El peligroso lenguaje xenófobo que usa el PP cuando habla de la inmigración

Ayer, a esta misma hora, advertía del peligro de la inmunización de la sociedad ante las imágenes de Gaza, es verdad que, a veces, tanto terror junto, consigue el efecto contrario, porque ya no somos capaces de asumir tanto dolor. Perdemos la perspectiva y no somos capaces de entender que detrás de cada una de esas imágenes hay una historia de dolor, la historia de un padre que mientras trabajaba ha perdido a su mujer y a sus dos hijos, la historia de una niña desesperada porque dice que la cabellera que sobresale bajo una sábana es la de su madre, la de un niño que ya no reconoce a ningún adulto de los que hay a su alrededor. Son personas, como ustedes y como yo.

Pensaba en esto, mirando también estos días las imágenes de los cayucos llegando a las costas Canarias. Centenares de cuerpos hacinados en una pequeña barcaza en la que apenas hay espacio para distinguir un cuerpo de otro hasta convertirse en una masa uniforme. Desembarcan, muchos de ellos ateridos de frío o sin poder moverse, porque han pasado toda la travesía en la misma incómoda posición, con la mirada perdida. Nunca pensamos de dónde vienen, quiénes son, a quién han dejado atrás, qué madre, qué esposa, qué hermano se quedó angustiado a la espera de noticias, que muchas veces no llegan, porque son personas, como ustedes o como yo.

Son personas, como ustedes y como yo

Y cuando nada de esto nos conmueve o nos afecta, cuando pensamos que nada de esto merece un segundo de nuestro compromiso o de nuestra dedicación, es porque ya nos hemos acostumbrado a deshumanizar a las víctimas, no vemos en ellas ni un rostro, ni un nombre concreto ni una tragedia particular. Pero lo más terrible es cuando quien debería estar al frente de este compromiso contribuye a esta deshumanización. Lo está haciendo el Partido Popular, con su lenguaje, utilizando la inmigración con fines partidistas y cruzando la peligrosa línea al relacionarla con la falta de seguridad. Arrastrado por el discurso más ultra de Vox, o no porque igual sin Vox harían lo mismo, el PP utiliza un peligroso lenguaje xenófobo cuando habla de la inmigración. Una práctica irresponsable que puede traducirse en odio y rechazo. El PP debe contribuir a encontrar una solución a la llegada masiva de cayucos a un territorio, Canarias, que no puede asumirlos, su papel debe ser el de la colaboración, y si hay problemas de coordinación entre el Gobierno y las comunidades hay que hacer para arreglarlos, lo que no puede es convertirse, en ningún caso en el portavoz de consignas que, insisto, solo llevan al odio y al rechazo, no puede ser el pirómano.