¿La migraña empeora con los cambios de tiempo? ¿La comida afecta? ¿Y la droga? Una neuróloga responde a todas las preguntas sobre la migraña
Todas las preguntas y respuestas sobre las migrañas con la jefa de sección de Neurología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona
Las entrevistas de Aimar | Patricia Pozo Rosich, neuróloga
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Madrid
Si usted tiene migrañas, ¿ha calculado cuántos meses de su vida ha perdido, sumando todos los días en los que no ha podido hacer nada más que intentar sobrellevar ese fortísimo dolor de cabeza inhabilitante? Sepa que para un paciente que tiene 4 días de migraña al mes, durante 40 años (desde los 14 años, por ejemplo) Suma un total de 5 años en los que no has podido vivir o directamente son años de vida que ha perdido. Este es el cálculo aproximado que ha hecho Patricia Pozo Rosich, jefa de sección de Neurología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y responsable de la Unidad de Cefalea. La neuróloga ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER, en 'Hora 25' con Aimar Bretos para responder a todas las preguntas sobre las migrañas.
Pregunta: Por aclarar los conceptos, migraña y dolor de cabeza no es lo mismo.
Respuesta: Dolor de cabeza lo puedes tener por cualquier motivo. Es uno de los síntomas de una enfermedad que se llama migraña. La migraña es una enfermedad de tendencia hereditaria que se manifiesta con episodios que duran entre uno y tres días, más o menos, en los que la persona está muy incapacitada para poder hacer la actividad habitual. Tiene síntomas entre los que está el dolor de cabeza, pero también puede tener náuseas, vómitos, vértigo. Las auras que llamamos nosotros, que son episodios en los que no puedes ver bien, se te duerme un brazo o a veces dejas de poder hablar. Yo siempre digo que es como si el cerebro se apagara durante unas horas, en las que además, por desgracia, se asocia a síntomas muy incómodos y muy incapacitantes, como es el dolor.
P: ¿Y por qué se apaga el cerebro durante unas horas?
R: Esta es una de las preguntas del millón. En principio, pensamos que es un cerebro hiperexcitable y siempre hago la analogía. Es como si este cerebro siempre fuese en un coche de Fórmula 1. Corre, le cuesta frenar de alguna manera, va muy revolucionado. Es un cerebro ágil, excitable, que decimos nosotros a nivel neurológico y debido a esta falta de freno, de vez en cuando necesita parar y para de esta manera. Es como si estuviera muy cansado y en los episodios de migraña en el fondo, el paciente no puede hacer la actividad habitual porque su cerebro ha dicho hasta aquí podemos llegar.
P: ¿En qué empezamos a notar que vamos a tener una migraña? Hay gente a la que le parpadea un ojo, se le cierra un ojo un poco más que el otro.
R: Sí. Esto lo llamamos nosotros síntomas prodrómicos y más o menos un 30% de personas son capaces de empezar a notar que el ataque está como viniendo. Estos síntomas suelen producirse hasta 48 horas antes de que empiece el dolor en sí. Los síntomas más habituales que describe la gente están muy relacionados con el cansancio, como el bostezo, a veces un pequeño dolor cervical. Empiezan a tener hambre y siempre pienso que muchas veces los pacientes asocian como que la comida les dé migraña, pero en el fondo esta ansia por comer ya empieza a ser parte de este cansancio que indica que el ataque se está acercando.
P: Y en el momento en el que uno ve que ese ataque se está acercando, ¿se puede hacer algo?
R: Esta es la gran pregunta. En algunas ocasiones, lo que les comento a mis pacientes es que a veces parar, decirle a tu cerebro "ya estoy entendiendo que esto está llegando, voy a intentar parar la actividad que estoy haciendo, que tampoco es que sea ideal porque a veces no puedes" beber agua, comer algo. De hecho, es como si intentases rellenar ese depósito de gasolina que está empezando a flaquear y despejarte, irte a caminar, saliendo un poco del entorno habitual. A veces consigue parar un ataque. No siempre, la verdad, pero algún ataque sí que consigue controlarlo.
