El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, han mantenido este miércoles sus conversaciones «más constructivas y productivas» respecto a la rivalidad entre ambos países, cuyas tensiones han aumentado durante el último año. «Acabo de concluir un día de reuniones con el presidente Xi, y creo que han sido las más constructivas y productivas conversaciones que hemos tenido. Nos hemos apoyado en el trabajo de base realizado en los últimos meses de diplomacia entre nuestros países y logramos importantes avances», ha remarcado Biden en su cuenta de la red social X, antes Twitter. En ese sentido, ha valorado positivamente el encuentro con su homólogo debido a la importancia de un entendimiento claro «de líder a líder», sobre todo por los «retos mundiales críticos» que «exigen un liderazgo conjunto». Por su parte, el presidente chino ha mostrado el compromiso de su país a tener una «relación estable, saludable y sostenible» con Estados Unidos, y ha expresado la necesidad de respetar los principios y las líneas rojas de ambas partes. «China y Estados Unidos deben gestionar los desacuerdos con eficacia. Los desacuerdos no deben ser un abismo que mantenga separados a los dos países, (...) las dos partes deben buscar formas de construir puentes que les ayuden a caminar el uno hacia el otro», ha afirmado Xi, según recoge la agencia de noticias estatal Xinhua. Xi Jinping instó a Estados Unidos a «no apostar contra China» ni «interferir en sus asuntos internos», durante una cena con empresarios estadounidenses en San Francisco a la que asistieron, entre otros, Elon Musk de Tesla, y Tim Cook, de Apple. Xi acudió a esta cita después de haberse reunido horas antes con su homólogo estadounidense, Joe Biden, para tratar de estabilizar vínculos y prevenir un conflicto abierto ante su relación de competencia. «China nunca apuesta contra Estados Unidos, y nunca interfiere en sus asuntos internos. China no tiene intención de desafiar a Estados Unidos o de desbancarlo. Al contrario, nos alegraremos de ver un Estados Unidos confiado, abierto, en constante crecimiento y próspero», declaró en su discurso el líder chino, según la agencia oficial Xinhua. De la misma forma, Xi expresó su esperanza de que Washington «acoja con beneplácito una China pacífica, estable y próspera». El mandatario del gigante asiático afirmó que es «un error» ver a China, que está «comprometida con el desarrollo pacífico», como «una amenaza» y jugar «un juego de suma cero» contra ella. Xi subrayó que la cooperación mutuamente beneficiosa es «la tendencia de los tiempos actuales» y una «propiedad inherente» de las relaciones entre las dos potencias. «China está persiguiendo un desarrollo de alta calidad, y Estados Unidos está revitalizando su economía. Hay mucho espacio para nuestra cooperación, y somos plenamente capaces de ayudarnos mutuamente a tener éxito y lograr resultados mutuamente beneficiosos», aseguró el presidente chino. El convite, celebrado en los márgenes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que acoge San Francisco hasta el viernes, congregó a magnates y consejeros delegados que pagaron hasta 40.000 dólares por cada mesa de ocho comensales. China trata de reactivar su economía, cuya recuperación tras tres años de férreo cierre por la pandemia está siendo más lenta de lo esperado, lastrada por la crisis del sector inmobiliario, la ralentización de la demanda y la alta deuda de los gobiernos locales y regionales, entre otros factores. La visita de Xi, con la primera reunión con Biden tras un año de incomunicación absoluta, se produce además en un momento en que las empresas estadounidenses y occidentales tratan de reducir el riesgo de sus cadenas de suministro trasladando algunas de sus operaciones fuera de China. En octubre, Estados Unidos aumentó las limitaciones a las exportaciones a China de semiconductores y tecnología para el desarrollo de inteligencia artificial, ante lo que Pekín reaccionó con controles a la exportación de grafito, crucial para las baterías de los vehículos eléctricos.