Hora 14 Fin de Semana
Sociedad

"Hola, ¿me pasa con el presidente?": cómo se gestionan las llamadas entre los líderes mundiales

Las llamadas entre líderes de todo el mundo son frecuentes pero, ¿cómo se preparan este tipo de comunicaciones?, ¿hablan por Whatsapp los presidentes del Gobierno?

Reportaje EP99 | El "teléfono rojo" ni es teléfono ni es rojo

Madrid

Suena el teléfono en el Palacio de La Moncloa. Pedro Sánchez lo descuelga y al otro lado está el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Hablarán sobre la guerra en Gaza, o la invasión de Ucrania, o cualquier otro asunto trascendental, pero la llamada es de todo menos improvisada. El proceso para llevar a cabo una acción que para la mayoría de los ciudadanos es normal -la de hablar por teléfono- tiene todo un ritual detrás cuando se trata de conectar a dos líderes internacionales.

Reuniones previas y preparación de un dossier

El primer paso lo da el Gabinete Telegráfico, un equipo que contacta al Gobierno con el exterior. Estos asesores del presidente preparan la llamada con una reunión en la que concretan qué asuntos se van a tratar con el otro mandatario con el que se vaya a establecer la conversación. Después se reunirán con el presidente del Gobierno para explicarle todas las cuestiones y afinar todo lo que se podrá tratar -y también lo que no- durante la llamada telefónica. A partir de ahí, empieza el contacto con el exterior. Los asesores del presidente se reúnen de manera telemática con el equipo de asesores del otro presidente con el que se quiere hablar. Ellos acuerdan y establecen cuál será el listado de asuntos definitivos que se tratarán, y el día y la hora de la llamada.

Más información

¿Un presidente puede llamar directamente a otro?

Puede pero no es lo habitual. Tradicionalmente, cuando se trata de una llamada programada, el proceso que se ha llevado a cabo lo inicia el secretario o secretaria del presidente, que se pone en contacto con la secretaría del otro presidente con el que se quiere hacer la comunicación. Es entonces cuando cada dirigente recibe la llamada en su despacho, aunque la llamada no es únicamente entre los dos. Lo habitual es que también esté conectado algún asesor del presidente, conocido habitualmente como 'sherpa', que es el que suele estar a cargo de los asuntos internacionales. Suele estar solo por si el presidente necesita algún tipo de ayuda para continuar con la reunión, como un dato que haya olvidado o alguna cuestión que tenga que responder en ese momento y no tenga controlada.

¿Y si la llamada no puede esperar?

Pero ¿qué pasa si la llamada se tiene que hacer de un momento para otro?. Pues el presidente viaja siempre con un equipo técnico de emergencia, como explica Bernardino León, que fue secretario general de la Presidencia del Gobierno, y principal asesor en política exterior del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. "Da igual el lugar en el que esté el presidente, que la llamada siempre se va a hacer con garantías de seguridad", asegura.

El intérprete escucha en otra habitación

Si la conversación se produce entre dirigentes que hablan idiomas distintos, entonces hay que añadir más asistentes a la conversación. Normalmente, el presidente hace esa llamada en su despacho con el intérprete en otra sala. La única persona que puede acompañarle es un asesor, más conocido como 'sherpa', que suele estar "al rescate", solo por si el presidente necesita algún tipo de ayuda para continuar con la reunión, como un dato que haya olvidado o alguna cuestión que tenga que responder en ese momento y no tenga controlada. Este proceso se lleva a cabo cuando los temas a tratar son importantes pero no urgentes. "El intérprete que da voz y traduce los mensajes del otro presidente es el intérpete español. No dejamos que alguien de otro país traduzca lo que nos dice alguien desde el exterior", cuenta Ramón Gil Casares, que fue el jefe del Departamento de Política Internacional con el expresidente José María Aznar.

¿Hablan por Whatsapp los presidentes del Gobierno?

La incursión de las nuevas tecnologías cambió hace ya unos años la forma de comunicarnos pero no tanto la forma de comunicarse entre mandatarios. Si un presidente quiere mandarle un mensaje de Whatsapp a otro para hablar más directamente puede hacerlo, por ejemplo si tienen una relación más estrecha, pero no es lo habitual.

Donald Trump hablando por teléfono en una imagen de archivo.

Donald Trump hablando por teléfono en una imagen de archivo. / EFE

Donald Trump hablando por teléfono en una imagen de archivo.

Donald Trump hablando por teléfono en una imagen de archivo. / EFE

Del teléfono rojo a las videollamadas con Zelenski

En 1963, en plena Guerra Fría, la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue tan elevada, que para reducirla se creó el "teléfono rojo", una línea de comunicación directa que evitara un aumento de la escalada bélica. Aunque en realidad, un teléfono de color rojo como tal nunca llegó a existir. "Era una opción de comunicarse para evitar una situación dramática final", explica Lourenzo Fernández, catedrático de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela.

A lo largo de las últimas décadas se han producido miles de llamadas, pero algunas han sido especialmente relevantes. En el año 2013, Barack Obama habló con el presidente iraní, Hasan Rohani. Era la primera conversación entre presidentes de estos dos países en más de 30 años. Duró unos 15 minutos y en ella se comprometieron a acercar posturas, aunque aquello nunca llegó a consumarse.

Más recientemente, hemos visto cómo el presidente ucraniano, Vlodimir Zelenski, ha mantenido cientos de conversaciones desde que Rusia invadió su país en febrero de 2022. Algunos días han sido verdaderos maratones telefónicos, dada la imposibilidad de Zelenski de salir de Ucrania durante los primeros meses de la guerra, y en muchas ocasiones le hemos visto en una pantalla, haciendo una videollamada, por ejemplo, con el presidente francés, Emmanuel Macron.

Aquí, en España, Bernardino León recuerda como muy relevantes las llamadas que se llevaron a cabo en el año 2008, cuando España intentaba formar parte de las conversaciones del G20. "Era un proceso muy complejo, había que convencer a 20 países. Recuerdo llamadas a horas intempestivas", cuenta León.

Sonia Palomino

Redactora en los servicios informativos del fin...