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Marta Nieto cuenta lo que descubrió de la fama mientras compartía piso con Mario Casas: "O aprendes rápido o te aplasta"

La actriz y directora murciana repasa sus inicios junto a Antonio Banderas, Mario Casas, su papel en "Madre" o su inminente debut como directora de un largometraje: "La mitad de Ana"

Marta Nieto: "Antonio Banderas no me ofreció un papel, me validó como actriz"

Marta Nieto (Murcia, 1982) supo que quería dedicarse a la interpretación en el mismo momento en el que constató en el colegio la existencia del teatro. Desde entonces hasta ahora sus deseos se traducen en papeles, siempre bien elegidos, bien interpretados. Es Nieto la abrumadora presencia de una madre angustiada, al borde del colapso, al recibir la llamada de su hijo de seis años en una playa solitaria de Francia, esperando al padre que no vuelve; es la protagonista de una obra de teatro que quita el hipo, "La Infamia", embutida en la personalidad de la periodista mexicana Lydia Cacho, amenazada, secuestrada y torturada por el narcotráfico y los poderes corruptos, que además le ha valido el premio Max a la mejor actriz, junto a su compañera de reparto Marina Salas.

Y es también perfeccionista y una conversadora infatigable. El cine y el teatro como obsesión, como forma de contar la vida: el qué de las historias, sí, claro, pero sobre todo el cómo se cuentan. Reivindica un cine y un teatro contados, escritos y dirigidos por mujeres. Seguramente por eso no espera exclusivamente papeles que le permitan contar ese tipo de historias, sino que ha decidido ponerse detrás de las cámaras y dirigirlas ellas, no esperarlas, ir a buscarlas. Primero en un corto: "Son", y ahora, pendiente de estreno en 2024, su primer largo, "La mitad de Ana", la historia que ya se asomaba en su cortometraje, sobre la relación de una madre y su hija trans. Lo que inequívocamente nos lleva a entenderla también desde una mirada muy social y política.

Pero Marta, que mira al futuro, no tiene problema en mirar a su pasado más remoto. Y se explaya entonces en la importancia que tuvo en su carrera conocer a Antonio Banderas, de cuya ópera prima como director, "El camino de los ingleses", formó parte junto a actores como Raúl Arévalo, Alberto Amarilla o María Ruiz. "Estaba ayudando a un amigo en una mudanza cuando me llamó Antonio Banderas para preguntarme si quería formar parte de su película. Banderas a mí no me dio exactamente un papel, a mí su mirada dirigiendo me validó como actriz".

O de sus primeros pasos en Madrid, cuando compartió piso con amigos como Mario Casas o Berta de la Dehesa y como el éxito del primero y la segunda por su papel en "Yo soy Bea" sacudió a aquel piso en el que había más personajes por interpretar que metros cuadrados. "Fue una época muy divertida. Era fascinante salir de casa con Mario Casas, había hasta fans que se quedaban a dormir en el portal, sólo para poder verlo. Era una cosa... Salías con Mario al bazar de la esquina a comprar un donut y era una avalancha", dice Marta. Y recuerda que todo aquello les provocó una reflexión sobre la popularidad: "Nos dimos cuenta de que la popularidad, si llega, o aprendes a surfearla o te aplasta".

Otro de sus grandes momentos como actriz, en la película "Madre" (que antes fue un corto nominado a los Oscar), a concurso ya como un largo en el Festival Internacional de Venecia, viene respaldado por una buena anécdota. Después de presentarla en Venecia, Marta regresó a Madrid y la tarde de los premios decidió relajarse. "Estaba con un amigo, me tomé unos vinos y llegué a casa de bajón, porque la peli me gustaba mucho, pero estaba convencida de que no nos iban a dar ningún premio. En esa época yo tenía unas cartas del tarot en casa y me las eché a mi misma. La primera carta, a la pregunta de si nos iban a dar algún premio, dijo que sí. La segunda también y la tercera, lo mismo. En ese momento sonó el teléfono, era de la productora. Me dijo: "Marta, acaban de llamar de Venecia y reclaman tu presencia. ¿Cómo no voy a creer en la magia?", ha relatado.

Termina hablando de su papel en el teatro en "La Infamia", sobre la vida de la periodista mexicana amenazada de muerte en su país y exiliada en España, Lydia Cacho. "Una persona a la que admiro mucho, con una vida muy dura, una mujer muy valiente y de cuya función de teatro, pese a todo lo que se cuenta, sales muy optimista, porque como dice Lydia, los buenos somos más".

Sergio Castro Salillas

Redactor y guionista en la SER desde 1996. Estuvo...