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El frío causa más de 1.000 muertes al año en España: "La pobreza energética es un factor de riesgo"

El Ministerio de Sanidad ha creado un Plan de actuación preventivo con el objetivo de reducir el impacto sobre la salud de la población asociado al frío ante la "pobreza energética" que sufre la población más vulnerable en el país

Muchas personas se encuentran con problemas para pagar las facturas eléctricas, la calefacción o el gas que consumen en casa. / vadiar

Madrid

El Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Bajas Temperaturas 2023-2024 para atender a la población después de destacar que "la pobreza energética es un factor de riesgo" ante el frío.

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El codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Julio Díaz, ha lamentado que "los principales factores de riesgo están relacionados con no vivir en lugares que aseguren una temperatura mínima confortable". Los perjudicados son "personas con bajo nivel de renta" que habitan en viviendas "sin calefacción" y sufren lo que se denomina como "pobreza energética", según ha detallado el experto.

El frío intenso afecta negativamente a la salud, aunque solo en casos muy extremos se producen efectos como la hipotermia o la congelación tal y como recoge el documento. Lo que es más frecuente es el sobre-estrés del organismo, que puede dar lugar a una descompensación orgánica que agrava enfermedades crónicas en la población más vulnerable, como son las personas con patologías previas, la población infantil y los ancianos.

En todo caso, los efectos de las bajas temperaturas no suelen ocurrir de una forma tan aguda y repentina como en el caso de las altas temperaturas. "Hay una temperatura mínima diaria, que varía de un lugar a otro por debajo de la cual la mortalidad invernal aumenta de forma brusca, lo que se denomina temperatura de definición de ola de frío", ha explicado Díaz.

El efecto de una ola de frío se manifiesta hasta 14 días después. "Esto se debe a que la mortalidad relacionada con las olas de frío se relaciona en parte con enfermedades respiratorias de carácter infeccioso, si bien hay también un aumento de la mortalidad relacionada con las enfermedades cardiovasculares", ha argumentado.

Las muertes por esta causa, unas 1.050 al año, son solo un poco más bajas que las que causan las olas de calor, unas 1.300. "Esto hace necesaria la articulación de planes para disminuir la morbimortalidad asociada a las olas de frío", ha subrayado Díaz.

Por ello, el objetivo de este plan es reducir el impacto sobre la salud de la población asociado al frío y forma parte del Plan Estratégico de Salud y Medioambiente (PESMA), elaborado por los Ministerios de Sanidad y de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Mejor respirar por la nariz que por la boca

Además del informe, el Ministerio también ha compartido una serie de recomendaciones para resistir y adaptarse mejor a las bajas temperaturas. En primer lugar ha recordado que en el exterior, es conveniente respirar por la nariz y no por la boca ya que el aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones.

También instan a extremar la precaución en caso de hielo en las calles, ya que un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas al resbalar sobre placas de hielo. Por ello si es posible, es conveniente usar calzado antideslizante.

Conviene saber que varias capas de ropa fina protegen más que una sola gruesa, al formar cámaras de aire aislante entre ellas. Si se utilizan braseros en casa o chimenea, es conveniente ventilar la estancia con frecuencia para evitar la acumulación de CO2. También es recomendable ventilar la casa al menos dos veces al día durante 15 minutos cada una de las veces, para asegurar la renovación del aire.

También se aconseja no tomar medicamentos sin receta médica porque algunos precipitan los problemas derivados de la exposición al frío. La alimentación también es importante, hay que seguir una dieta variada e incluir una pieza de fruta diaria. También es recomendable beber líquidos, sobre todo agua y bebidas calientes. Asimismo, aconsejan mantenerse siempre bien informado sobre las previsiones meteorológicas antes de salir de casa.

Por último, a las personas mayores de 65 años y a las que padecen alguna enfermedad crónica, se les recomienda consultar con su médico la posible vacunación contra la gripe.

 
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