Cómo convertir a cinco supervivientes de cáncer en deportistas de élite en pocos meses
Las integrantes del Reto Pelayo Vida han vivido más de medio año de pruebas y duros entrenamientos para adaptarse a las condiciones inhóspitas de la Patagonia
El Chaltén (Argentina).
Las horas de espera se hacen largas para las participantes del Reto Pelayo Vida en la localidad patagónica de El Chaltén. Las fuertes ráfagas de viento y la lluvia han impedido que la expedición se ponga en marcha, y será este sábado cuando se abra una ventana de clima más favorable que permita el arranque de la aventura.
Serán ocho días de travesía por el hielo y la roca, partiendo de una altitud de 450 metros sobre el nivel del mar para llegar hasta los 2.920 metros en el Cerro de Gorra Blanca. Un desafío mayúsculo para el que Anna, Sonia, Kica, Yolanda y Laura tienen que portar diversos materiales listos para cualquier imprevisto. Una mochila de 18 kg sobre la espalda en la que cargan ropa de abrigo e impermeable, sacos de dormir y material específico de montañismo, como crampones, piolets, raquetas o arneses. La comida es liofilizada, es decir, alimentos en los que el agua pasa de sólido a gas sin pasar por el estado líquido en condiciones de frío y de calor.
Las cinco aventureras no avanzan solas, y es que hasta seis guías argentinos y la guía de montaña granadina Rocío Monteoliva velarán por las expedicionarias. Monteoliva, que ya participó en el Reto Pelayo Vida 2022 en Jordania, es la directora deportiva de la presente edición. O lo que es lo mismo, la entrenadora (y seleccionadora de participantes) desde el mes de marzo, cuando 18 candidatas llegaron a las primeras pruebas en Sierra Nevada. En los últimos siete meses, les ha marcado unas pautas de entrenamiento específicas a cada una, pero también ha vivido de primera mano el proceso de adaptación de cinco mujeres, que hace no tanto, estaban enfermas de cáncer. “Partimos de mujeres que vienen muy motivadas, que vienen de superar el escollo más grande, el de ‘voy a perder la vida’. Tienen una actitud vital que es una ayuda. Lo que también he tenido que trabajar a nivel psicológico es quitarles a las chicas el cargo de conciencia de no poder hacer algún entrenamiento por tema de compaginar personalmente sus vidas y trabajos con la preparación del Reto”, comenta Monteoliva.
A la conciliación de un desafío deportivo tan exigente con la vida laboral y familiar, hay que añadirle el hecho de prepararse para las condiciones de frío y hielo en mitad de un verano de récord de temperaturas. “En las olas de calor iban al gimnasio con botas de hielo a caminar sobre la cinta durante varias horas”, explica la directora deportiva del Reto. “Rocío ha planificado el entrenamiento como si fuéramos atletas de élite. Vamos a concentrar más de seis meses de preparación en poco más de una semana. Hablamos de un terreno inhóspito, frío y con viento. Si una falla, falla el equipo”, explica la valenciana Anna Blanco, participante de la presente edición.
El sentimiento de equipo se palpa en cada instante de preparación, una cualidad que se tornará en fortaleza en los momentos delicados de la subida y que ha sido clave en el proceso de selección. “No son las cinco candidatas más fuertes, pero sí las mejores en grupo”, afirma su entrenadora Rocío Monteoliva, que desde este sábado también será la mujer a seguir por el resto en esta dura aventura.