Las aficiones de Athletic Club y Celta de Vigo quedan hermanadas para siempre: la viral historia que conquistó San Mamés

La hermandad entre distintas aficiones es uno de los principales atractivos de la actual edición de LaLiga. En la cabeza todos tenemos la imagen de Jon Azanza, aficionado del Athletic Club, que se 'infiltró' entre las gradas del Reale Arena rodeado de aficionados 'txuri-urdin' en el derbi vasco. Los de Imanol ganaron con solvencia el encuentro y, mientras todo el público bailaba y festejaba, ahí estaba él: con una sonrisa y sin moverse, disfrutando del ambiente de un partido de tan alto calibre. Un día después, explicó en 'Carrusel Deportivo' a Dani Garrido y a Iturralde González que ni se insultaron ni se pegaron, sonrieron todos porque estaban ahí para disfrutar del fútbol.

Este viernes, Athletic y Celta protagonizaron en San Mamés uno de los mejores encuentros de la temporada. Los de Ernesto Valverde se terminaron llevando el encuentro en la última jugada del partido gracias a que Berenguer materializó un penalti que cometió Óscar Mingueza. Los vascos remontaron un encuentro que finalizó 4-3 y que supuso un auténtico delirio en las gradas con el definitivo gol de la remontada. Las cámaras de 'El Día Después', programa de Movistar+, siguieron durante todo el partido la curiosísima historia de un aficionado del Celta que, al igual que pasó con el del Athletic, vio el choque rodeado de aficionados del equipo contrario. Un relato que, sin lugar a dudas, ya se ha hecho viral por el buen rollo y por la simpatía que desprende.

Al inicio del vídeo se ve cómo saluda a los aficionados que se encontraban en la grada visitante, los de su equipo, llegando incluso a lanzarles un beso, buscando tratar de buscar algún apoyo para los noventa minutos que le quedaban de partido. Sin embargo, terminó encontrando su cómplice una fila más abajo: un aficionado del Athletic comentó con él todo el choque de la forma más divertida posible. Con el 0-1 de Aspas, mientras la afición local enmudecía, él no pudo evitar levantarse al grito de "eres Dios, Iago, eres Dios". Con el empate, desapareció entre todos los aficionados que se levantaron a celebrar y, aunque pidió fuera de juego, el tanto terminó siendo legal.

Con el 1-2 de los de Rafa Benítez, volvió a levantarse para celebrarlo, pero ahí no encontró ningún apoyo. Sí que lo recibió con el tanto del empate del Athletic, justo antes del descanso. El hincha que tenía delante, su mejor cómplice, se dio la vuelta y, con un cachete en la mejilla, trató de animarlo. Ya con el 3-2 en el electrónico, celebró, por dos veces, los dos tantos de Larsen. Sin embargo, el primero no subió al marcador y, cuando el segundo sí lo hizo, festejó igual que el ariete, haciendo la pantalla del videoarbitraje.

Con todo igualado y con el partido a punto de finalizarse, no pudo creerse la mano de Mingueza que terminaría siendo el 4-3 para el Athletic. Ahí, el aficionado del conjunto vasco incluso le llegó a pedir una foto para inmortalizar la noche tan buena que habían vivido juntos. Con el gol de Berenguer, ambos se abrazaron y, aunque el aficionado vigués hizo con sus manos un gesto de robo, se cuajó una amistad que quién sabe si volverá a repetirse en futuros Athletic-Celta. Una gran historia que ensalza los valores del fútbol y de las aficiones rivales, dando ejemplo así a todos los equipos e hinchas de este deporte.