Un desayuno con Elvira Lindo: "Quiero defender esa vida de rutinas, y defender mi intimidad"

Madrid

Un mantel de cuadros, tostadas, queso fresco, jamón del bueno...Y aceite que no es de Jaén. "Es que me lo han regalado", se excusa Elvira Lindo cuando se lo reprocho, siendo como es su marido - Antonio Muñoz Molina - de Úbeda. Es un piso amplio, diáfano e imagino que luminoso a otra hora del día. Nos sentamos a hablar tomando café y con Lola, su yorkshire, mirándonos como si atendiera, pero lo que espera es que le caiga algo de comer.

Pregunta Javier del Pino si siente que ésta es su casa, después de haber vivido en tantos lugares. Y Elvira nos recuerda que ya desde que nació se ha mudado mucho. Vivió su infancia en diferentes ciudades de España. Luego estuvo 11 años en Nueva York "e incluso allí nos cambiamos de piso con todos los problemas que eso supone, que te entrevistan y todo para vivir en un edificio".

Han vivido en Lisboa, también, y es que a Elvira le gusta esa sensación de empezar de nuevo, de descubrir los lugares, incluso hablar otro idioma. Te construyes una identidad "a mí Nueva York me sofisticó, porque me dio la libertad de vestirme y de ir como quisiera perdiendo esa vergüenza, ese pudor tan hispano". Ahora vamos a pasar parte del tiempo en Valencia.

Le digo que tiene algo de "culo inquieto" no tan solo con estas mudanzas y traslados sino también con toda su carrera profesional. Empezó muy joven en Radio Nacional, con 22 años fue madre. "Lo que me ha dado pavor es que mi vida presente fuese ya la vida para siempre". Y eso la ha llevado a escribir novelas, guiones, actuar haciendo cameos, y codirigir, con Daniela Fejerman, su primera película 'Alguien que cuide de mí'. Pero a la vez le gusta "defender esa vida de rutinas y de cuidar mi intimidad". Algo que se hace difícil ahora que hay nuevas maneras de contactar, nos cuenta que a través de Instagram le piden todo tipo de colaboraciones, que tiene que reducir porque si no no tendría tiempo para nada.

Elvira Lindo se hizo conocida con las novelas de Manolito Gafotas, tenían la etiqueta de ser infantiles pero retratan la vida de un barrio obrero con ternura y sentido del humor, pero sin ahorrar ningún detalle de las dificultades de una familia trabajadora en los años del pelotazo y la beatiful people. Neorrealismo dentro de la euforia de los 90. Seguro que mucha gente se ha preguntado qué sería ahora de Manolito y su hermano, el Imbécil.

Admite, Elvira, que ha pensado escribir sobre eso. Cuando le pregunto si ahora los jóvenes lo tienen peor porque el horizonte es deseperanzador, asiente y añade que "yo no lo tuve fácil", nos cuenta que hay una catedrática que hizo un estudio sobre la dificultad de las mujeres en progresar en su carrera y ella cumplía punto por punto todas las dificultades. Y aun así no se ha rendido, no le ha ido mal. Este año, Elvira Lindo, ha publicado una novela "En la boca del lobo" (Seix Barral), además del estreno de la película "Alguien que cuide de mí".