Los vaivenes de Feijóo con Junts para no abrir heridas en el PP

Madrid

La relación del PP y Junts per Catalunya es más o menos fluida dependiendo de la semana. Después de las elecciones generales del 23 de julio, y ante la falta de una mayoría suficiente de Alberto Núñez Feijóo, en Génova empezaron a abrir la puerta a los contactos con el partido de Carles Puigdemont.

Apenas dos semanas después de los comicios, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, dijo que el partido tenía que "tener la capacidad de hablar con todos", aclarando que hablar no tenía por qué implicar llegar a acuerdos. Solo unos días después, Feijóo abrió directamente la puerta a sentarse a hablar con Junts. "Esto no significa que esté de acuerdo con los planteamientos de los partidos con los que vamos a hablar", explicó, pero ya era tarde. En el ala más dura del PP la simple intención de sentarse a hablar con un partido que consideran "promotor de la ruptura de España", fue tomado como un sacrilegio.

El PP de Cataluña, el más crítico con Feijóo

Donde peor cayó la decisión fue en el PP de Cataluña. Su presidente, Alejandro Fernández, ha sido la voz mas contraria y ha mostrado en diversas ocasiones su rechazo a dialogar con el grupo del partido de Carles Puigdemont. "Junts sí es mi rival, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a 'hablar'. Que alguien me diga de qué hay que 'hablar' con ellos....", escribió en 'X' (antes Twitter).

Así que el 5 de septiembre Feijóo anunció que finalmente no se iba a reunir con Puigdemont. "No podemos aceptar ningún chantaje", argumentó entonces, después de escuchar que Puigdemont había pedido la amnistía. Lo que no dijeron en el PP es que Junts ya había pedido en muchas otras ocasiones la amnistía, pero en ese momento encontraron la coartada perfecta para salir de un laberinto en el que ellos mismos se habían metido.

Del "encaje territorial de Cataluña" a "España como los Balcanes"

La paz duró apenas 24 horas en el PP. "Sé que debemos buscar una propuesta, buscar un encaje del problema territorial de Cataluña, pero eso será un pacto de Estado o no será", aseguró Feijóo el 6 de septiembre. Unas declaraciones novedosas, tratándose del PP, que cayeron como un jarro de agua fría en el partido. La dirección nacional tuvo que matizar de nuevo las palabras de su líder.

El 10 se septiembre, cuando el tiempo apretaba para la investidura, Feijóo reconoció que su partido había establecido contactos "informales" con Junts. Pero una vez constató su derrota parlamentaria, el discurso volvió a cambiar. De sus contactos informales pasó a decir que "España organizó su diversidad lejos de unos nacionalismos que nos llevan a un horizonte similar al de los Balcanes". Comparó la situación de Cataluña con la guerra de los Balcanes en la década de los 90, en la que murieron más de 100.000 personas.

El último giro argumental ha tenido lugar esta misma semana, cuando el candidato popular ha alabado la sinceridad del líder de Junts. "Creo que el señor Puigdemont tiene claro lo que opina. Hay otros que mienten mucho, el señor Puigdemont todo el mundo sabe lo que pide. No nos ha mentido, eso es un valor", aseguró Feijóo, levantando de nuevo ampollas en buena parte de su formación.