Michel Gondry: "Siempre quiero hacer una nueva película para que no me pregunten por 'Olvídate de mí"
El autor francés regresa con una comedia sobre un director de cine hiperactivo y en plena crisis creativa en 'El libro de las soluciones'
Trailer de El libro de las soluciones
Fotograma de 'El libro de las soluciones'.
Madrid
Michel Gondry revolucionó el cine indie en los 2000. Lo hizo junto al guionista Charlie Kaufman, que se intercambiada con otro de los directores de esa época y ese estilo, Spike Jonze. Los dos venían de realizar videoclips de grupos como Bjork, The White Stripes, Radiohead, Chemical Brothers, Beastie Boys... y de hacer sus pinitos en la publicidad. El videoclip como primera influencia en películas para los que fueron, fuimos, los hipsters de aquellos años, antes incluso de que la palabra existiera y que disfrutaban, a partes iguales, de la música en directo del FIB, el festival internacional de Benicàssim, como de las películas rocambolescas, originales y existencialistas de los directores.
Los directores ya han cumplido años. Ya no son tan jóvenes y han vivido un poco de todo: rupturas, como la de Sofia Coppola y Spike Jonze, y momentos de crisis mental como la que cuenta Michel Gondry en su nueva película que llega a los cines en plenas navidades. El libro de las soluciones es una autoficción a la manera del director galo. "Refleja un periodo de mi vida que ocurrió hace siete u ocho años. Está basada en eso, pero no del todo, porque también hay un poco de imaginación y de ficción. Fue un momento en el que no podía acabar una película y donde estaba claro que las cosas no iban bien en mi cabeza. Es una forma de recordar lo que me pasó, las cosas que hice y de discernir qué fue positivo y negativo de aquella época. Porque en mi memoria solo había hecho cosas negativas y quería ver si había algo bueno de aquello. Y así fue como comencé a escribir un diario, anotando todo lo que se me iba ocurriendo y finalmente pensé que podría hacer una película".
El libro de las soluciones, que estuvo en la Quincena de realizadores de Cannes, cuenta, por tanto, un periodo duro de su vida y lo hace con humor, patetismo y con su mirada a la creación y al cine, pero homenajeando también a quienes le ayudaron, sobre todo a su tía. "Es un homenaje a todos, porque en este período difícil, estuve acompañado durante ese tiempo por muchas personas que me rodeaban. Y mi tía siempre había sido una especie de guía. De hecho, éramos guías mutuas, lo que significaba que ella estaba orgullosa de ser mi tía y yo de ella. Me inspiró su rectitud y su calidez, algo que adquirí a medida que fui creciendo. Ella era más estricta antes porque era maestra, su personalidad era un poco más dura que la del resto de mi familia. Croe es eso lo que siempre gustó de ella, que fuera más estricta". El personaje de la tía lo interpreta la actriz francesa François Lebrun, protagonista de una película icónica del cine galo, La mamá y la puta, de Jean Eustache. Por cierto, que a su tía de verdad, Suzette, ya le dedicó un documental, que tenía mucho de terapia, se paseó por los diferentes lugares donde dio clase como maestra de escuela y cómo fue la relación de ambos.
Un director de cine recibe la negativa de sus productores al montaje de su segunda película, después de haber triunfado con su ópera prima. Ni corto ni perezoso roba el material y huye al campo, a casa de su tía, con su equipo más cercano para montar la película. Allí su hiperactividad, sus nervios, sus miedos a que los productores tengan razón y todo sea una mierda y su obsesión por controlar hasta el mínimo detalle, hacen que todo se vuelva una locura, como cuando dirige él a una orquesta para crear la banda sonora. Además, el director no quiere ver nada de lo que ha grabado, delega el montaje, eso sí, y posterga la ocasión para visionar su filme: "El personaje deja de tomar la medicación y se vuelve mucho más emotivo y emocional. Por eso, mirar las imágenes en el montaje tiene demasiado peso y sentimientos para él y le asusta. Y luego encuentra todas las excusas posibles para no tener que verlo. Y de hecho, yo también tuve muchos problemas para hacerlo. Vi pequeños fragmentos del montaje y creo que además, se da una cosa y es que teme que la opinión de los productores sea cierta", reconoce Gondry que compara sus miedos con los del personaje.
