Los perros aliados de los niños que declaran ante un juez
La Comunidad de Madrid cuenta con un programa en el que un perro acompaña a un menor que ha sido víctima de violencia a testificar en el juzgado para que su paso por el órgano judicial sea más agradable y facilitar la declaración
Los perros aliados de los niños que declaran ante un juez
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Madrid
Yanis camina sigilosa por una de las Oficinas de Asistencia a Víctimas de Delitos (OAVD) de Madrid, situada en Calle Albarracín número 31, en el Juzgado de Violencia sobre la mujer nº1. No es jueza, ni abogada, ni psicóloga, es una trabajadora particular; una galga. Se tumba en una colchoneta y espera paciente su momento. Va a acompañar a un menor a testificar en la sede judicial.
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Las OAVD están adscritas a los diferentes juzgados y en ellas las víctimas de violencia de género o maltrato familiar, entre otros delitos, reciben apoyo psicosocial. La de la calle Albarracín es la central y cada día recibe a menores a declarar por haber sido testigos o víctimas de algún delito violento. Que un menor declare en un procedimiento judicial no es fácil, es doloroso, pero cuando atraviesan la puerta del juzgado, un perro les espera para que su paso por el órgano judicial sea más agradable, para tranquilizarlos y apoyarlos. Es lo que debe hacer Yanis cada vez que acude a la OAVD. Su trabajo es muy sencillo: esperar pacientemente a que llegue el niño, acompañarlo minutos previos a la declaración y durante esta. Al final, el menor abandona la sede judicial con una foto con la galga. El objetivo es que se quede con esta sensación última y no con la del momento de la declaración.
Maria Jesús Juárez es la coordinadora de las OAVD y explica que "el paso por los órganos judiciales implica que la víctima tenga que hacer muchas declaraciones en instancias que pueden ser agresivas y cuando son niños es peor, sufren un daño enorme". Por ello, con el programa de Perros de Apoyo a Menores en Juzgados intentan que el mitigar este dolor que causa un procedimiento judicial: "Van a venir a contar algo que no les agrada o a hablar de algo que no quieren recordar o que ya han contado en multitud de ocasiones".
Yanis no está sola esperando al menor. Va junto a Laura, de la asociación Dogtor Animal, con la que la Comunidad de Madrid puso en marcha el proyecto en 2014. Desde entonces se han llevado a cabo más de 500 intervenciones en sedes judiciales de violencia de género, familia e instrucción. María Jesús Juárez recuerda que el proyecto no tuvo muy buena acogida por parte los jueces cuando empezó: "La idea de los perros les hizo gracia", pero ha demostrado ser efectiva y va in crescendo: el año pasado la demanda se incrementó un 92% con respecto al 2021 y solo en 2023 se ha solicitado la compañía de los perros en los juzgados en 60 testificaciones.
Yanis en la cámara Gesell
La declaración se lleva a cabo en la cámara Gesell: una habitación formada por dos salas separadas por un espejo bidireccional. La psicóloga forense es la encargada de hacerle las preguntas al menor que se sienta en un sofá junto a Yanis en una de las salas, mientras que el juez y las partes están en la otra. El espejo no solo los separa, sino que de modo que permite que el juez vea al niño, pero él no lo vea a él. "La función de Yanis es acompañar al menor, estar a su lado porque vienen muy nerviosos y a veces la diferencia entre declarar y no declarar depende de que esté o no esté el perro", explica Laura. María Jesús Juárez, por su parte, matiza que aunque la presencia del perro no significa necesariamente que el niño vaya a testificar porque influyen otros muchos factores, les ayuda mucho a relajarse: "Lo usamos como colchón emocional y cuando el niño está con él se tranquiliza al momento. Es instantáneo, nosotros le explicamos que un perrito lo acompañará".
El acompañamiento de los perros debe autorizarse por un juez. La familia del menor rellena un formulario que entrega a la OAVD donde hace constar que al niño le gustan los animales y no tiene ninguna alergia, tras lo que el magistrado aprueba que el animal esté presente en la prueba preconstituida. De este modo, si la declaración está bien hecha, el niño no tiene que volver a declarar y será válida durante todo el proceso judicial.
Yanis no trabaja sola en los juzgados. También acuden Eika, Dana o Dolar. Son perros muy tranquilos que son adiestrados y preparados para acompañar a los pequeños, expresaba contaba Vanesa, de Dogtor Animal, y quien impulsó el proyecto.
La galga espera en la OAVD la llegada del próximo niño al que tendrá que acompañar. Será su escudero. Como cada día que va, Yanis está tranquila y serena. No ladra. Una vez ladró a una vaca, pero desde entonces no ha vuelto a hacerlo.
Mariola Sarrió
(Ontinyent, 1995). Redactora en la web de la Cadena SER. Ganadora del Premio al Periodismo Social de...