Tarín Maletas, la empresa familiar tras las carteras de los ministros: "Daría solera que no fuera un maletín nuevo"

En casi medio siglo de democracia, son más de 200 los ministros que han estado en el gobierno. Por sus manos han pasado maletines que podrían contar miles de historias, como también podrían hacerlo estos mismos. Tarín Maletas es uno de los negocios familiares que proviste las carteras de los ministros, una empresa abierta desde 1973 y que hoy regenta Mónica Tarín.

"Cada vez que le decimos a mi padre que nos han llamado de cualquier organismo, le hace ilusión. En origen, mucha gente entró simplemente porque estábamos en el centro y porque estaban por la zona los organismos oficiales", expresa Mónica, que hace años cambió de trabajo para heredar el oficio de su padre y su abuelo.

El primer maletín Tarín fue a parar a manos del recién creado Ministerio de Cultura a finales de los 70, a cargo de Pío Cabanillas. "Está hecha con una piel de ternera de primera categoría con un interior forrado de piel de cerdo", cuenta, además de apuntar, que las han modernizado para adaptarse a los nuevos tiempos, añadiendo un bolsillo para los ordenadores portátiles y las tabletas. Si algo diferencia a este maletín negro hecho a mano y con llave de seguridad, es una cerradura de latón dorado de tres pisos para adaptarse al grueso que vaya cogiendo la carpeta.

La mesa del Consejo de Ministros esconde distintos nombres, pero si hay alguno que ha marcado un Tarín es Soledad Becerril, la primera ministra de la historia de la democracia española. "Esa fue la primera vez que escribimos ministra en la solapa", recuerda con ilusión Mónica. "También recuerdo el estrés cuando una de las carteras que suministramos a Interior, fallaba la cerradura y hubo que modificar la cartera ese mismo día sobre la marcha", cuenta.

La prisa no es buena ministra... consejera, por lo que Tarín Maletas suele tener carteras ya pedidas o incluso hechas para que cuando ya se conoce el título concreto del ministerio que lo ha pedido, entonces grabarlo con pan de oro. Para Mónica, ese momento de recoger la cartera "es algo simbólico para la democracia".