Claroscuros en la escuela

Madrid

Hay una buena noticia para los españoles en el informe escolar internacional PISA de este año: 10 de las 17 comunidades autónomas capacitan mejor a sus estudiantes en Matemáticas, que el promedio internacional de la OCDE. Y otra , bastante buena, es que también resisten mejor que el resto la pérdida de conocimientos causada por la pandemia.

Las tres que mejor salen paradas (Castilla y León, Asturias y Cantabria) no obedecen a un patrón político común: la primera es de tradición conservadora; la segunda, socialista y la tercera, regionalista. Pero en cambio tienen rasgos socioeconómicos y demográficos parecidos. Seguramente el más decisivo es que se trata de territorios con poblaciones escolares diminutas: entre las tres solo alcanzan el 7% de España. También les beneficia el hecho de estar bien tratadas por el sistema de financiación autonómica, pues las competencias educativas son territoriales. Y luego, no son ni de las más ricas, ni de las más pobres: ostentan un nivel de renta per cápita muy cercano a la media, aunque algo por debajo.

A comunidades ricas como Cataluña y el País Vasco les va bastante peor que en el pasado, aunque en el caso catalán se explica en parte por el alto porcentaje de alumnos foráneos, en general peor preparados. Y Madrid se recupera algo, peso sigue por debajo de sus resultados de hace ocho años. O sea, el panorama general es de claroscuros; en algunos casos más claros y en otros más oscuros. Pero parece evidente que los resultados, sin ser catastróficos, no son para brindar. Hay que hacer más, mucho más esfuerzo y durante más, mucho más tiempo para levantar el nivel. O sea, el futuro.