, el biólogo también ha hablado sobre por qué la llama de una vela siempre va hacia arriba, o por qué el paladar se quema con más facilidad que otras partes del cuerpo. Serendipias, el programa de divulgación científica de la Cadena SER, publica una nueva entrega el segundo domingo de cada mes en todas las plataformas de audio.

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