El futuro alcalde de Pamplona por Bildu, Asiron, firmó un manifiesto en 1998 condenando el asesinato de un concejal de UPN por ETA
El texto también condena la violencia de ETA y asegura: "De la misma forma que no queremos ningún tipo de imposición o violencia contra nosotros, tampoco la deseamos para nadie. Esas vías no dan fruto alguno, son estériles y frustrantes"
"Nosotros, euskaldunes navarros en el umbral del siglo XXI, ante el criminal atentado cometido en Pamplona, queremos manifestar nuestra más firme y total condena del injustificable asesinato de Tomás Caballero". De esta forma comenzaba el manifiesto que en 1998 firmaron diferentes personalidades de la cultura vasca, entre los que se encontraba Joseba Asiron, futuro alcalde de Pamplona tras el acuerdo entre PSN y EH Bildu, secundado también por Geroa Bai (PNV).
Tras conocerse la noticia, tanto UPN como el PP han cargado duramente contra los socialistas, recurriendo al habitual argumento de llegar a acuerdos con "los terroristas de Bildu". Sin embargo, el manifiesto mencionado anteriormente también incluye una condena de la forma de actuar de ETA.
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El 21 de mayo se publicó el texto en el periódico Noticias de Navarra, y rezaba: "En esta ocasión han elegido a otro cargo electo, a un representante de la voluntad ciudadana, concejal de UPN. Por lo tanto, queremos expresar nuestra condolencia a la familia de Tomás Caballero y a sus amistades, así como a sus compañeros de UPN y al Ayuntamiento de Pamplona".
Además, en la presentación pública del documento, varios de los firmantes destacaron que "lo único que nos une es la condena del asesinato ocurrido en nuestra ciudad. Él constituye el objeto del texto, su contenido, su origen y su final".
Acto seguido, también condenan la violencia como forma para hacer política: "De la misma forma que no queremos ningún tipo de imposición o violencia contra nosotros, tampoco la deseamos para nadie. Esas vías no dan fruto alguno, son estériles y frustrantes. Ese crimen cometido en nombre de Euskal Herria es también un atentado en contra de todo lo euskaldun de Navarra".
Por último, el manifiesto concluye: "Es evidente el daño que esos procedimientos infligen a la convivencia, el dolor que producen en la sociedad y las secuelas de dolor e indignación que llevan aparejados". Joseba Asiron, historiador y profesor en una ikastola, fue una de las 134 personas que firmó este documento a finales del siglo XX. Muchos de los que lo apoyaron eran trabajadores de Pamplona y había profesores, músicos, actores o periodistas.