El exprimer ministro del Reino Unido Boris Johnson ha reconocido que subestimó el impacto de la pandemia en los primeros meses de 2020 y ha señalado que tanto él como sus principales asesores científicos basaron sus previsiones en brotes anteriores cuya magnitud fue mucho menor, como la gripe porcina o la epidemia del SARS en 2002. “Subestimamos la magnitud y el ritmo de este desafío, así como la rapidez con la que realmente se extendió por el Reino Unido. Pensamos que el pico [de contagios] se produciría en mayo o en junio, pero estábamos totalmente equivocados”, ha explicado Johnson este miércoles ante la comisión que investiga la gestión de la pandemia en el país. El exprimer ministro ha asegurado que en los primeros meses tuvieron una “mentalidad equivocada” y no dieron la relevancia suficiente a las previsiones, que alertaban en enero y febrero de la posibilidad de que el Covid se convirtiera en una pandemia mundial. “Mi mentalidad, así como la mentalidad de la inmensa mayoría de los ministros y funcionarios, no estaba tan alarmada como debería en el período entre enero y mediados de febrero”, ha reconocido Johnson, quien ha evitado responsabilizar a la comunidad científica por sus decisiones. “Creo que fue una respuesta natural humana, basada en lo que habían visto hasta entonces”. El abogado principal de la investigación, Hugo Keith, ha señalado que en las semanas previas al primer confinamiento ya se había apuntado a la alta mortalidad de la enfermedad y a su alta transmisión. Johnson ha admitido que debería “haberse dado cuenta” antes, tras constatar el impacto que la pandemia estaba teniendo en Italia, y ha pedido perdón a las víctimas y a sus familiares. “Comprendo los sentimientos de las víctimas y de sus familias y lamento profundamente el dolor, la pérdida y el sufrimiento que han vivido”, ha afirmado. La presidenta de la comisión, la baronesa Heather Hallett, ha ordenado el desalojo de media decena de personas que han tratado de interrumpir la sesión a modo de protesta. La falta de determinación de Johnson a la hora de tomar decisiones ha sido una de las principales críticas que algunos de sus asesores científicos han puesto encima de la mesa en sus declaraciones ante la comisión. En febrero de 2020 ya existían informes que apuntaban a que en “el escenario más pesimista” podían llegar a producirse hasta 520.000 muertes en el país, al mismo tiempo que alertaban de que el cierre de fronteras no evitaría la propagación del virus y de que la capacidad de rastreo era insuficiente para frenar la transmisión. El que fue el principal asesor científico de Johnson durante la pandemia, Patrick Vallance, señaló que el exprimer ministro tenía “dificultades para entender gráficos” y calificó de “caótica” la gestión de la crisis sanitaria en los primeros meses. Johnson ha evitado señalar a sus asesores científicos ni tampoco a sus ministros, incluido el ministro de Sanidad durante la pandemia, Matt Hancock. “Puede haber tenido defectos, pero hizo todo lo posible en circunstancias difíciles, ha señalado. El exprimer ministro ha reconocido ser el máximo responsable en la toma de decisiones como la aplicación de confinamientos, el ritmo de la desescalada y los intentos para evitar la expansión del virus en las residencias. En el exterior de la sala, decenas de víctimas y familiares se han concentrado para rechazar las disculpas de Johnson. “No queríamos dejar que controlara la narrativa. Sentimos que era necesario que se diera cuenta de que no aceptamos su disculpa”, ha explicado a la BBC una de las víctimas. Algunas de ellas se han presentado a las puertas del recinto con carteles con el mensaje “los muertos no pueden escuchar tus disculpas”. Una parte importante de los británicos siguen teniendo muy presentes las múltiples fiestas que Johnson y miembros de su Gobierno organizaron durante la pandemia y que le obligaron, en última instancia, a apartarse de la vida política.