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¿Una carta puede ser una obra de arte?

El periodista Pablo Ortiz de Zárate presenta la carta que le escribió el artista Sol LeWitt a Eva Hesse en 1965 para hablar de la falta de motivación e inspiración a través de una obra de arte

La reflexión y la motivación a través del arte: la carta de Sol LeWitt a Eva Hesse

La reflexión y la motivación a través del arte: la carta de Sol LeWitt a Eva Hesse

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Madrid

¿Alguno de ustedes está harto o harta de la vida que lleva? ¿Se han planteado cambiar de vida, hacer por fin lo que siempre han querido, pero no se atreven a dar el paso? Hoy el Artesano nos trae una obra de arte que nos ayudará a intentarlo. Pero, ojo: no es un cuadro, ni una escultura, ni un dibujo… La obra que vamos a descubrir hoy es una carta.

Cualquier cosa puede ser una obra de arte si nos ayuda a reflexionar sobre nuestra vida y a ser un poco mejores. Y esta carta lo consigue. Es una carta que le escribe el artista Sol LeWitt a su amiga, también artista, Eva Hesse en 1965.

Eva Hesse tiene un bloqueo terrible. No quiere seguir haciendo arte porque cree que no es lo suficientemente buena (aunque era una de las mejores artistas de su generación). Está decidida a abandonar su vocación. Entonces su amigo Sol LeWitt le escribe una carta para ayudarla a salir de ese bloqueo.

Esta carta le sirve no solo a una artista bloqueada, a la que no se le ocurre nada bueno que hacer. Le sirve a cualquiera que nos esté escuchando y que está bloqueado en la vida, cualquiera que quiera hacer algo que de verdad le gusta pero que no se atreve.

“No te preocupes de si mola, hazlo cutre"

“Querida Eva:

Parece que, como siempre, estás sufriendo. ¡No lo hagas! Aprende a decirle al mundo de vez en cuando ‘que te den. Deja de pensar, preocuparte, dudar, temer, sufrir, buscar una escapatoria fácil, hacerte daño, quejarte (...) y devanarte los sesos una y otra y otra vez. Para y simplemente HAZ.”

Empieza describiendo la famosa espiral del miedo. Cuando queremos hacer algo nuevo, distinto, algo que no hemos hecho nunca, al principio sale mal porque no tenemos práctica. Es lógico. Empiezas con miedo a fracasar y encima no lo haces bien porque no estás acostumbrado. Eso te asusta aún más, te bloquea y lo dejas. Abandonas antes de haberlo intentado de verdad. LeWitt insiste en que para superar esto hay que dejar de pensar si lo estamos haciendo bien o no. Lo importante es hacer:

“No te preocupes de si mola, hazlo cutre a tu manera. (...) Y deja de preocuparte por cosas grandes y profundas como ‘decidir sobre el sentido de la vida o alcanzar una meta imposible’. Debes practicar ser estúpida, tonta, irreflexiva, vacía. En ese momento serás capaz de HACER."

El consejo es no pensar, solo hacer. Aunque sea malo. Incluso si es malo, mejor:

“Intenta hacer alguna obra de arte MALA, la peor que puedas imaginar. Observa lo que pasa, relájate y deja que todo se vaya al infierno. Haz lo que sea y no pienses sobre ello. Mientras lo hagas, vacía tu mente y concéntrate solo en lo que estás haciendo. Y cuando lo hayas acabado ya está, eso es todo. Pasado un tiempo verás que algunas de las cosas que has hecho son mejores que otras y podrás ver en qué dirección estás yendo. (...) Intenta hacer las cosas más atroces que puedas, impactante a ti misma”.

Lo que nos dice es básicamente, que dejemos de obsesionarnos por hacerlo perfecto desde el principio. Cuando empiezas no importa cómo lo hagas. Lo importante es, sencillamente hacerlo. Aunque sea una mierda. Es la única manera de aprender, de ver si te gusta, de ir mejorando, ir haciendo tu propio camino. Y sobre todo, ir ganando confianza en que puedes.

Si te quedas parada porque no va a ser perfecto nunca sabrás si puedes hacerlo. Hay una frase que lo resume muy bien: el perfeccionismo es el enemigo de lo bueno. Nos impide intentarlo. No hay que pensar, sino hacer, hacer y hacer.

Eva Hesse salió de su bloqueo creativo

Siguiendo los consejos de hacer cualquier cosa, cuanto más absurda mejor, Hesse creó la escultura ‘Colgar (‘Hang up’). La definió como su obra más absurda, extrema y ridícula y fue un éxito total que relanzó su carrera. Así que siguió lo consejos de la carta y le sirvieron.

Pero mucho cuidado. Esta carta no nos está diciendo que si lo intentamos y le ponemos ganas lo vamos a conseguir, no nos confundamos. No nos dice esa gran mentira del "si quieres puedes", no. Lo que nos dice es que si lo intentamos, no nos rindamos a las primeras de cambio porque al principio nos va a salir mal. Nos anima a hacerlo sin pensar en si es bueno o no, seguir aunque salga mal al principio.

Pero claro, eso no significa que al final triunfemos. Algunos triunfarán, otros no. Depende de muchas cosas: igual no tenemos talento, igual no nos gusta, puede que nadie lo sepa apreciar… Podemos no conseguirlo.

Lo que nos dice la carta es que, a pesar de que podemos no lograrlo, lo intentemos. Porque siempre es mejor haber probado y saber que no podemos, que vivir con la duda de no haberlo intentado.

¿Por qué esta carta se puede considerar una obra de arte?

Porque ha ayudado a generaciones de artistas a superar sus miedos y a seguir creando. Y sobre todo, porque nos habla de uno de los grandes mitos del arte: la inspiración. Siempre hablamos de los grandes artistas como genios a los que les llega la inspiración como si su arte surgiera de algún tipo de soplo divino que les guía.

Esta carta demuestra que no existe la inspiración. Lo único que hay es el trabajo: hacer, hacer, hacer y hacer una y otra vez. Pensar menos, hacer más y dejar que el trabajo nos vaya guiando.

Pablo Ortiz de Zárate

Pablo Ortiz de Zárate

Educador de arte, colaborador de 'Hoy por Hoy' con la sección 'El Artesano'. Está especializado en el...

 
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