La primera producción sobre el SIDA de un gran estudio de Hollywood
Se cumplen 30 años del estreno de Philadelphia, la película de Jonathan Demme, protagonizada por Tom Hanks, Denzel Washington y Antonio Banderas
A pesar de que la muerte en 1985 de una de sus estrellas, Rock Hudson, marcó un antes y un después en la difusión del problema, la relación de Hollywood con el SIDA fue en un principio bastante tibia. La primera película americana que contiene una alusión a la enfermedad, aunque sea de pasada, es Hannah y sus hermanas de 1986. Hubo en cambio películas independientes como Compañeros inseparables o En el filo de la duda que sí abordaron el tema. De Francia nos llegó Las noches salvajes o de Inglaterra Los amigos de Peter.
Sin embargo, los grandes estudios americanos no se atrevían a hacer una película comercial sobre el SIDA. Y no solo eso, algunos de sus profesionales que contraían la enfermedad eran marginados. Para muchas personas, como también para el director Jonathan Demme, el SIDA era algo que existía, pero que no les afectaba porque siempre les ocurría a otros, a gente fuera de su círculo. Hasta que en 1991 ocurrió algo en la vida del director. El mejor amigo de su esposa Joanne, Juan Suarez Botas, llamó un día a su casa y les dijo que había dado positivo. Demme rodó un documental sobre la enfermedad de su amigo, un famoso dibujante, y cuando éste murió decidió hacer algo más. “Soy cineasta y las películas a veces influyen en el modo de pensar y de sentir de la gente. Quizá podría hacer una película que abordara esa terrible indiferencia y hostilidad a las que las personas con SIDA tenían que enfrentarse, en vez de verlos como personas que merecían nuestra solidaridad y cuidados y admirar el tremendo coraje que mostraban ante aquella epidemia nueva y horrible para la que no había cura”, pensó el realizador fallecido en 2017.
De esta forma Philadelphia se convirtió en la primera producción sobre el SIDA de un gran estudio de Hollywood. “Lo que no se podía permitir es que dentro de 60 años la gente volviera la vista atrás y viera que hay un vacío dentro de las películas en donde no se relata un tiempo, una época y un problema. Eso sería realmente grave. No diría nada a favor nuestro y no podríamos sentirnos orgullosos de llamarnos artistas nosotros mismos si no hay un compromiso, de cualquier tipo, con este tema”, recordaba Antonio Banderas.
Jonathan Demme basó el guion en el caso real del abogado Goffrey Bowers que demandó a su bufete tras un despido improcedente en 1987, después de que descubrieran que tenía SIDA. Bowers falleció en 1990 tras conseguir ganar el juicio. En la película es Tom Hanks quien interpreta a un abogado que, como Bowers, es despedido no por negligencia profesional como dicen sus jefes, sino por haber contraído la enfermedad. Denzel Washington da vida a su abogado, un personaje que representa en un primer momento todos los prejuicios que gran parte de la sociedad tenía entonces sobre los homosexuales. Sin embargo, cuando empieza a conocer a su defendido, cambiará de forma de pensar y aceptará el caso. A partir de ese momento Philadelphia se convierte en una película de juicios. Y es que la película no es tanto un film que hable sobre la enfermedad en sí misma sino sobre el rechazo y la discriminación que sufrían los homosexuales por entonces en los Estados Unidos.
En un papel secundario nos encontramos con Antonio Banderas, en los comienzos de su aventura americana, dando vida al novio de Tom Hanks. El rodaje se llevó a cabo en la ciudad de Filadelfia, que acabó también dando título a la película. El film se rodó en orden cronológico para que Tom Hanks pudiera irse demacrando a medida que el SIDA va derrotando a su personaje. El actor sacrificó sus rizos y se afeitó la cabeza y adelgazó 15 kilos. “Hizo un sacrificio tremendo. Tenía un médico al lado que le iba diciendo los cacahuetes que tenía que comer” las lechuguitas que podía probar y punto”, recordaba Antonio Banderas. Jonathan Demme eligió a Tom Hanks como protagonista con un claro propósito: acceder a través de él al público al que quería concienciar. “Decían: bueno Tom Hanks está detrás de esto. No me siento atraído a ver una película sobre el SIDA, la gente con SIDA me pone nervioso y no quiero saber nada de eso, pero si Tom Hanks está en el proyecto, merece la pena que vayamos a verla. Creo que fue la principal causa del éxito de la película”, afirmaba el director.
En la producción se contrató también a más de 40 actores y extras que padecían el SIDA como muestra de solidaridad ante esa marginación que sufrían los profesionales enfermos de la que hablábamos antes. Entre ellos estaba el veterano Ron Vawter, que interpreta a uno de los socios del bufete que despide al protagonista. Ron Vawter fallecería cuatro meses después de estrenarse la película. “Luchaba contra el virus cada día y hablaba abiertamente sobre lo que estaba sufriendo. Yo le hacía preguntas y él me explicaba todo lo que iba sintiendo. Se percibía el calor que desprendía por la fiebre, estaba húmedo, sudaba mucho, recuerdo que al abrazarle lo sentía y pensaba, este hombre debe de tener diez grados más que nosotros, tiene fiebre y está luchando contra ella”, rememoraba Tom Hanks.
Cuando se estrenó Philadelphia algunos criticaron la timidez del film que no se atrevió a mostrar escenas de homosexualidad entre los protagonistas. De hecho, en el montaje final se eliminó la única escena de intimidad que había entre Banderas y Tom Hanks, y en la que aparecían hablando en la cama y se besaban. Hanks se mostró de acuerdo con estos cortes porque decía que “como actor me molestaría la atención artificial que probablemente habría conseguido esa escena. Todo habría girado en torno a ¿has visto la escena en la que se besan? ¿hay más, hay sexo?. Esta película tenía mucho más que decir”
En la ceremonia de los Oscar de 1994 Tom Hanks se llevó la estatuilla al mejor actor y la película consiguió otra a la mejor canción con un tema que compuso Bruce Springsteen: Streets of Philadelphia. Aquella noche de los Oscar fue una noche mágica para Antonio Banderas. Tom Hanks le dedicó el premio y él presentó a Bruce Springsteen en la ceremonia. Luego fue a la fiesta de Elton John y allí Steven Spielberg le preguntó si conocía un personaje llamado El Zorro. Gracias a Philadelphia, Banderas consolidó su carrera americana y Tom Hanks, especializado sobre todo en comedias, pudo cambiar de registro y acceder a papeles más dramáticos. Y por supuesto, Philaldelphia rompió definitivamente el tabú que había en torno al SIDA en el cine americano.