Telefónica sube un 3,2% en bolsa en su primera sesión tras conocerse que el Estado será su mayor accionista
Los títulos de Telefónica, que han llegado a subir casi el 7% en los primeros minutos de la jornada, han ido perdiendo fuelle, en línea con el mercado, aunque han cerrado en 3,679 euros y se han anotado la mayor subida del IBEX 35
Telefónica ha subido este miércoles un 3,2% en bolsa tras la decisión del Gobierno de encargar a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) que tome hasta un 10% del capital de la operadora de telecomunicaciones.
Los títulos de Telefónica, que han llegado a subir casi el 7% en los primeros minutos de la jornada, han ido perdiendo fuelle, en línea con el mercado, aunque han cerrado en 3,679 euros y se han anotado la mayor subida del IBEX 35, el principal índice de la Bolsa española.
En lo que va de año, la operadora avanza un 12,9%. Los analistas coinciden en que la entrada del Estado en Telefónica tendrá efectos positivos a corto plazo, en concreto en su cotización, pero advierten de que a medio y largo plazo podría ser distinto si los inversores perciben interferencias "políticas" en la gestión.
¿Por qué el Gobierno decide entrar en el accionariado de Telefónica?
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La iniciativa del Gobierno se produce tres meses después del desembarco del grupo saudí STC en el accionariado de Telefónica. Según el grupo público, la entrada de la Sepi en el capital de la operadora tiene "vocación de permanencia" y proporcionará a Telefónica "una mayor estabilidad accionarial". De confirmarse la compra de un porcentaje cercano al 10%, la Sepi se convertirá en el primer accionista de la operadora con una participación valorada en más de 2.000 millones de euros.
Telefónica remitió ayer una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que señala que continúa "enfocada" en la ejecución de su plan estratégico, con horizonte hasta 2026, cuyo objetivo es "seguir creando valor para sus accionistas".
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Según los analistas de Renta 4 Banco, la medida adoptada por el Ejecutivo es "coherente" con su estrategia de "tener una mayor participación y poder de decisión en compañías estratégicas". En su opinión, la Sepi solo debería contar con un consejero (del total de quince) en Telefónica, "con lo que su poder de control debería ser muy limitado".
"A medio y largo plazo consideramos que lo mejor para la compañía es que el actual equipo directivo y el consejo mantengan la independencia actual", señala el comentario de Renta 4, ya que "cualquier percepción de interferencia "política" será mal interpretada" por los inversores.
En la misma línea, Sergio Ávila, de IG, afirma que la clave ahora es "averiguar cuáles son las intenciones reales del Gobierno". A su juicio, si el Ejecutivo no interviene en la gestión y "deja a los directivos que hagan su trabajo, los inversores lo verán bien". Por el contrario, añade Ávila, "si la intención es intervenir en la gestión nombrando nuevos directivos, muy probablemente esto no sea bien visto por el accionariado".
Para Manuel Pinto, analista de XTB, la entrada de la Sepi en Telefónica es "una magnífica noticia para los inversores" a corto plazo porque muestra "confianza y seguridad" en la compañía y "afianza junto con BBVA y Caixabank" la españolidad de los principales accionistas.
Sin embargo, Pinto plantea más dudas a largo plazo, ya que, en su opinión, los objetivos del Estado y de los inversores privados no siempre tienen por qué coincidir. El proceso de salida del Estado del capital de Telefónica tuvo su primer hito relevante en 1987, con la venta de un 6% de las acciones.
Posteriormente, en 1995, bajo la presidencia de Felipe González, se realizó una oferta pública de venta (OPV) por el 12% del capital. El Estado colocó ese porcentaje a 1.615 pesetas (9,7 euros) entre inversores minoristas; a 1.637 pesetas (9,84 euros) entre inversores institucionales e internacionales; y a 1.548 pesetas (9,3 euros) entre empleados y jubilados de la compañía.
Dos años más tarde, ya con el PP en el Gobierno, se puso a la venta el 22% que todavía quedaba en poder del Estado. En febrero de 1997 comenzaron a cotizar los títulos procedentes de la venta de ese paquete accionarial a un precio de 3.360 pesetas (20,19 euros), que fue el que fijó entonces la Sociedad Estatal de Participaciones Patrimoniales (SEPPA) para los inversores institucionales.
A los pequeños ahorradores se les vendió cada "matilde" -apelativo popular de las acciones de Telefónica- a 3.329 pesetas (20 euros). Desde finales de los años 80, cuando empezaron las transacciones electrónicas en la Bolsa, la cotización de Telefónica ha oscilado entre el mínimo de 1,2219 euros de finales de 1990 y el máximo de 28,82 euros a finales de marzo de 2000.