La lección chilena
Guardemos una lección de la experiencia chilena: la frecuencia de las enmiendas parciales a un viejo texto con 43 años de edad, una vez cada año y medio aproximadamente. En España sólo ha habido dos mini reformas en 45 años, o sea, una vez cada casi 23 años
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Madrid
Esta vez han ganado las izquierdas, pero de forma poco entusiasta. En realidad, en Chile se ha producido aproximadamente un empate y en una cuestión que desde fuera se antoja complicada. El país disponía de una Constitución desde 1980. O sea, era de la época del general dictador Augusto Pinochet, el felón que traicionó al presidente socialista, Salvador Allende, y le dio un golpe de Estado en 1973. Pero esta Constitución había sido remendada y enmendada en 70 ocasiones, así que, seguramente, lo peor era la fea marca de su paternidad original. Hace cuatro años, en 2019, la clase política chilena empezó a proponer su reforma, una convención dominada por las izquierdas propuso un nuevo texto, pero perdió el referéndum popular en 2021. Ayer sucedió lo mismo, pero a la inversa. La propuesta de un Consejo General, muy influido por la extrema derecha que abría el paso a la privatización parcial de los servicios públicos, sanidad, educación, etcétera, fue también tumbada en referéndum popular. Así que empate, digamos. Guardemos una lección de la experiencia chilena: la frecuencia de las enmiendas parciales a un viejo texto con 43 años de edad, una vez cada año y medio aproximadamente. En España sólo ha habido dos mini reformas en 45 años, o sea, una vez cada casi 23 años.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...