Israel ha negado este miércoles que la masacre de cientos de personas por un bombardeo del hospital Al Ahli en Gaza haya tenido lugar y ha asegurado que el edificio no está destruido, que no ha sufrido daños graves y que únicamente hubo una explosión de menor envergadura en el aparcamiento adyacente, causada por un cohete fallido del grupo gazatí Yihad Islámica. «La explosión en el hospital Al Ahli se debe a un cohete de Yihad Islámica, cuyo lanzamiento falló. Están inflando las cifras de víctimas. No hubo un impacto directo en el hospital», ha afirmado en una rueda de prensa el portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes, Daniel Hagari. Según él, no hay pruebas que demuestren la culpabilidad israelí en el mortal ataque al hospital Al-Ahli en Gaza. «Según nuestra inteligencia, Hamás comprobó los informes y entendió que se trataba de un fallo de la Yihad Islámica Palestina. Luego lanzaron una campaña mediática mundial con cifras infladas de víctimas», ha dicho Hagari. «Entendieron con absoluta certeza que se trataba de un cohete lanzado por la Yihad Islámica Palestina». Hagari ha añadido que no se detectaron daños estructurales en los edificios cercanos. «Es imposible saber qué pasó tan rápido como Hamás afirmó saber», dijo Hagari. «Esa debería haber sido una señal de advertencia inicial». La Yihad Islámica se ha apresurado a acusar a Israel de mentir al presentar versiones contradictorias. El ataque contra el hospital Al Ahli Arab, en el norte de la Franja de Gaza, un establecimiento sanitario en el que se han reportado cientos de muertos y heridos por un bombardeo cuya autoría no asumen Israel ni el grupo islamista Hamás, ha desatado numerosas reacciones en el mundo y suma un nuevo ingrediente al conflicto que ya completa once días. Diferentes voces desde el Consejo Europeo hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), Médicos sin Fronteras (MSF) y diferentes Gobiernos de Oriente Medio, norte de África y América han elevado su voz para condenar el ataque que deja al menos 500 muertos, según el Ministerio de Sanidad de la franja, controlada por el grupo islamista Hamás. «Un ataque contra civiles no está en línea con el derecho internacional», dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reservó la valoración del ataque, argumentando que necesitaba “confirmar” lo ocurrido. La OMS condenó con contundencia el ataque señalando que si bien sobre este centro médico pesaba una orden de evacuación del Ejército israelí, la misma no se llevó a cabo dada “la inseguridad actual, el estado crítico de muchos pacientes y la falta de ambulancias, personal, camas en el sistema sanitario y refugios alternativos para los desplazados. «Me he quedado sin palabras», fue lo primero que atinó a decir, por su parte, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, antes de subrayar: «Aún no conocemos la magnitud total de esta carnicería, pero lo que está claro es que la violencia y las matanzas deben cesar de inmediato». El secretario general de ese organismo, António Guterres, dijo estar «horrorizado por el asesinato de cientos de palestinos civiles» en el hospital Al Ahli, un hecho que condenó, aunque evitó apuntar a posibles responsables. Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) expresó su «conmoción y horror»: «Los hospitales deberían ser santuarios para preservar la vida, no escenas de muerte y destrucción. Ningún paciente debería morir asesinado en la cama de un hospital, ni un médico cuando intenta salvar a otras personas». En tanto, la ONG internacional Médicos Sin Fronteras se declaró «horrorizada» y, en un comunicado difundido este martes, el doctor Ghassan Abu Sittah, médico de MSF en Gaza, relató lo ocurrido: «Estábamos operando en el hospital, hubo una fuerte explosión y el techo cayó sobre el quirófano. Esto es una masacre».