Luis García Montero se acuerda de Víctor Manuel para recordar lo que no debería olvidar la política

Madrid

Al principio de los años 70, en México, el joven Víctor Manuel oyó unos versos dedicados a Asturias de Pedro Garfias, un poeta español exiliado. Se conmovió tanto que esa misma noche, en el hotel, empezó a componer una canción. 'Asturias si yo pudiera, si yo pudiera cantarte…'. La canción se ha convertido en un himno.

Recuerdo esta historia, no sólo porque Víctor Manuel acaba de terminar su gira de 75 aniversario, sino porque esta tarde el Instituto Cervantes le hace en Asturias un homenaje a su legado.

Hay en el Cervantes, en la gran caja fuerte de un edificio que nació como banco, un lugar bautizado como Caja de las Letras. Se afirma allí que la mayor riqueza de una comunidad es su cultura y que el mejor compromiso con el futuro es saber elegir las buenas herencias del pasado.

Recibimos en Asturias el legado de Víctor Manuel, porque estamos hechos de canciones y porque queremos recordar la importancia que las letras y la música tienen en nuestra educación sentimental. '50 años no es nada' cantaron Víctor y Ana Belén al celebrar el 50 aniversario de su boda en Gibraltar.

Tienen razón, 50, 75 años, son mucho, pero no son nada cuando sólo pienso en ti. En el tiempo caben muchas cosas. En el presente está el pasado y todo el futuro nos queda por delante. Las buenas letras, la buena música, más que entretenernos o llenarnos de ruido, nos hacen como personas.

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Las constituciones, los procesos electorales, las guerras forman parte de la historia. Nuestros sentimientos también. No debiera olvidarlo la política. Con nuestros sentimientos cogidos de la mano, paseamos por el jardín, las calles y los pasillos de la casa.