P: ¿Hay cosas que hagamos en nuestro día a día que favorezcan la migraña?
R: Como decía, es una enfermedad de carácter hereditario. Yo ahora voy a decir una serie de cosas, pero puede ser que desencadenen ataques o no y que a la gente no le desencadenen ataques habitualmente si no tiene la enfermedad. ¿A qué me refiero con esto? Que uno puede imaginarse el estrés, ¿qué es el estrés al final? Es cansancio, es un estado de hipervigilancia, en el que estamos más atentos y esto el cerebro lo puede aguantar un tiempo determinado, no puede estar permanentemente en estado de estrés. Si estás con mucho estrés en tu vida, sí que puedes facilitar estos momentos de reposo exagerado impuesto por el sistema, entonces el estrés sí que es uno de los desencadenantes o el cansancio más habitual. El otro serían los cambios hormonales. En general, esto afecta más a las mujeres. Sí que lo notan muchas veces que los días antes de que tengan la menstruación o la ovulación hay un riesgo mayor de poder tener un ataque. El tercero, así, por orden de lo que la gente suele comentar, estaría, aunque parezca increíble, los cambios de tiempo.
P: Creía que era una leyenda urbana...
R: Estamos en fase de intentar demostrar si tienes tu razón o los pacientes. Algo parece que pueda influir. Yo siempre digo que seguro que es la gota que colma el vaso, porque a veces a la gente le digo, pues hagámoslo a la inversa. Cada día que cambia el tiempo, que tú crees que cambia el tiempo, por ejemplo, que se nubla, tú apunta, apúntalo y a ver cuántos coincide que vas a tener o has tenido migraña y no sale siempre. La gente lo refiere muchísimo.
P: ¿Y el exceso de ejercicio físico?
R: Sí. La enfermedad es una enfermedad neurovascular, eso significa que hay un componente cerebral que es el que yo estaba comentando ahora. También hay un componente vascular. La palabra vascular en medicina significa todo el sistema de arterias, o sea, las cañerías que llevan la sangre, el corazón, el resto del cuerpo. La calidad de estas arterias, del músculo que las forma, es un poco más débil, un poco más laxo, más flexible y esto genera una tendencia a la hipotensión, una tendencia a una frecuencia cardíaca elevada para compensar. Y sí que es cierto que en momentos en los que tú pides este sistema, que es un poco llamémoslo, menos reactivo, si le pides un ejercicio brusco en un momento dado, haces un sobreesfuerzo, a veces puedes desencadenar un ataque pero inmediato. Además, yo siempre digo que la diferencia entre el cansancio cerebral y el cansancio físico, el ejercicio exagerado, es que el ejercicio te da una migraña inmediata y el cansancio, es decir, el ejercicio cerebral te da una migraña las 48 horas. Es decir, cuando empiezas a estar ya relajado después de haber pasado el estrés.
P: ¿Hay relación entre la actividad sexual y las migrañas?
R: Esto está menos estudiado que el tiempo te diría. Casos, tanto a favor y en contra, que nos han explicado nuestros pacientes, tenemos todos, es decir, tanto que no tener actividad sexual me desencadena un ataque como a la inversa, que parece que para a veces aliviar un ataque va bien. Yo creo que son coincidencias y que te podría haber pasado también en el gimnasio.
P: ¿Y hacer un esfuerzo intelectual?
R: Cualquier tipo de cansancio. Me gusta hablar más de cansancio que de poner ejemplos concretos que puedan cansar al cerebro. Pero sí yo, por ejemplo, tengo muchos pacientes, que debutan en la adolescencia, se pasan el día -también lo hacemos los adultos- pero en la adolescencia, como es la primera vez que te acercan a un móvil o que te encanta jugar a videojuegos y te puedes pasar horas haciendo esto. Yo siempre recomiendo a mis pacientes, niños o adolescentes que vayan haciendo pausas. Es decir, ¿quieres estar pegado a tu móvil o al videojuego? No voy a ser tu madre que te lo prohíba, pero intenta que no sean ratos muy prolongados. Por ejemplo, en media hora para vete a dar una mini vuelta y vuelves. Porque si no dejas un poco la concentración cuesta mantener este nivel de atención y de energía. A tu cerebro le cuesta.
P: Igual que las migrañas aparecen, por lo general me ha dicho en la adolescencia, a partir de los 14 años, ¿hay un momento en la vida en la que desaparecen?
R: Sí y no. La migraña puede debutar incluso en la más tierna infancia. Es decir, hay niños de dos o tres años que empiezan a tener lo que nosotros llamamos episodios similares a migraña, que en el fondo son migraña, pero que se manifiestan con menos dolor y mucho más vómito o dolor abdominal. Eso ocurre, para que te hagas una idea: eso lo puede llegar a tener un 6% o un 8% de niños en el mundo. La incidencia, es decir, el volumen o el número de personas que empiezan a tener ataques y además ataques con dolor, aumenta hasta un 12% o 14%. Esto significa que cambia y la enfermedad empieza a expresarse de una forma más prolongada y más grave. Y es por esto que empiezan habitualmente las personas a consultar. A partir de la tercera edad, los 50, 55, 60 años pasa a la inversa: los ataques se vuelven un poco más controlables y algo menos frecuentes, pero seguimos teniendo personas que tienen ataques hasta bien entrados los 80, incluso más años, con 90.
P: Cuando habla de ataques controlables, ¿es a través de medicación específica?
R: Esto no se cura. Ayudas y acompañas explicándoles de qué va esto. Creo que la divulgación sobre cómo uno tiene que cuidarse si tiene tendencia a tener migraña es la primera pieza de lo que puedes hacer para mejorar. Simplemente entendiendo que el cansancio lo tienes que saber controlar, en el sentido de no llegar a extenuarte. Hacer, por ejemplo, ejercicio físico, cardiovascular, para tonificar estas arterias también es muy importante y hacerlo de forma más o menos frecuente. Más de la mitad de la semana, a ser posible. Priorizarnos, que a veces nos olvidamos. Es muy importante también beber agua suficiente. Es decir, el cerebro se alimenta de agua y azúcar. Necesita esta gasolina que decía yo antes. Este tipo de pequeñas cosas hace que muchas personas puedan gestionarse bien. Pero si no, hay que entender que el ataque lo podemos tratar. Y hoy en día tenemos fármacos pensados y diseñados específicamente para la migraña, que no son antiinflamatorios ni analgésicos estándar y que van bien y funcionan. Yo siempre digo que el mejor tratamiento del ataque, que es la parte que más incapacita y por la que los pacientes consultan, es prevenir ataques. Eso también hoy en día tenemos fármacos, tratamientos, que ayudan, que son bien tolerados y que mucha gente que los acaba necesitando y les funciona están agradecidos.
P: Pero curar no se puede curar...
R: Curar es una palabra muy grande en esta enfermedad. Curar para mí sería tener una vacuna, pero va a costar. No digo que no lleguemos, pero va a costar.
P: No se ha conseguido todavía evitar que aquellas personas que tienen riesgo por una cuestión genética lo desarrollen, ¿no?
R: No, todavía no. Yo creo que si a mí me haces tener una visión de cómo será esto dentro de 15, 20, 25 años, sí que creo que podremos evitar lo que nosotros llamamos la transformación hacia la cronificación. Y para nosotros esto significa de manera simple, evitar que la enfermedad te domine, es decir, que no tengas más de cuatro o menos días al mes. A partir de cuatro días que esto lo podamos llegar a controlar y que no lleguemos a estados que nosotros llamamos crónicos, que esto para nosotros significa estar cada día o 15 días al mes o 10 días al mes teniendo migraña que te controla la vida. Entonces yo creo que llegaremos a esto quizá en este tiempo.
P: ¿Y qué tenemos que hacer los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo, de personas que tienen migraña cuando les da? Porque tendemos a decir 'nada', 'no te preocupes', ¿qué tenemos que hacer?
