Elisa Ferrer: "Benidorm es un personaje más que tiene conflictos, que evoluciona, que cambia y crece. A nivel metafórico y literal"
Viajamos a Benidorm con la escritora Elisa Ferrer, XV Premio Tusquets con 'Temporada de avispas', que acaba de publicar su segunda novela 'El holandés'
Elisa Ferrer: "Benidorm es un personaje más que tiene conflictos, que evoluciona, que cambia y crece. A nivel metafórico y literal"
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En 1956, siete años antes de quitarse la vida, Silvia Plath conoció al poeta inglés, Ted Hughes. Pocos meses después se casaron y decidieron pasar su luna de miel, en España, en Benidorm. Una ciudad de ensueño, llegó a escribir la escritora y poeta estadounidense. Por aquel entonces Benidorm todavía era un pueblo de pescadores pero el primero de España en el que se permitía a las turistas tomar el sol y bañarse en bikini. Gracias a los esfuerzos de su alcalde, Pedro Zaragoza, que ya había iniciado la transformación urbanística que convertiría Benidorm en una megaurbe kitsch en la que puede pasar cualquier cosa. Escaparate de España durante la dictadura, Benidorm ha ido evolucionando a lo largo de los años, la ciudad y la forma de verla. Fuente de inspiración para muchos, ha sido escenario de películas como 'Un beso en el puerto' (1966) de Ramón Torrado, 'Huevos de oro' (1933) de Bigas Luna, o las más recientes 'Nieva en Benidorm' (2020) de Isabel Coixet y'El Cover' (2021) ópera prima de Secun de la Rosa.
'El holandés', la segunda novela de Elisa Ferrer (L'Alcúdia de Crespins, Valencia, 1983) transcurre aquí, en el Benidorm de finales de los 80. Y cuenta un caso real, el de un hombre que de la noche a la mañana se hace millonario después de vender el último solar que quedaba sin edificar en primera línea de playa. Lo hizo suplantando la identidad de otro. Aquello se convirtió en una de las mayores estafas urbanísticas de la Comunidad Valenciana y la historia en casi una leyenda.
¿Cómo surge escribir esta historia, qué tiene para que resulte tan atractiva?
Es una historia que desde pequeña he estado escuchando en mi pueblo. Este señor vendió un solar, uno de los últimos que quedaban en la playa de Poniente, en primera línea de playa, por 400 millones de pesetas. Lo que pasa es que el solar no era suyo. Es un punto de partida tremendo para la historia. Después cuando se descubrió el pastel, cuando el dueño del solar y unos empresarios vascos que compraron el solar descubrieron que no era de quien parecía ser, él ya se había fugado a Utrecht. Fue entonces cuando empezó a ser perseguido por la Interpol. A partir de ahí vienen una serie de aventuras y desventuras, que algunas son realidad y otras son ficción.
Para escribir la historia estuviste hablando con el cabecilla de la trama durante años, pero ¿cómo contacta contigo?
En 2017 yo vivía en Madrid, estaba preparándome para irme porque me habían dado una beca en la Universidad de Iowa. Fui a visitar a mis padres y fue cuando él vino a casa y me preguntó si yo era la hija guionista. Somos tres hermanas y le dije que sí, que era yo, y me dijo que tenía una historia que se iba a convertir en un éxito, en una película, en una serie, pero la tienes que escribir tú, me dijo. Yo entonces ya estaba con mi primera novela en la cabeza, con 'Temporada de avispas' y pensando en mudarme de continente y me dije, madre mía, qué marrón esta historia del pueblo que me cuenta ahora este señor. Pero me fui a la universidad y allí empecé un taller de no ficción y todos mis compañeros empezaron a contar historias y entonces me acordé de la que me había contado Rafael, y le contacté y empecé a entrevistarle. Al principio iba a ser una historia de no ficción, pero al final yo soy novelista, soy escritora de ficción y me llevé algunas cosas a mi terreno.
De hecho, avisas de que no todo es real al principio del libro...
Me acordaba mucho de una peli de Orson Welles, 'F for Fake' y pensé en esa cita en la que dice señoras y señores, durante una hora les he prometido toda la verdad. Durante los últimos 17 minutos he estado mintiéndoles como un loco. Me interesaba mucho empezar con esa cita para que la lectora y el lector sepan qué es lo que se van a encontrar aquí.
Hay un puñado de personajes con los que te vas ayudando a dar forma a esta historia, pero el peso narrativo recae en dos voces principales. Una de ellas es la de Rafael. 'El holandés' representa, un tipo de hombre, un tipo de masculinidad, que podemos identificar con el Benidorm más oscuro y canalla.
Como tú has dicho, representa al Benidorm más oscuro y canalla. De hecho, mientras me documentaba descubrí que la prensa local de la época le llamaba 'el rey de los bajos fondos'. Creo que le va a gustar mucho esto pero sí es este Benidorm que vendía las vacaciones familiares para todos, pero también había mucha gente intentando lucrarse del paraíso vacacional en el que se estaba convirtiendo.
¿Cómo ha sido trabajar con él? Porque habéis mantenido una relación más o menos estrecha durante muchos años. ¿Cómo ha sido ese contacto durante todo este tiempo?
Te diré que nos hemos hecho amigos en el proceso. Me interesaba quedar mucho con él para ir conociendo cómo era, para llevarme lo que me interesaba al personaje de ficción, llevarme las cosas que me daba. Juego con el personaje de ficción porque al final todo es una construcción y Rafael también lo es de alguna manera.
Es un personaje que se entiende relacionándolo con un momento determinado de nuestra historia, que es finales de los años 80. ¿Cómo lo definirías?
Rafael es un tipo que hace cosas moralmente muy reprobables. Pero luego tiene esa parte de encantador de serpientes. Es un tío que luego es muy familiar, muy cariñoso, muy preocupado y encaja muy bien en ese Benidorm de la época, era ese momento en el que la gente veía que aquí venía mucho turismo de Europa y que se podía ganar mucho dinero. Además, estamos en una época en la que el control de los bancos no es igual que ahora, que está todo digitalizado. Había más libertad para hacer ciertos chanchullos y había mucha gente aprovechándose de eso en ese momento. Esto ahora no se podría hacer. Por eso, me interesaba meter a una narradora de otra generación, más cercana a la mía y ponerla en tensión con ese personaje que le dobla la edad y que ha hecho una serie de cosas que han marcado de algún modo cómo vivimos ahora.
Esa pulsión sirve de hilo conductor de la historia. Hablábamos de dos voces narrativas, la de Rafael, y la otra es Alba, como decías, es la que se encarga de ir componiendo el relato de la estafa. Se dedica al audiovisual como tú, pero no sé cuánto hay de ti en ese personaje o cuánto te has querido alejar de ella.
Me he querido alejar de ella, sobre todo, en lo personal y en lo familiar. Ella vive una historia personal muy distinta a la mía. Y le pasa lo mismo que me pasó a mí con la historia, que al principio me costaba. No tuve tan claro que la quería escribir. Pero luego la historia empezó como la gotita que golpea la piedra y empieza a golpear y a golpear. A Alba le pasa lo mismo. Al principio no está muy segura, está un poco reacia, pero está viviendo una situación personal un poco difícil y se refugia en escribir esta historia para volver a vivir la adrenalina del audiovisual. La protagonista escribió una serie que fue todo un éxito. Todo esto a mí no me ha pasado. Yo he trabajado en series como guionista, pero yo no he sido creadora de series ni nada. Ella tiene una relación que está en un punto muy difícil. Yo tengo una relación muy estable, somos muy distintas en muchas cosas, pero en la manera en la que nos enfrentamos a narrar esta historia somos muy parecidas y también en el proceso investigativo.
Juegas con ese contrapunto de los dos personajes, distinto género, distintas edades, distintas formas de buscar su propia felicidad.
Ella es una mujer de otra generación y me interesaba la forma con la que mira esos hombres que han marcado la sociedad en la que vivimos, esos señores que hacían lo que querían, que hablaban de las mujeres de determinada manera. Él es muy machista, aunque él diga que cómo va a serlo si ama a las mujeres, no?. Él escucha todo el rato rancheras de Bertín Osborne, o cuando queda con ella y pasa alguien por ahí y dice que ha quedado con su novia, es esta cosa de señor rancio que ya no dejamos pasar. Además, creo que estas historias de estafas siempre las cuentan los hombres y me apetecía darle una mirada femenina.
Hablábamos antes de que Benidorm es otro de los protagonistas de esta historia. Una ciudad inspiradora y estimulante para los creadores. Desde Sylvia Plath hasta Coixet, pasando por Bigas Luna. Muchos se han fijado en esta ciudad, que provoca tanto rechazo como fascinación. Durante un tiempo emblema cultural y escaparate para la propaganda de la dictadura. La ciudad se ha ido recuperando en los últimos años con otro enfoque. Cómo ves tú la ciudad desde dentro?
Yo soy de Valencia y veía el Benidorm turístico, me daba un poco de pereza venir. Alguna vez he venido con amigas, hemos pasado unos días por aquí, pero lo veía siempre muy superficialmente. Cuando empecé a documentarme conocí la historia real de Benidorm, cuando se contaba que Pedro Zaragoza, el que fuera alcalde durante muchos años en los 50, visitó El Pardo para pedir que las extranjeras pudieran ir en bikini. Éste era un pueblo de pescadores, y de repente este hombre dijo aquí tenemos un clima y una playa, y esto se tiene que explotar. Y creó todo un plan de urbanismo en el 57, que hablaba de una ciudad vertical, sostenible y que cambió de repente la identidad de un pueblo para convertirlo en ciudad. Esto me ofrecía un arco narrativo totalmente de personaje, un poco en paralelo al Rafael estafador de poca monta que se convierte en un timador a gran nivel. Benidorm era un pueblecito y, de repente, se convierte en una ciudad de referencia vacacional en toda Europa. Literariamente me fascina.
La historia habla, como decías, de esa transición, porque al final ese pueblo de pescadores termina convirtiéndose en esa mega urbe kitsch que atrae a turistas de todo el mundo. Es una transición por la que también transitan los propios personajes...
Sí, totalmente. Todo tiene un poco de cliché pero es verdad que la ciudad es un personaje más que tiene conflictos, que evoluciona, que cambia, que crece. A nivel metafórico y literal. Los personajes también se apoyan sus conflictos y cambian. Y Benidorm también va cambiando. Hay un paralelismo con Rafael que a lo largo de la historia tiene muchas identidades mientras está siendo buscado por la Interpol, va mutando de identidad y me interesó mucho ese paralelismo.
'El holandés' habla de identidad, de pertenencia, también nos habla de desafección, de búsqueda de felicidad. Y conviertes la historia en un thriller, mientras vas provocando el interés del lector que va descubriendo poco a poco las fechorías del protagonista...
No la etiqueto tanto como un thriller puro, tiene muchos tintes de thriller y maneja un poco el suspense. Pero en realidad lo más gordo de la historia lo cuento al principio. Tiene más de regodearse en el personaje. Yo lo veo más como una novela de personajes.
¿Qué te ha dicho Rafael? Imagino que ya habrá leído la novela...
Claro, yo le dije que iba a ficcionar mucho, que no esperara que fuera una biografía, que iba a ser algo distinto a lo que esperaba. Me ha dicho que se ha divertido mucho, pero que ha ido saltando los fragmentos que son de Alba. Solo le interesan los de Rafael y me ha dicho que se ha divertido, así que estoy contenta.
¿En qué andas ahora, Elisa?
Aunque ahora estoy promocionando esta novela, ya tengo pensada la siguiente. Hay momentos que pienso que escribir una novela es como una relación y hay momentos en los que estás muy enamorada y hay momentos en que, quizás, le pondría los cuernos a esta historia con otra. En esos momentos fue cuando empecé a tomar notas de la nueva historia y ya la tengo en la cabeza rondando.