Sodoma, un homenaje a todos los que lucharon por los derechos LGTBI en un contexto de "recortes, censuras o excusas presupuestarias"
Aarón Lobato y Julio Rojas estrenan en el Festival de Otoño 'Sodoma', una mirada queer sobre el mito bíblico y una revisión del colectivo LGTBIQ+. La obra es un homenaje al orgullo y a todos los que dieron su vida por ser. Coincidiendo con el festival, su director Alberto Conejero nos presenta 'En mitad de tanto fuego', un acercamiento a Patroclo, el amante de Aquiles, otra visión antibelicista y personal de una historia y un personaje gay
Sodoma, un homenaje a todos los que lucharon por los derechos LGTBI en un contexto de "recortes, censuras o excusas presupuestarias"
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Este mes de noviembre estamos disfrutando de las mejores y más diversas propuestas teatrales en el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. El festival no tiene lema, pero su director, Alberto Conejero, apostaría por "cómo seguir viviendo juntos". La convivencia pasa por actitudes y conductas solidarias hacia los demás, por escuchar, respetar y empatizar. Todos somos diferentes, los unos de los otros, o todos somos el raro de alguien o para alguien, que dice Conejero. El dramaturgo y director acaba de publicar 'En mitad de tanto fuego' con la editorial Dos Bigotes. Nos cuenta la historia Patroclo, el más amado por Aquiles, una aproximación a un canto o poema de La Ilíada. El dramaturgo reconoce cierta obsesión por los personajes secundarios, que han estado en un margen de la fotografía o directamente fuera. "Quizá por mi propia adolescencia, que fue la de un adolescente raro para los demás, porque todos somos la rareza de otra persona. Fue una adolescencia marica, en un barrio de extrarradio, donde de repente yo encontré la literatura un refugio, un infinito en el que viajar, en el que imaginar, en el que las paredes de ese pequeño cuarto caían y yo de repente estaba en primera línea de la batalla o abrazado a un héroe", nos ha contado en una entrevista en La Hora Extra.
Alberto Conejero: "El teatro es un lugar de encuentro único y ojalá los heterosexuales se emocionen también con historias LGTBI"
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'En mitad de tanto fuego' recoge y expone abiertamente esa relación entre Aquiles y Patroclo, dos amantes disidentes, dos guerreros que al principio deciden no batallar, dos desertores. "Para mí Patroclo es de una estirpe de raros y raras que, si hubieran tenido quizá la oportunidad de gobernarnos, de gobernar lo común, nuestra historia hubiera sido mejor", advierte Conejero mentando a las Gorgonas o las Amazonas. "Hay algo que dice Paul B. Preciado que para mí ha sido una guía, que es poder soñar de otro modo, poder imaginarnos de otro modo para que la historia sea distinta y eso es lo que hace Patroclo", concluye.
En mitad de tanto fuego es una historia de amor y muerte, porque también hay algo de alegato antibélico en este texto. Según Conejero, el arte es impotente ante la guerra, pero sirve de advertencia y de recordatorio, de memoria frente al olvido. "El arte es inútil frente a la guerra, pero no frente a la humanidad herida, ahí tiene que estar el arte, acompañando con la memoria, con los poemas, con los cuidados", añade.
Entre la magnífica selección que Alberto Conejero ha hecho para el Festival de Otoño, esta semana nos ha llamado mucho la atención Sodoma, de Aarón Lobato y Julio Rojas, una mirada muy íntima, personal y queer sobre el mito bíblico. Pedro Lemebel o Paul B. Preciado, entre otros, son referentes que los dos comparten con Conejero y a los que citan en sus textos. Lobato&Rojas crearon en 2014 Los Bárbaros, una plataforma de apoyo a la producción y distribución de textos de otros dramaturgos. Desde 2017 crean sus propios montajes. Aarón dirige y Julio escribe. Sodoma es la última obra, que estrenan este jueves 16 en la Sala Mirador de Madrid. Hemos hablado con los dos antes de ver la obra, pero habiendo leído el texto, y entre los libros que traían en la mano, 'En mitad de tanto fuego', de Alberto Conejero.
Vosotros también resignificáis los clásicos y a personajes de la literatura, como Martirio de La casa de Bernarda Alba, vuestro último montaje, ¿de dónde surge este interés por los clásicos y por estos personajes?
