Este viernes se estrena en Netflix el documental de Jordi Évole sobre el etarra Josu Urrutikoetxea, alias Josu Ternera. No me llame Ternera se estrenó en septiembre en el Festival de San Sebastián envuelto en polémica. Más de 500 intelectuales, víctimas y políticos firmaron un manifiesto en contra de su estreno al considerar que «blanquea» el terrorismo por entrevistar al que fuera líder de la banda armada. Pero Ternera no es el único protagonista del documental, que comienza y termina con el testimonio de una víctima de uno de los atentados en los que participó. «Ni entrevista masaje ni blanqueamiento, el documental de Évole es un retrato de la banalización de la violencia», dijo la directora de El Cine en la SER, Pepa Blanes, tras ver el filme en San Sebastián. Évole confesó hace unos meses en El Faro que, cuando ya tuvo listo el documental, viajó «a un pueblo del sur de Francia» a enseñárselo a Ternera y no le gustó el resultado: «Yo creía que era mi obligación y bueno... no le gustó. Tuvimos un debate», contó en el programa. «¿No te pidió que cambiaras nada?», le preguntó entonces Mara Torres. «No, no, no, no, no. Y no lo habría hecho», respondió contundente el director. Con motivo del estreno, Évole ha hecho otro viaje, esta vez a Uruguay a visitar a su amigo José Mujica, para pedirle algún consejo de cara a lo que se le viene encima ahora que lo podrá ver todo el mundo. «¿Este tipo de trabajos periodísticos se tienen que hacer?», preguntaba Évole al expresidente uruguayo, que comenzó recordando un viaje. «La última vez que fui a Alemania a ver a la señor Merkel tuve tiempo y anduve recorriendo Berlín y me impresionó que una de las avenidas principales se llama Karl Marx y después fui a los parques y me encontré con los monumentos al ejército soviético. ¿La explicación? Que era un pedazo de su historia, que lo habían vivido y que como tal no se podía ocultar. Yo creo que la ETA es un pedazo de la historia de España y del País Vasco», comenzó diciembre. Mujica cree que, con ese criterio que esgrimen los que censuran el documental, tendríamos también que tapar «el montón de desaguisados que hizo la Iglesia Católica en su historia y, sin embargo, cuántos cristianos formidables hay»: «Yo soy amigo del papa y no soy creyente», ponía como ejemplo. «Lo que ha existido, ha existido. Será bueno malo o regular y eso es opinable pero ¿hasta cuándo le vamos a poner mordaza al periodismo?», se preguntaba. Por eso, felicitaba a Évole por su trabajo: «Qué bueno que las generaciones que vienen, que no vivieron eso, tengan noticias de lo que pasó, que escuchen a los que fueron actores. Los humanos nos equivocamos mucho. Se equivocan los pueblos, se equivocan los cirujanos, los mecánicos, los arquitectos... todos los humanos. ¿Por qué nos asustamos? Si no existiera este periodismo viviríamos sepultados en verdades oficiales», sentenciaba Mujica.