R: A ver, lo primero yo creo que lo primero es comprenderlo y no minimizarlo. La migraña, en comparación con otras enfermedades que aparentemente podrían tener también mucho estigma, está mucho más estigmatizada. Esto se ha medido, no lo digo yo así porque sí. Te hablo de enfermedades como la esquizofrenia o enfermedades como la epilepsia, que parece que podrían estar muy estigmatizadas. La migraña es mucho más porque parece que no sea nada. Tú una persona con esquizofrenia quizá, pues se dice 'uy madre mía que esto es algo grave' Ojo con pensar que esto no es nada. La migraña es una enfermedad altamente estigmatizada porque parece que tomándote algo se te tenga que pasar. Yo creo que lo primero es comprensión y conocimiento. El siguiente paso es recomendar que cada persona al menos vaya una vez en la vida a un buen especialista para que le explique de qué va la cosa y que reciba al menos una primera base de educación. Esta parte de educación nosotros hemos intentado a través de webs, hace un tiempo, hace unos casi diez años, montamos una web que se llama midolordecabeza.org, porque yo pensaba que quizás con esto sería suficiente, pero a veces me doy cuenta que que todavía el ser humano necesita oírlo de primera mano, que a veces un vídeo no sirve. Ir una vez a una clase de educación iría muy bien. Mi sueño, por ejemplo, es educar en los colegios, es decir, que pudiésemos dar clases de salud cerebral. Hoy en día, por ejemplo, se da y se hace mucha salud sexual. Hemos de ir hacia la salud cerebral y empezar desde los colegios. A partir de esta comprensión, yo creo que buscar ayuda para encontrar si realmente hacen falta tratamientos adecuados, porque los hay.
P: ¿Con qué frecuencia o con qué intensidad tenemos que notar que nos duele la cabeza para ir a un neurólogo?
R: Yo te diría que, no sé si es la primera vez, pero cuando uno ya ha tenido cuatro o cinco ataques en su vida, ya puede empezar a pedir ayuda porque los próximos cuatro o cinco los gestionará mejor. Yo desde el principio. Me paso el día pensando que si yo hubiera conocido a muchos de mis pacientes cuando eran jóvenes y la enfermedad debutó, no estarían quizá tan mal como a veces me llegan a la consulta. Tengo esta especie de ilusión.
P: ¿La migraña está relacionada con otras enfermedades neurológicas o son compartimentos estancos?
R: Esto es una gran pregunta. Y ahora, precisamente herramientas basadas en el cúmulo del dato y utilizando herramientas de inteligencia artificial, nos están permitiendo entender qué comorbilidades tiene la migraña, que quizá nos ayudan, por un lado, a poder tratarla mejor, pero sobre todo a entender mejor de qué va un poco esto. Vemos que enfermedades vasculares están asociadas. También enfermedades relacionadas con la psiquiatría, sobre todo la ansiedad y la depresión. El TDH, por ejemplo también, y enfermedades respiratorias crónicas Esto serían, yo creo, los tres así más a grandes trazos. A pesar de todo, en la versión crónica, en la versión en la que uno ya empieza a tener muchísimos días de migraña al mes, también se asocia a otros dolores crónicos, por ejemplo la fibromialgia o también el síndrome de fatiga crónica.
P: ¿Trabajar de noche aumenta el riesgo de tener migrañas o no tiene nada que ver?
R: Sí, ayuda. Esta mañana ha venido un paciente que estaba muy mal, la verdad. Y ahora con una buena medicación, su migraña está mucho mejor controlada. Él está francamente contento y se ha atrevido por primera vez a aceptar porque, bueno, trabaja en turnos y yo le había hecho un informe para que le mantuvieran el mismo turno y un poco por solidaridad con sus compañeros ha vuelto a intentar hacer turnos. Me ha parecido muy valiente y ahora lleva un mes haciendo noches y por ahora con un buen tratamiento lo está pudiendo gestionar. Pero sí, sinceramente, lo de lo de no descansar, es un factor clave para tener ataques.
P: Cuando a uno le da migraña, ¿es bueno meterse a la cama, intentar dormir el mayor número de horas posible? ¿Qué es lo que hay que hacer?
