"Perdieron la final, pero me ganaron a mí": el Athletic Club de Bilbao, mucho más que un equipo de fútbol

Para celebrar el 125 aniversario del Athletic Club de Bilbao, hemos trasladado el programa hasta el nuevo San Mamés en la víspera de un partido de leyendas contra el Porto F.C., el primer rival europeo de 'los leones'. Desde allí, hemos rendido un homenaje a la historia de una institución que, desde siempre, ha demostrado trascender lo meramente deportivo para convertirse en una parte más de la sociedad vasca.

El 'Proyecto Aterpe' nace en 2019 en el seno de la fundación del Athletic Club y es un buen ejemplo de la implicación de la entidad a nivel social. Esta iniciativa, pionera en el mundo del fútbol cuando comenzó, ha sido definida por su responsable, Rocío Ybarra, como un intento de "tratar el espacio del fútbol como un espacio de diversión, donde se respeten los derechos del menor y se ponga en el centro al menor". Este acto, no obstante, no implica solo a los más jóvenes, sino a todo su entorno: "Familias, entorno educativo, entorno deportivo, delegados, servicio médico, transportistas, todo lo que interviene en el desarrollo de los menores".

Un ejercicio de responsabilidad

Otro ejemplo de la relación entre el Athletic y la sociedad vasca puede estar en la medida con la que, en 1997, la Diputación Foral de Bizkaia implantó un programa de acogimiento familiar que apostaba por un acompañamiento profesional más especializado. Este se basaría en la calidad de la atención que habrían de recibir tanto las familias acogedoras como los menores y sus familias de origen. Así, en los últimos 25 años, más de 2.000 menores han podido ser acogidos por familias de Bizkaia y uno de ellos es una leyenda rojiblanca, que jugará mañana contra el Porto: Mikel San José.

"Lo mejor sería que estos casos no se dieran", ha lamentado el jugador, "pero a partir de ahí es un ejercicio de responsabilidad". En su caso, el ha acogido a su sobrina Mía, de 2 años, en un caso de 'acogida de familia extensiva', que consiste en tratar que del menor se haga cargo algún pariente, aunque sea lejano. "Lo que nosotras siempre intentamos es que los niños puedan pertenecer a la familia", ha explicado la coordinadora de la familia de Mikel, Matxalen Cayero: "Mía ha tenido la suerte de estar con sus tíos. Siempre procuramos que los niños no pierdan esa raíz familiar, y si eso no puede ser entonces buscamos otra familia con la que puedan reconstruir su historia".

Por otro lado, algo debe tener el equipo de San Mamés si, cuando el escritor uruguayo Eduardo Galeano volvía del estadio tras presenciar la derrota del conjunto bilbaíno, al cruzarse con los aficionados dijo: "perdieron la final pero me ganaron a mí". Una escena similar vivió también una de las máximas leyendas del club, José Ángel Iribar, cuando ha explicado cuando un día, a pesar de perder contra el Zaragoza, los aficionados lo sacaron del campo sobre sus hombros. Además, eventos como el 'Thinking Football Film Festival' o el Athletic Club de Lectura son claros casos de la unión entre cultura y deporte que la institución ha propiciado, en los que se fortalece el vínculo entre jugadores y afición.

"No te tratan solo como a un jugador"

Sin embargo, el Athletic Club también se ha preocupado por aquellos que no tendrán nunca la oportunidad de alcanzar ese nivel de importancia dentro de la entidad. Las Becas Lezama, en este sentido, se han encargado de aquellos que pasaron por las categorías inferiores del equipo y, ya fuera por lesiones o decisiones técnicas, hubieron de dejar el club. "El hecho de que se interesen no solo porque seas futbolista sino por el tema de los estudios y el tema personal es un puntazo, que no te tratan solo como a un jugador sino como a una persona", ha reconocido en el programa uno de los beneficiarios de la beca.