Con quién ir en el conflicto de Israel y Palestina

Madrid

Hace más de dos semanas que se disparó el conflicto israelí-palestino y en España todavía hay gente que está decidiendo con quién va. Porque aquí somos así. Por un lado, todos tenemos clarísimo que estamos en contra de cualquier guerra, pero, al mismo tiempo, en cuanto empieza una, necesitamos decir a los demás con quién vamos.

Y, en esta ocasión, estoy notando que posicionarse es más complejo que en otros conflictos.

Hasta ahora, uno podría pensar que la parte que bombardea hospitales es la parte a la que hay que condenar. Pero recordemos que Israel no lo hace por capricho, sino en defensa propia porque, como todos sabemos, en una guerra no hay nada más peligroso que un niño con quemaduras y una abuela palestina de noventa años con la pierna escayolada.

Además, y para complicar todavía más el debate, hay que decir en favor de Israel que avisa antes de bombardear, demostrando así que se puede asesinar a centenares de civiles, pero manteniendo las formas.

Hace años había un truco para saber cómo tomar partido en un conflicto bélico y era apoyar al país que recibía la ayuda humanitaria. Pero esto tampoco ha servido de nada en esta ocasión porque Israel no la dejaba llegar, así que hemos estado dos semanas sin saber con quién ir.

Por todo esto, entiendo perfectamente a toda esa gente que sigue sin saber con quién empatizar en esta guerra. A toda esa gente que solo se atreve a decir que todas las víctimas son iguales. Ojalá el pacto de Ginebra obligue a que, en todas las guerras, los actos crueles solo los pueda cometer una de las dos partes para que así podamos saber quiénes son los buenos y quiénes son los malos.