R: En la infancia antes de la adolescencia, el sueño, es decir, el descanso, el dormir sí que a veces simplemente con eso puedes ayudar a que mejore un ataque de migraña. En la edad adulta yo creo que además sí, la respuesta sería sí ayuda, pero medicado. Es decir, si no tienes el riesgo de que a veces un ataque te puede durar dos o tres días. Si te tomas medicación y pudieses parar en ese momento e irte a dormir sí que puede ser de ayuda.
P: Si estoy en el trabajo, me da un ataque de migraña y noto que estoy mal, pero intento seguir porque no me puedo permitir dos o tres veces al mes decir a mi jefe "me tengo que ir a casa", ¿eso puede empeorarlo?
R: Sí, yo creo que un poquito sí. O sea, empeorar no. Tenemos tratamientos del ataque que van muy bien y con eso ya mejora muchísimo y le ayuda a aguantar, a pesar de que no están cómodos con un ataque de migraña, pero pueden funcionar. Es decir, no hace falta que se vayan a casa. Pero hay momentos y hay ataques que por lo que sea no se pueden controlar fácilmente con estos tratamientos. O hay personas que no responden bien a estos tratamientos.
P: Si reseteamos muchas veces nuestro cerebro, el hecho de que suframos migrañas, ¿acaba afectando a nuestro cerebro?
R: Esta es otra gran pregunta. A priori, fíjate que no he comentado que la migraña esté asociada, por ejemplo, a enfermedades como el Alzheimer o el deterioro cognitivo. Es decir, no parece que las personas con migraña tengan que sufrir una degeneración, al menos funcional del cerebro, pero sí que por repetición aprendemos y tu cuerpo empieza a cogerle el gusto a parar de esta manera. Es como decirle no, no, a ver, se para durmiendo, se para haciendo otro tipo de estrategias, que no teniendo ataques. Sobre todo porque la parte de parar te diría que quizá bueno, lo que sí que no va muy bien es la inflamación que se provoca secundariamente a la parada técnica. Esta inflamación se potencia con ataque tras ataque tras ataque. Y sí que esto si se desmadra es difícil de controlar. Lo que sí que hay que controlar es la inflamación, que es lo que está más vinculado a algunos de los síntomas. Por ejemplo, la molestia en la luz, el aura y el dolor sabemos que están muy asociados a la inflamación. Si lo vas teniendo sin parar, sí que se puede llegar a descontrolar y hacer que vivas en un estado de inflamación permanente o crónica.
P: ¿Drogarse aumenta el riesgo de sufrir migrañas? La coca, por ejemplo.
R: No lo hemos estudiado, pero si te agota sí.
P: ¿Y el alcohol?
R: Sí, claramente. Es una droga común. El alcohol en el fondo agota nuestro cerebro, aunque no lo parezca. Y además vasodilata. Es decir, tiene propiedades vasodilatadoras. Yo siempre digo que de mis pacientes ninguno es alcohólico. Se dan cuenta rápidamente que si beben mucho tienen más migraña y más bien son abstemios.
P: Estaba pensando que cuando tienes resaca o lloras mucho, estás como cansado y te duele la cabeza.
R: Sí, es un proceso de cansancio porque cuando lloras mucho, en el fondo acabas como agotado. Te relajas de esta manera incluso. Hace las dos cosas. Por un lado te agota y por otro inflama. Cuando te pones a llorar, se te inflaman los ojos y todo esto está muy cerca de la meninge. Lo que duele no es en sí el cerebro, es la meninge. Es esta capa vascular de arteriolas, pequeñas arterias, que nutre, que da alimento al córtex, la corteza cerebral y se localiza justo entre el cerebro y el hueso que llamamos el cráneo. Es esta capita de protección, de alimento, que tenemos y que está ahí puesta por algo, pero que cuando se inflama duele mucho, sí.
P: ¿Las bebidas energéticas afectan?
R: Mejor tomar nada o poco café y ninguna bebida estimulante. Sí que es cierto que quizá te va bien durante el ataque, pero es que estas bebidas nos agotan, tienen un efecto vasoactivo y tu cuerpo te lo pide con más dolor.
Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....