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"Limpiar habitaciones de hotel es como el Huevo Kinder: te encuentras dentro una sorpresa distinta cada día"

Silvia Contreras es camarera de piso y relata la dureza del trabajo en 'Hora 25'

Las entrevistas de Aimar | Silvia Contreras, camarera de piso

Madrid

Silvia Contreras lleva más de veinte años limpiando habitaciones de hotel en Palma de Mallorca. Ha desarrollado un sexto sentido, que le permite intuir si el cliente que acaba de entrar en la recepción le va a dejar la habitación hecha una leonera. Puede hacer una veintena de habitaciones al día, pero el tiempo que pase dentro varía de si el cliente es sucio o limpio.

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De media, puede dedicarle una media hora a cada una y si el cliente "no es muy limpio", unos 45 minutos. Aun así, cree que sí ha habido un "cambio brutal en los clientes". "Como nos hemos visibilizado tanto las camareras de piso, la gente ha tomado un poco de conciencia sobre cómo dejar las habitaciones de hotel. Me he encontrado con clientes que me han dejado las toallas en el lavabo", explica Contreras. Hay quien incluso retira las sábanas o deja ya la ventana abierta para que la habitación se vaya ventilando. Todo un cambio.

El mapa de Mallorca

A pesar de todo, cuando Silvia pasa la tarjeta tiene la sensación de que va a abrir un Huevo Kinder porque se "encuentra una sorpresa cada día". Hace un mes, una habitación tenía colgado el "no molestar" todos los días. Pudo entrar cuando tocaba el cambio de ropa de cama y vio que habían pegado una pegatina con el mapa de Mallorca. "Pensé: qué simpáticos. Se lo llevarán cuando se vayan", recuerda Silvia. Se fueron y el mapa seguía ahí. Una compañera le ayudó a retirarlo y ahí llegó la sorpresa: "El mapa era para tapar el hueco que un puñetazo había dejado en la pared". Esos clientes intentaron disimular. Otros, ni lo intentan. Rompen cristaleras de la terraza y el balcón queda con todos los cristales rotos y restos de sangre por todas partes.

Hay otras situaciones que, aunque resultan repugnantes, son habituales. "Que nos dejen preservativos es lo más normal. Antes, teníamos ventiladores en las habitaciones y la gente los dejaba sobre el ventilador. El problema es que encendías el ventilador porque hacía calor, eso giraba y caía de todo. Nos pasó una o dos veces. Desde entonces, aprendí que los ventiladores había que dejarlos quietitos". También hay familias que dejan pañales tirados por el suelo o sobre la cama. Ese tipo de escenas todavía le impresionan porque aunque uno esté de vacaciones, esa habitación "es tu casa en esos momentos". Otro clásico son las muñecas hinchables, porque se las dejan dentro de la cama o debajo de la cama. "Tú entras rápido porque vas con prisa y te pegas un susto de muerte", explica Silvia.

Las vacaciones de las camareras de piso

Silvia lleva desde los ochenta limpiando habitaciones y ha notado que los turistas vienen con el dinero muy justo, con menos presupuesto. Aunque todavía hay quien deja propinas, eso ya no es lo habitual. En breve, le toca descansar porque empiezan sus vacaciones porque termina la temporada para ella. Igual que ella nota cuando en una habitación se ha alojado una camarera de piso, ella es la clienta ideal cuando viaja con sus compañeras. "Nosotras, cuando terminamos la temporada nos vamos de viaje cuatro o cinco días. Dejamos todo recogido en la habitación y yo creo que las kellys lo deben notar. Somos conscientes de que no podemos dejar que otras compañeras se maten limpiando".

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Marisol Rojas

Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando...