"Deberían darse cuenta de que el público se cansa porque los personajes no dan más de sí"

Madrid

Mira que hay ruido con todo el tema de la investidura. Más que una negociación política empieza a parecer un culebrón de sobremesa por tantos giros de guion, incluidos los judiciales… aquí todo el mundo reclama su papel en la obra. Tantos giros de guion y tanta bronca. Ya sé que el tema de fondo es muy serio, pero ya hace días que me ronda por la cabeza algún episodio de ‘Juego de tronos’. Aquí no hay sangre, afortunadamente, pero como nos dijo la otra tarde Ángeles González-Sinde, que de esto sabe bastante, los guionistas de la serie deberían ya darse cuenta de que el público se cansa… porque los personajes no dan mucho más de sí. Yo, sinceramente, toco madera para que eso termine de una vez. Como sea, pero que termine.

Y si finalmente, como parece, hay acuerdo y Pedro Sánchez puede ser investido presidente del Gobierno, creo que este 2023 puede pasar a la historia, imaginemos que estamos en china, como el año del sapo. Porque, más allá de apelaciones a la convivencia, a la reconciliación, a la españa plurinacional, a no repetir elecciones, a que haya gobierno… todo eso está muy bien, pero el sapo que tendrán que tragarse para obtener los votos de Puigdemont y los suyos… pues es de un tamaño considerable. En cualquier caso, esto es política y el sapo es opcional. Pero yo hoy, al abrir ‘La Ventana’, quiero hablar de otro sapo, este impuesto a las bravas y sin derecho a réplica. Me estoy refiriendo al insólito caso de los pasajeros, con billete, desembarcados de su avión en el aeropuerto de Vigo para que entraran los jugadores del Sevilla porque se les había estropeado el charter.