Un taxista vestido de Papá Noel le cuenta un cuento navideño a Àngels Barceló
La historia arrancaría con la entrada de Àngels a un taxi decorado con campanillas, cascabeles y guirnaldas, con banda sonora de Frank Sinatra y un Papa Noel con un gorro de borla gigantesca
Una familia feliz pasea por las calles en navidad con cuernos de reno y pelucas de colores
Madrid
Santa Claus is coming to Barcelona en un taxi y se llama Jordi. Por estas fechas ofrece a sus clientes un cuento de navidad a gusto del consumidor. Dice nuestro oyente taxista Noel que "el pasajero entra directamente en la magia de la navidad", hasta tal punto que muchos llegan tarde al trabajo porque le piden que le dan un par de vueltas más. Los villancicos se pueden pedir a modo de 'disco dedicado', pero "si eliges la música, la condición es que estás obligada a cantar". De esta fiesta participamos todos, pero luego está la particular en casa de Jordi donde hasta la legión de gatos que conviven con la familia se disfrazan en navidad. Y es tan intensa la decoración navideña que no cabe ni el árbol ¿Y qué hacen con el abeto para que pueda entrar? Lo cuelgan del techo.
Mitos 2.0 intentaba desmontar el mito "una familia feliz es aquella que pasea por las calles con un jersey navideño, diademas con cuernos de reno y pelucas de colores". No lo hemos conseguido. Si el taxista Papa Noel de Barcelona nos lo puso difícil, no fue menos el caso de Sonia, la carnicera de Soria. Regenta con su familia la empresa Cárnicas Hermanos Giaquinta y antes de nochebuena todos los empleados "se visten de Mama Noel o Papá Noel, en nochevieja van vestidos de gala y hasta con tacones, y el 5 de enero van de reyes y pajes". Van disfrazados hasta los repartidores de la empresa que cuando llegan son la ilusión de barrios y pueblos, "una vez trabajó con nosotros un señor argentino que físicamente era como Papá Noel y cuando salía con el saco de los caramelos todos los niños le rodeaban la furgoneta".
Los oyentes que se han manifestado como Grinch de la navidad han sido una minoría. Incluso Jesús de Palma se dejó llevar por la corriente. No era muy navideño, pero se casó con una mujer americana muy fanática de todo lo navideño. Hoy es uno más y nos describe si casa "como un bazar chino con ofertas navideñas". Ha cedido por la felicidad de los demás, a pesar de que él se define como rojo y nada creyente. Se disfrazan todos para estas fechas y todos los espacios de almacenamiento están dedicados a la navidad, "tengo un canapé de matrimonio lleno de árboles y decoración, una locura". La única oyente contra el exceso navideño ha sido Reyes de Madrid que, aun así, nos ha comentado algo inaudito que vio por la carretera hace unos días, "un coche decorado con cuernos en los faros y un pompón rojo delante y detrás". Sí, hasta los coches.
La locura por los outfits navideños y la decoración nos ha venido de Estados Unidos, como Halloween, nos ha confirmado Leticia García, redactora Jefa de 'S Moda' El País, "se gastan una pasta, viven para decorar". La periodista experta en tendencias nos deja claro que esto no es una moda puntual, "es algo que ha venido para quedarse y que ha llegado incluso a las capas más jóvenes de la población". La prueba la tenemos con la obsesión cada vez mayor por las decoraciones urbanas y las competiciones por tener más luces y el árbol más alto. El consumo puede con todo. No hay límites. Y la dignidad ¿Qué es eso? Feliz navidad.
Pepe Rubio
Redactor guionista de Hoy por Hoy. Llevo a antena...