El actor Ricardo Gómez: "He pasado de ser el niño de España a hacer el papel de un hijo de puta sin redención"
El intérprete de Carlitos Alcántara en 'Cuéntame' afronta su primer papel de "malo" en la serie 'Romancero', que podrá verse en Amazon Prime a partir del próximo viernes
Madrid
Fue uno más de la familia. El pequeño al que todo le estaba permitido. El que un día quería ser astronauta y al otro el jinete enmascarado. Le vimos crecer en cada capítulo de Cuéntame, la serie más longeva y exitosa de España. Ha pasado el tiempo y ahora es un actor que busca ampliar registros en todo lo que hace, sin que se atisben sus límites. Es Ricardo Gómez (Madrid, 1994), Carlitos Alcántara, ahora embutido en la piel de Diego Sorroche, el guardia civil tenebroso y oscuro de la serie Romancero (producida por The Mediapro Studio) que se estrena en Amazon Prime el próximo viernes. "De alguna manera he pasado de ser el niño de España a hacer el papel de un hijo de puta sin redención".
Es la primera vez que hace de malo en la pantalla. "No sé si era una necesidad, pero desde luego me ha encantado hacerlo y que confiaran en mí para este papel que nada tiene que ver conmigo, porque está claro que no era fácil pedirle a alguien un registro que no había hecho antes". Romancero, una serie de seis capítulos, de treinta minutos cada episodio, es una historia que camina entre el thriller, la ciencia ficción, el western y lo sobrenatural, que Ricardo Gómez vivió desde la máxima exigencia personal.
Interpretar a "un cabrón"
Cambió sus hábitos y rutinas. "Quise que mi personaje no se pareciera en nada a mí, tampoco en lo físico. Fui al gimnasio cada día, cosa que nunca he hecho. Hice una dieta estricta no, lo siguiente. Vi como mis músculos se ponían más grandes y a la vez utilicé la mala hostia que me generaba aquella dieta como punto de partida para construir el personaje". Y es que el actor madrileño asegura que pasó meses muy enfadado: "Porque despertarme a las seis de la mañana, comerme una papilla de arroz y un batido de proteínas, no poder tomar unas cañas ni hacer vida social, salvo para ir al gimnasio y hacer pectorales, fue algo que en realidad me disgustaba, pero me vino muy bien para hacer el papel de alguien (Diego Sorroche) que es un cabrón, un tipo oscuro que no tiene nada que ver contigo".
Acostumbrado a vivir entre los focos de la ficción desde que tenía siete años, asegura que su equilibrio y normalidad se lo debe en buena medida a su madre y a su hermano. "Las personas que cuando era niño y adolescente estaban ahí para saber ponerme un freno, porque cuando la gente se encuentra con el niño que está en las pantallas de sus casas todas las semanas, tiende a agradarte todo el tiempo y esa realidad luego es difícil de cambiar".
Saber aceptar la realidad, como cuando Ricardo Gómez aprendió a asumir sus miedos. "Yo era un niño al que un coche le iba a recoger a casa y lo ponía en un plató para rodar Cuéntame. No tenía la sensación de actuar, yo jugaba. Y llega un momento en el que te das cuenta de que tienes que tomar una decisión. Supe que quería vivir de esta profesión y en ese momento tienes que apretar y poner una marcha más. Es entonces cuando aparecen los miedos y empecé a prepararme las secuencias, a perder la inocencia y paradójicamente empecé a actuar peor (risas). Porque estás puliendo la técnica y tienes que abrir todas las puertas, algunas equivocadas. Y en eso sigo, tengo la sensación de que no dejo de aprender", afirma Gómez.
Romancero, antes Cuéntame, también ahora La ruta, otra serie en la que se cuenta el fenómeno de las noches y días infinitos de discotecas, drogas, sexo, excesos y música bacaladera (Premio Ondas de este año a la mejor serie dramática), un fenómeno que vino a apagarse justo cuando Ricardo Gómez nació, a mediados de los noventa. "Me hizo una ilusión enorme hacer una serie como esta, que muestra una época que yo no viví, y cuyo rodaje durante cinco meses fue de una gran exigencia física", le ubican en alguien habitual en una parcela, la de las series, en la que a él le encanta participar, por mucho que curiosamente. "Como espectador yo prefiero que me cuenten una historia en una peli de dos horas".
Para alguien acostumbrado a engrandecer a sus personajes, darles mil vueltas y llenarlos de matices complejos y contradictorios, la siguiente pantalla parece inevitable. Tiene una historia, un guion escrito por él y la decisión de dirigirlo. Ricardo Gómez habita mil vidas, como cuando jugaba en "el barrio" de San Genaro, pero ya a miles de kilómetros de allí.
Sergio Castro Salillas
Redactor y guionista en la SER desde 1996. Estuvo en La Ventana, A Vivir y ahora es redactor de Hoy...