A todos nos ha pasado alguna vez. Durante unos segundos o décimas de segundo, se te va el santo al cielo y no recuerdas lo que estabas haciendo o lo que ibas a hacer. Pues algo parecido es lo que ha debido pasarle a Nadia Calviño justo después de prometer su cargo de vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa ante el rey. Calviño ha sido la segunda -tras el ministro de Justicia como notario mayor del Reino- de los 22 ministros del nuevo Gobierno de coalición de Pedro Sánchez que ha tenido que pronunciar la fórmula: «Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Comercio y Empresa, con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros y Ministras». Y ha sido al terminar de leer con la mano sobre la Carta Magna cuando la vicepresidenta ha experimentado un lapsus, que se podría llamar momento Chiquito de la Calzada, en homenaje al mítico humorista. Calviño se ha girado y, como si no supiera muy bien donde estaba, ha tenido un segundo de duda en el que parecía no saber muy bien hacia dónde tenía que ir al ver a su compañero Félix Bolaños al lado del rey. Ha durado poco, porque enseguida ha encontrado el camino junto a sus compañeras, pero ha durado lo suficiente para poner un tono cómico en un acto tan solemne. Los 22 ministros y ministras que conforman el nuevo Gobierno de coalición del PSOE y Sumar han prometido su cargo ante el rey en el Palacio de la Zarzuela sobre una Constitución y sin crucifijo. La fórmula de promesa solo dice que los nuevos ministros se comprometen a mantener en secreto las deliberaciones del Consejo de Ministros, pero la mayoría ha añadido ministras, para defender el lenguaje inclusivo.