Save the Children ha denunciado que «la violencia y el horror» tienen «unas dimensiones totalmente espectaculares» en los Territorios Palestinos Ocupados, una situación marcada por la ofensiva del Ejército de Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás que es extensible a Cisjordania y Jerusalén Este, escenario de un repunte de la violencia ya antes del estallido del conflicto. «La violencia y el horror que vemos a dimensiones totalmente espectaculares en Gaza, pero también en Cisjordania, es algo que no habíamos visto. Es algo totalmente sin precedentes», ha dicho la directora de programas de Save the Children en Ramala, Gloria Donate, en una entrevista concedida en la que ha lamentado el reinicio el 1 de diciembre de la ofensiva israelí contra la Franja tras el fin de la tregua pactada el 24 de noviembre. «Hemos llegado a una etapa de la guerra que temíamos, pero esperábamos que la comunidad internacional iba a interceder para que esto no pasara», ha señalado, antes de subrayar que «este plan tan horroroso» es algo que «está ocurriendo ante nuestros ojos». Asimismo, se ha hecho eco de la descripción de Naciones Unidas de la situación en Gaza como «un infierno». En este sentido, ha indicado que «todas las organizaciones humanitarias, empezando por Naciones Unidas, han dicho que no se dan las condiciones básicas» para estructurar un plan de respuesta humanitaria«. »Ya nos costaba antes«, ha lamentado, antes de subrayar que el Ejército israelí ha provocado el »desplazamiento forzoso de población hacia el sur de la Franja. Así, ha señalado que los últimos anuncios implicarían el traslado de 2,2 millones de personas hacia Rafá, donde quedarían encajonadas en una zona que supone entre el 23 y el 25 por ciento de Gaza, antes de recordar que ya antes del estallido de este conflicto, el sexto en dos décadas, el territorio era descrito como «el más poblado de la tierra» y «una cárcel al aire libre». «Todos los puestos de acogida de la ONU, todos los refugios, están desbordados», ha alertado, al tiempo que ha puesto como ejemplo un edificio en el que se encuentran refugiados cerca de diez trabajadores de Save the Children y que era previamente un centro vocacional con capacidad para unas 3.000 personas en el que ahora hay cerca de 26.000. Donate ha relatado que los trabajadores de la ONG presentes en Gaza «son ahora parte de la población afectada y desplazada». En esta línea, ha dicho que se ha registrado «un número increíble de diarreas y problemas en niños pequeños» por el grave deterioro de las condiciones de higiene y saneamiento por los daños infligidos por los bombardeos israelíes contra infraestructura crítica y la falta de combustible para operar pozos, plantas de desalinización y otras instalaciones. Donate ha hecho hincapié en que la enorme crisis deriva de las restricciones impuestas por Israel y ha recordado que en otros conflictos la ayuda era entregada a través de tres pasos --Rafá, en la frontera con Egipto, y Erez y Kerem Shalom, en la frontera con Israel, estos dos últimos totalmente cerrados desde el 7 de octubre--. «En todas las respuestas humanitarias que ha hecho Save the Children, desgraciadamente demasiadas (...), se podían entregar enseres y se permitía el paso de gente a través de tres entradas», ha dicho, antes de sostener que el paso de Rafá «es un pequeño fronterizo que no está equipado, ya de base, para poder gestionar toda la entrada de ayuda que se está intentando meter ahora». Donate ha destacado que la ONG ha logrado entregar agua, alimentos y productos de higiene a través de Egipto, si bien ha abundado en que uno de los principales problemas es la falta de combustible para los camiones una vez pasan el cruce de Rafá. «Lo importante pasa cuando los camiones cruzan y ahí no tenemos gasolina porque las autoridades (israelíes) no dejan pasar gasolina», ha relatado. «Tienen que ir por carreteras que han sido bombardeadas, que están llenas de explosivos, con lo cual hay que ir con cuidado», ha especificado, antes de criticar una «complejidad totalmente innecesaria» en las operaciones. «Aquí no se dan las condiciones porque no han querido (las autoridades de Israel) que se den las condiciones», ha argüido. Donate ha incidido en la necesidad de «un alto el fuego inmediato y duradero» y en que «se respete el Derecho Internacional». «Constatamos desde Gaza, igual que constatamos desde Cisjordania, que no se respeta el Derecho Internacional Humanitario», ha dicho. «Hemos fallado cuando no logramos que esta pausa (...) fuera el principio del fin, fuera un principio de un alto el fuego duradero. Estamos fallando a miles de niñas y niños en Gaza y en Cisjordania continuamente diciéndoles que no vale la pena, que sus vidas no valen igual», ha manifestado. Por otra parte, ha resaltado que la situación en Gaza «tiene una respuesta en Cisjordania y en Jerusalén Este» y ha recordado que ya en septiembre, antes del estallido del conflicto, se había registrado la cifra de niños palestinos muertos en estos territorios más alta desde que hay registros, superando la de 2022. «En los últimos dos meses han asesinado a más de 63 niños y niñas, casi el 60 por ciento de todos los niños asesinados este año, con total impunidad», ha denunciado. Así, ha señalado que la situación es «terrorífica» y ha abundado en que hay un nivel de violencia «transparente, diario y con total impunidad». «Ahora están totalmente fuera de control los ataques de parte de los colonos y protegidos por el Ejército», ha destacado. «Es impune y constante y es algo que hacen también con los niños y las niñas», ha dicho, antes de resaltar que al menos 145 menores palestinos «están bajo detención militar israelí» y recordar un sondeo de la ONG publicado en septiembre que muestra que «más del 60 por ciento» de los menores entrevistados dijeron haber «sido apaleados, humillados y que no habían conseguido ver a ningún abogado». Ante esta situación, Save the Children ha «ampliado» los programas de protección a la infancia en Cisjordania, también para dar apoyo a más de mil miembros de comunidades beduinas desplazados tras el estallido del conflicto, incluida la entrega de kits que tienen libros para colorear para que «los niños puedan por lo menos por unas horas pretender que son niños y que no están sujetos a estar viviendo atrapados en sus casas porque si sales te pueden pegar un tiro». Donate ha explicado que las organizaciones locales con las que trabaja la ONG cuentan con «muy buena presencia» sobre el terreno, lo que permite que, en los casos en los que las autoridades israelíes imponen restricciones y «cortan» una ciudad, estos socios «están metidos en esa ciudad y pueden todavía acceder» a la población para dar apoyo, si bien ha subrayado que «es una gota en un océano». «Necesitamos un alto el fuego que cree el espacio para que se empiece a hablar del mañana. Esto es un conflicto, es una crisis de protección y necesitamos que las partes y los actores políticos, los cuales nosotros --en referencia Save the Children-- no somos, se sienten y busquen una situación política justa, duradera, donde los derechos de la infancia, que son más del 50 por ciento de la población, estén en el centro», ha reiterado. «Todas las niñas de Israel y de Palestina tienen derecho a ir a la escuela, que su preocupación sea que no me gusta la comida y no que me van a pegar un tiro yendo a la escuela», ha destacado Donate, que ha recordado la «responsabilidad» de la comunidad internacional a favor de un alto el fuego y ha hecho un llamamiento a iniciativas populares para que «esta indignación se traduzca en una acción».