Julio: Creo que tanto Aarón como yo hemos sido y somos esos lectores un poco voraces, un poco frikis y un poco mitómanos de las obras de la literatura universal. Y como hace Alberto con el personaje de Patroclo, es como atravesarlo por nuestra visión de ese personaje, de esa situación o de ese texto y cómo nos llega hasta nosotros. Creo que tiene mucho de mitómano, en ambos casos, y de amor por la literatura y por la literatura dramática que tenemos desde niños. Como buenos niños del teatro, hemos sido niños raros.
Sodoma es una resignificación contemporánea del mito bíblico, esta ciudad destruida por Dios, después de que los ángeles no fueran capaces de encontrar hombres justos entre sus muros. Cuatro personajes en esta obra: Azazel y Belial, dos ángeles; Edith la esposa de Lot, convertida en estatua de sal; y El Autor, un personaje con un bloqueo creativo y existencial. ¿Por qué traer Sodoma, que está a 897 horas a pie, según el texto, a la España del siglo XXI?
Aarón: El encuentro con Sodoma y con lo que es el mito bíblico fue fortuito, por un error mío. Al escribir en Google buscando otra cosa, me encontré con una cita bíblica de Sodoma que dice que están todos los sodomitas en las puertas de la casa de Lot diciendo que saquen a esos ángeles, porque quieren fornicar con ellos. Y dije Julio, aquí hay una obra de teatro, aquí hay algo sobre lo que escribir, en la Biblia se dice que los sodomitas querían fornicar con estos ángeles y luego se les castiga por esto.
Julio: Al escribir el texto, de alguna manera sentía que estaba hablando de la homosexualidad como si el tema no fuese conmigo. Como homosexual, sentí que tenía que involucrarme más en el texto sobre ese mito bíblico, que es un mito referencial y bastante duro, en lo que se refiere a la percepción que se ha tenido sobre los homosexuales en la historia. Sentía que mi voz como autor y como homosexual tenía que estar en el propio texto y de ahí nació ese personaje que has mencionado, El autor.
El autor es un personaje que "se encuentra un poco en tierra de nadie, un poco entre la mayoría, un poco el cuarenta y pico de esos justos, un poco del montón, la montonera Millennial". Con los dos hemos conversado sobre ese momento de la vida en el que uno pierde el pelo, si es el caso, y empieza a echar la vista atrás. Dos adolescencias gays, como la de Alberto Conejero, marcadas por estigmas y estereotipos. Lobato y Rojas crecieron en los 90, cuando el cine era "oscuro y lleno de rostros tristes, el sello marica del final del siglo". Hoy las cosas han cambiado para las nuevas generaciones, con ficciones como Heartstopper, Love, Simon, Love Víctor o Young Royals. Adolescentes LGTBIQ+ que se merecen también historias de amor con final feliz, lejos de los grandes traumas, aunque toda adolescencia vaya ligada a ellos.
Azazel y Belial son dos ángeles muy distintos en su concepción de lo que es la homosexualidad y lo que es la "normalidad", el orgullo, si hay que sentirse orgulloso de ser homosexual o no. Uno de ellos casi podría ser un gay de Vox. ¿Es posible reconciliar las posturas de estos dos ángeles?
Julio: Es una buena pregunta, yo creo que sí es posible reconciliar posturas así, siempre y cuando se haga el esfuerzo por escuchar. Porque muchas veces en el extremismo, el problema no es que pienses que el de delante no tiene nada de razón, sino que pienses que tú tienes la razón absoluta. Pero es muy difícil escucharse.
Aarón: Se ve en el mundo de hoy en cualquier asunto. Con la guerra que está pasando en Gaza, por ejemplo, pero no tanto por la guerra, sino por las posiciones que genera en quienes la observamos. En nuestro ámbito diario, la política, cómo se está polarizando todo. Hay una necesidad de escucharse y de reconocerse en el otro, es decir, no hay que tener la razón en todo. Y luego yo creo que estos dos ángeles, estas dos posiciones, surgen también o son partes también de nosotros, de nuestro crecimiento como gays en la vida. Yo he sido Belial en un momento dado y ahora estoy en un momento más Azazel. Son dos partes de uno mismo y también son partes que se ven ahora en la sociedad, que se ven ahora en el mundo, en el colectivo.
Julio: Sí, incluso son discusiones que nosotros hemos tenido y presenciado en nuestros grupos de amigos. Posturas sobre cómo afrontar la visibilidad de la propia sexualidad, de un conflicto determinado que tiene que ver con el colectivo o cómo nos relacionamos. Sí que existen ambas posturas y ojalá haya entendimiento.