Al igual que en el cine de Nanni Moretti, hay una mirada al ego, a los errores del creador, y al nervio de la creación misma, y cómo la crisis creativa es también una crisis vital. Sin embargo, ambos cineastas pertenecen a generaciones distintas, donde la idea de la política, del compromiso social y del arte han cambiado y, por tanto, son distintas. El título del filme francés tiene que ver con la idea del protagonista de escribir un libro que dé soluciones a la creación, un manifiesto para arreglar el cine y la vida. Entre otras aparece la norma o el consejo de "no escuchar a los demás", quizá marca de una generación, que trató de romper con todo lo anterior, también esta manera individualista de aceptar el cine y la creación.
Hay un momento de la narración donde el director despierta por la noche a la montadora para contarle que ha pensado que la estructura de la película tendrá que ser la de un palíndromo, con un inserto de animación en stop motion. Una muestra de una de las características de Gondry, que es uno de los directores actuales más versátiles. En 2001 rodó Human nature, con Tim Robbins y Patricia Arquette y con un guión de Charlie Kaufman. El pequeño éxito de ese filme hizo que rodase Olvídate de mí, su segunda colaboración con el famoso guionista. Fue una historia de amor generacional estrenada en 2004, con tintes de ciencia ficción y con Kate Winslet y Jim Carrey. Aquella película marcaría a toda una generación que aún hoy la venera. "Supongo que eso es algo positivo, pero a la vez, creo que hay algo malo en eso. Es decir, siempre que hago una nueva película la comparan con ella. No fue ni siquiera mi primera película, fue la segunda. Supongo que hacer algo que perdure en el tiempo conlleva eso. En aquel momento el éxito fue creciendo poco a poco y creo que eso fue bueno. Pero la vedad, me encantaría hacer otro película con la que consiguiera que la gente deje de hablarme de ésta", decía el director harto de hablar de este filme que, por cierto, aparece en una de las películas de esta temporada. En Vidas pasadas, de Celine Song, la pareja ve en casa Olvídate de mi, cuyo título original fue Eternal Sunshine of the Spotless Mind.
Después de aquello, realizó La ciencia del sueño, con Gael García Bernal y Charlotte Gainsbourg, y Rebobine por favor, con Jack Black, dos comedias frescas y originales con un estilo visual propio donde el propio director asumió la escritura del guion. Fue convirtiéndose en el personaje qeu ahora interpreta en esta película autobiográfica el actor francés, Pierre Niney. "Es uno de los mejores actores de su generación" dice del intérprete al que hemos visto hacer del modisto Yves Saint Laurent. Hay más razones: "Quería tener a alguien más joven que yo y que no tuviera no tenía miedo al ridículo. A menudo, los actores evolucionan y entonces quieren centrarse en lo que está escrito en los diálogos, pero no están dispuestos a llegar tan lejos como para hacer el ridículo. Y él no tenía miedo de eso. Nos conocíamos desde hacía tiempo y enseguida vi que teníamos una conexión". La conexión existe, se traslada a la gran pantalla y Niney marca la fragilidad, el ego y el nerviosismo del propio director.
Por cierto, que recordemos que Gondry hizo también taquillazos en Hollywood, como The Green Hornet y, también documentales sobre el hombre más anticapitalista de Estados Unidos, Noam Chomsky. Fue en Is the man who is tall happy? que usó la técnica de animación. En medio de eso tuvo tiempo para volver a Francia para adaptar a uno de les escritores más importantes, a Boris Vian, en La espuma de los días. Ha hecho documentales y ha estado también un tiempo sin hacer nada. Dice que lo que más le apetece y, más después de la pandemia, es hacer cine de terror. ·Estoy intentando escribir una película de terror para hacer algo completamente nuevo y realista. No creo que sea realmente una película de terror, pero estoy intentando ir en esa dirección", confiesa no sabemos si en broma o en serio, aunque con Gondry todo es posible.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...