La fiesta de los prodigios
"No se lo tomen a la ligera y disfruten de una fiesta cuyo origen se remonta a una pareja anciana dándose testarazos. Por si acaso, les aconsejo que lo del coito craneal no lo prueben en casa"
La fiesta de los prodigios
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Ya estarán ustedes pensando en el puente de diciembre o, por lo menos, en un estupendo fin de semana largo, gracias a que el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, cae este año en viernes.
Para que gocen de tanto ocio, sépanlo, han tenido que ocurrir durante más de 20 siglos muchos prodigios.
La cosa empieza con Joaquín y Ana, una pareja anciana y estéril que desea tener hijos. Dios obra el milagro. Los dos viejos hacen chocar sus cabezas y Ana queda embarazada. A los nueve meses nace María, que con el tiempo tiene el famoso encuentro con una paloma. Nueve meses después de la paloma nace Jesús sin parto ni dolor, “como la luz que atraviesa el cristal”, según San Agustín.
En el siglo VI, en Constantinopla, se decide que María, la virgen María hija de los que chocaron sus cabezas, nació un 8 de septiembre. La decisión no es muy científica: se basa en que el 8 de septiembre comienza el año litúrgico bizantino tras la pausa veraniega.
En el siglo XVI, los tercios españoles están sitiados en el castillo holandés de Empel. Encuentran un cuadro de la virgen y un 8 de diciembre logran escapar y más tarde vencer. El evento es considerado milagroso.
En 1854, Pio Nono, un papa epiléptico, proclama el dogma de la Inmaculada Concepción, según el cual María nació sin pecado original. Pio Nono echa cuentas con los dedos y concluye que María fue lógicamente concebida (choque de cabezas mediante) nueve meses antes del ocho de septiembre, o sea, un ocho de diciembre.
Pio Nono está muy enfadado porque con la unificación italiana pierde los Estados Pontificios. Además de establecer cuándo chocaron las cabezas de Joaquín y Ana y de proclamar inmaculada a la virgen, se declara infalible, condena el liberalismo, prohíbe a los italianos que voten y excomulga al rey de Italia.
En 1892, la reina regente española María Cristina ata cabos, recuerda que la virgen María fue cranealmente concebida un 8 de diciembre, el mismo día del “milagro de Empel”, y proclama a la Inmaculada patrona de la Infantería española.
Por si quieren más prodigios relacionados con los cabezazos, el 8 de diciembre de 1863 un señor llamado Ebenezer escribió en un bar de Londres el primer reglamento del fútbol.
Ya ven todo lo que hace falta para conseguir un fin de semana largo. No se lo tomen a la ligera y disfruten de una fiesta cuyo origen se remonta a una pareja anciana dándose testarazos. Por si acaso, les aconsejo que lo del coito craneal no lo prueben en casa.
