Guerra civil en OpenAI
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, ha sido despedido por falta de confianza, algo que ha sido aprovechado por Microsoft para hacerse con sus servicios y liderar un nuevo equipo de investigación de inteligencia artificial
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Madrid
El futuro de la tecnología tiene ahora mismo un futuro incierto, porque uno de sus máximas figuras, Sam Altman, ha sido despedido de la empresa número uno en el desarrollo de la IA. Fue cesado el viernes pasado por "falta de transparencia" en sus comunicaciones, y aunque no se han dado más detalles, sobre la mesa ya están otros motivos, como un posible conflicto de intereses y un coqueteo con el capital de Arabia Saudí.
Un movimiento que agita el mercado tecnológico
"La salida de Sam Altman se produce tras un proceso de deliberación de la junta, que ha concluido que no fue sincero en sus comunicaciones con la dirección, lo que ha obstaculizado su capacidad para ejercer sus responsabilidades", rezaba el comunicado de cese. La noticia ha causado mucho revuelo entre los trabajadores y pese a que OpenAI quería hacer una "transición fluida", el movimiento no ha sentado bien ni a los inversores ni a los trabajadores, de hecho el 95% de ellos amenazaba con dejar la empresa. Para Victor Alvargonzález, director de estrategia de Nextep Finance, se ha producido una compra de una empresa sin pagar. "Microsoft ha sabido aprovechar una situación muy típica de las startups, en la que los egos acaban desmoronando las empresas".
A pesar de las presiones internas, Sam Altman pasa a formar parte de Microsoft para seguir desarrollando el campo de la IA con un nuevo equipo. Microsoft y OpenAI van de la mano desde hace meses tras el cierre de un acuerdo de unos 10.000 millones de dólares. Con este se integraba la inteligencia artificial de OpenAI a los productos de Microsoft como Bing u Office y se quedaban con la mitad de una empresa sin ánimo de lucro. Esto ya se nota en los mercados, porque aunque Microsoft abre su sesión de hoy del Nasdaq en rojo, se ha registrado un aumento de capitalización espectacular que llega hasta los 372 dólares por acción desde el viernes.
El recorrido de la Inteligencia Artificial
El desarrollo que hemos tenido hasta ahora con la IA ha derivado en múltiples aplicaciones, algunas de ellas excluyentes por su significado, como la guerra o la salud. Las implicaciones que esto está teniendo son oportunidades de negocio gigantescas pero traen riesgos también en lo militar, porque ya se habla de campos de minas con capacidad de regeneración autónoma o de soldados robot capaces de localizar a su objetivo distinguiendo entre civiles y enemigos.
Como cuenta Federico Juárez, consultor en tecnología educativa e IA y desarrolador de varios proyectos de IA generativa en colaboración con Stanford, la IA está abriendo enormes posibilidades económicas y tecnológicas. Por el lado de la salud ya existen dispositivos capaces de detectar enfermedades con mayor previsión y precisión, pero esto tiene un problema implícito, porque la aseguradora puede "descremar" la clientela y si detecta una enfermedad como el cáncer o la diabetes, directamente podría rechazar la póliza y no asegurarte. En el ámbito de la comunicación también tiene múltiples posibilidades, algunas con cierto riesgo, como esas imágenes o audios que circulan por redes hechos con IA para imitar a personajes famosos y que han llevado a más de un malentendido.
Como apunta el especialista en IA, en el ámbito de la educación ya están surgiendo personajes digitales, como Albert Einstein, capaces de explicar física según las preguntas que se le planteen. O surgirán, afirma Juárez, profesores particulares capaces de reformular explicaciones y de detectar si el alumno sigue atento la explicación. Es un mundo entero de posibilidades que se abren y en el que se desatará una batalla encarnizada por gobernar la tecnología.