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Opinión

La cumbre, los petroestados y los cenizos: Aimar Bretos explica lo que está a punto de pasar en la crítica reunión internacional sobre el clima

"Semejante dosis de indefinición es un palazo para quienes confiaban en que esta cumbre fuera un hito real en la lucha contra el inasumible calentamiento del planeta en el que vivimos"

La cumbre, los petroestados y los cenizos. Aimar Bretos explica lo que está a punto de pasar en la crítica reunión internacional sobre el clima

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Madrid

Se está complicando mucho el final de la Cumbre del Clima. Termina mañana; por primera vez había esperanzas de que el texto que saliera de allí hiciera un llamamiento a acabar progresivamente con el uso de los combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, que son los más contaminantes. Podía ser un mensaje brutal, llegar a un acuerdo así en Emiratos Árabes Unidos, un país en que el que el 30% de sus ingresos nacionales vienen precisamente de la venta y uso de combustibles fósiles. En una Cumbre en la que el anfitrión es Sultán al Jaber, que además de ministro es el máximo responsable de empresa petrolera estatal.

A pesar de esto, a pesar del poder enorme de los 'petroestados', a pesar de la millonada con la que riegan todo los lobbies de las grandes empresas energéticas, había y hay todavía esperanzas de un documento final en el que se ponga por escrito la necesidad de acabar progresivamente con el uso de los combustibles fósiles como única forma de frenar el cambio climático. Pero, al menos por ahora, los países productores de petróleo se vuelven a salir con la suya: la presidencia de la Cumbre ha enviado esta tarde un borrador de declaración final en el que se pide “reducir” el uso de combustibles fósiles, no acabar con ellos en unas décadas, no. Reducir. Y sin un calendario concreto para esa reducción.

Semejante dosis de indefinición es un palazo para quienes confiaban en que esta cumbre fuera un hito real en la lucha contra el inasumible calentamiento del planeta en el que vivimos. La Cumbre termina mañana, aún hay tiempo para matizar algo ese documento. Las Cumbres del Clima siempre se alargan por lo menos un día más de lo previsto.

En cualquier caso, incluso en el peor de los escenarios, si el borrador se quedara como está, habría algunas razones para no ser cenizos del todo. El hecho de que ya se asuma que de la cumbre tiene que salir un texto que hable de los combustibles fósiles, aunque sea sobre su reducción y no su eliminación, que se deje por escrito eso ya es un paso brutal. Hasta ahora en los documentos finales de estas Cumbres no se hablaba de los combustibles fósiles, sino de sus consecuencias, que son los gases contaminantes. Para esto tiene una expresión muy buena el periodista de El País Manuel Planelles. Él cuenta cómo hasta ahora en las cumbres se hablaba de las balas, pero no de las pistolas que disparaban esas balas. Se hablaba de los gases contaminantes, pero no de los combustibles que generan esos gases contaminantes. Ya solo por eso. Ya porque el mundo haya dado el paso de ir a un país productor de petróleo a señalar que algo hay que hacer ese petróleo, solo con eso habría valido la pena. En cualquier caso, como digo, quedan horas o días para la negociación. Mañana veremos con más claridad qué está pasando exactamente.

Y mañana también conoceremos el primer paquete de recortes del Gobierno de Milei en Argentina. El ministro argentino de economía, Luis Caputo, comparecerá mañana para detallar esos recortes que su jefe, el nuevo presidente Milei, avanzó este domingo en su discurso de investidura. Así que mañana empezaremos a saber exactamente de qué grado es ese shock al que se enfrenta el país. El shock que ha anunciado Javier Milei. Los argentinos con su voto se han presentado voluntarios para un experimento con el que salivan los fundamentalistas del recorte público en medio mundo: empezar a recortar, amputar, sin anestesia ni progresividad en una economía con una inflación del 142%. Y a ver qué pasa. Que sobreviven, bien. Que entran en colapso, pues ellos lo votaron. El shock autoinfligido: el sueño húmedo de todos los aprendices de Milton Friedman. Pero a diferencia del resto de ensayos clínicos, éste al que se ha presentado voluntariamente la mayoría de argentinos tiene dosis real para todo el mundo. Aquí no habrá placebo para nadie. Aquí tragará shock el 56% que votó a Milei pero también el 44% que decidió que la solución para un estado inoperante en lo económico no es amputar y desmembrar a ese estado hasta dejarlo herido de muerte.

 
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