Aarón: Yo creo que hay una parte muy importante en el texto, y esto lo estuvimos trabajando en el momento de la creación, que es esa observación. Observarnos a nosotros mismos como colectivo. Dónde estamos, qué partes tenemos positivas, qué partes negativas, qué partes nos gustan y qué partes no nos gustan tanto. Porque hay ciertos peligros que están ahí, ciertas bombillas rojas. La primera cosa que se me viene a la cabeza y que creo que tiene que llamar mucho la atención, es el mundo del chemsex y de las drogas, que están muy, muy presentes en el colectivo, hay mucha normalización. Creo que eso son temas que tocamos y es interesante.
Desde Madonna a Lady Gaga, el chemsex o Grinder, las saunas y los cuartos oscuros. Aquí hay un debate muy interesante sobre qué representa al colectivo o a las personas LGTB
Julio: En parte es también una de las tensiones del propio texto y de los temas que tratamos. ¿Soy yo representativo de algo?, ¿soy yo ese sodomita justo que buscan los ángeles? ¿Qué es un hombre justo?, ¿qué podría salvar a esta ciudad? Son preguntas que el propio texto propone y el montaje también.
Hay también un homenaje muy bonito a todas las luchas históricas de las personas LGTBI
Aarón: Una cosa que nosotros siempre nos preguntamos cuando empezamos un proyecto, tenemos el texto y empezamos los ensayos es: vale, ¿de qué va esta obra?, ¿cómo la explicas? Como director, yo digo que esta obra va sobre el orgullo. Este reconocimiento y orgullo de ser quien soy, orgullo como colectivo y orgullo de estar donde estamos. Es muy importante dar valor a los que vinieron antes. Es muy fuerte [se emociona] y se me ponen los pelos de punta, pero es que hay gente que ha pasado mucho por ser, no por querer, que eso también es una cosa que decimos en el texto. A nosotros, al colectivo lgtbiq+, no se nos ha tratado mal por amar, como decían en ciertos lemas hace poco, en el Ayuntamiento de Madrid, "ames a quien ames, Madrid, te ama". No, tú cuando eres un niño, no amas a nadie. A ti te hacen bullying en el colegio por ser. A una chica o chico trans, le hacen bullying en el colegio por ser. Es muy fuerte, hay mucha gente que lo ha pasado muy mal y ha muerto, ha dado su vida para que nosotros hoy podamos estar en Madrid, en España, en un sitio privilegiado. Cuando llega el orgullo, nos olvidamos, parece que está todo conseguido y hay que seguir luchando y hay que agradecer mucho a todas esas personas que vinieron antes, que murieron, que pusieron la cara y que recibieron la bofetada y que, gracias a ellos, nosotros no.
La entrevista se da días antes de que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, haya recortado las leyes LGTBI y Trans. Recomendamos escuchar a estos dos jóvenes no tan jóvenes hoy, según se mire y según nos miren, que de eso tiene mucho este texto. Un montaje que, como el de Conejero, cobra un nuevo y mayor significado antibelicista en estos momentos de guerras.
Julio: Como dijo Alberto Conejero en la presentación de 'En mitad de tanto fuego', nosotros con nuestro teatro no podemos parar ninguna guerra, pero podemos darle voz a los muertos, que es algo que también dijo nuestra querida Meryl (Streep).
Sodoma está interpretada por León Molina, Jon Muñoz, Julio Rojas y Hornella Góngora. Al final de la obra se pide disculpas en nombre del autor por la escasa representación de mujeres. La drag queen Hornella Góngora, a quien hemos visto en Drag Race España, se marca un discurso feminista contra Lot y contra el relato machista de la historia de Sodoma. De esto también hemos hablado en esta entrevista con Aarón Lobato y Julio Rojas, Lobato&Rojas, que dibujan en Edith un gesto de compasión, mirando hacia atrás, viendo a todos esos sodomitas arder. La compasión, tan necesaria para aprender cómo seguir viviendo juntos, que es el motivo de esta obra y del Festival de Otoño. "Me gustaría ver un mundo en el que los heterosexuales se emocionen, se conmuevan y empaticen también con personajes como Patroclo y con historias como Sodoma" -decía Alberto Conejero - "que independientemente de su identidad sexoafectiva, descubran algo de sí mismos o de la realidad de los hombres y mujeres que nos rodean".