"Hoy la rabia se ha subido al atril": la reflexión de Pedro Blanco sobre la salida de Irene Montero y Ione Belarra del Gobierno

Madrid

Lo que hoy ha pasado es que la rabia se ha subido al atril, que el desencanto se ha puesto delante del micrófono, lo que ha pasado hoy es que Podemos, despojado del poder y de la institución, se ha vuelto a parecer a sí mismo. ¿Qué deberían haber hecho Irene Montero y Ione Belarra? ¿Ceñirse al formalismo, limitarse al ritual, sonreír y fingir o dejar claro su malestar, su decepción, hablar para los suyos ahora que han entendido que los otros no les quieren?

Y a partir de ahora, ¿qué harán? Esta va a ser una de las claves de esta legislatura confusa que acabamos de inaugurar. ¿Serán la oposición dentro de la coalición? ¿Vivirán del amago o acabarán golpeando para dejar marcas en el Gobierno sin llegar a dejar cicatrices? La política enseña a tragar saliva y Podemos lo tendrá que hacer, tragar saliva para compartir grupo con quien te ha vetado o para apoyar al presidente al que acusas de haberte echado del Gobierno. Tragar saliva y escupir al mismo tiempo. Si es que eso se puede hacer.

Por cierto, como llevo un tiempo apartado del pulso diario de la información, ¿en este país se puede hablar todavía de los jueces y de los fiscales? Que en el mismo día en el que toman posesión los ministros, en el mismo día en el que prometen sus cargos, un juez envíe al supremo la causa contra Puigdemont por terrorismo, otros jueces anulen el nombramiento de Dolores Delgado; y unos fiscales del Supremo se unan para presionar al fiscal general a que tome partido contra la amnistía y contra el pacto del PSOE con Junts, que todo eso ocurra hoy, ¿nos permite hablar de los jueces y fiscales sin que se ofendan? Sí, claro. Diré algo más: nos permite hablar de ellos, incluso aunque se ofendan.