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Así son las leyes más restrictivas con los migrantes en Europa

De Hungría a Francia: hacemos un repaso por los países europeos con las leyes más duras en materia de inmigración

Así son las leyes más restrictivas con los migrantes en Europa

Madrid

Termina una semana en la que los socios de la Unión Europea se han puesto de acuerdo, tras meses de negociaciones, en un nuevo pacto migratorio que endurece las condiciones para entrar en suelo comunitario. Bruselas lo plantea como un éxito, aunque el texto, que entrará en vigor en la primera mitad de 2024, presenta algunas medidas muy polémicas. Por ejemplo, permitirá a aquellos países que no quieran acoger migrantes, a no aceptarlos a cambio de pagar 20.000 euros por cada persona que no quieran acoger en su país. Más de 50 ONGs (entre las que figuran Amnistía Internacional, Save the Children, Oxfam o Cáritas) han firmado una carta en la que expresado sus dudas sobre el nuevo pacto.

El nuevo pacto migratorio de la Unión Europea, endurece las medidas de control a la inmigración, una tendencia que se está experimentando en diferentes países europeos desde hace tiempo.

Hungría

Hungría es uno de los países más beligerantes en temas de inmigración. Su política es clara: ningún inmigrante puede entrar. A raíz de la crisis migratoria de 2015, Hungría instaló vallas con concertinas en zonas de la frontera con Serbia y Croacia. Además, los migrantes solo pueden pedir asilo en Hungría, a través de las embajadas húngaras en países vecinos y no comunitarios, es decir, solo se puede pedir asilo en las embajadas húngaras en Ucrania y Serbia.

Peter Szijjarto, ministro de exteriores húngaro, comparecía esta semana ante los medios para cargar contra el pacto migratorio de la Unión Europea, alegando que nadie puede decirles a quién deben dejar entrar en Hungría. Además, ha dicho que no aceptarán ningún castigo por no dejar entrar a los migrantes, en referencia a los 20.000 euros que, según el nuevo pacto, tendrán que pagar los países por los migrantes que rechacen.

Italia

En Italia, Giorgia Meloni llegó al gobierno con el control a la inmigración como uno de sus pilares en campaña. En septiembre, se aprobaron medidas para permitir que los migrantes puedan estar detenidos hasta 18 meses a la espera de ser expulsados, hasta ahora el máximo que podían permanecer retenidos era algo más de cuatro meses.

En noviembre, Meloni firmó un acuerdo con Albania para construir allí centros de recepción de inmigrantes con la intención de enviar fuera del territorio italiano, a los migrantes llegados a Italia por el Mediterráneo. Sin embargo, a principios de diciembre el Tribunal Constitucional albanés, paralizó este acuerdo.

Suecia

La coalición de centro-derecha que gobierna Suecia llegó al poder con el apoyo, desde fuera del gobierno, de la ultraderecha. El pacto firmado incluía 33 puntos para endurecer las leyes de inmigración y asilo.

Entre las normas que ya se están tramitando, se encuentran medidas para dificultar el acceso de los migrantes no europeos a ayudas y subsidios o la obligación de los funcionarios, médicos y profesores incluidos, de denunciar a los inmigrantes sin papeles que se encuentren en el ejercicio de sus funciones.

Francia

Esta semana en Francia, el gobierno de Macron sacó adelante una polémica ley de inmigración con el apoyo de la ultraderecha de Le Pen.

Entre las más de cien medidas que incluye la ley, la más controvertida, es la que endurece las condiciones para que los inmigrantes legales puedan acceder a ayudas a la familia o a la vivienda, teniendo que esperar hasta cinco años para percibir algunas de estas prestaciones. Con esta ley, el gobierno de Macron, acepta el principio ultraderechista de “los franceses primero”.

Polonia

En los últimos años, la política migratoria de Polonia, ha estado alineada con la de la Hungría de Orbán. El partido populista Libertad y Justicia organizó un referéndum antimigratorio, haciéndolo coincidir con las elecciones parlamentarias, con el objetivo de movilizar a su electorado. En él, entre otras cuestiones, se le preguntaba al electorado si "apoyaba la admisión de Inmigrantes ilegales de Oriente próximo y África".

Sin embargo, el 11 de diciembre, el moderado Donald Tusk consiguió los votos suficientes para ser nombrado primer ministro de Polonia. De corte liberal y europeísta, se prevé que en materia de inmigración, Tusk, esté más en sintonía con Bruselas que su antecesor, Mateusz Morawiecki.

Dinamarca

Aunque en Dinamarca gobierna una coalición de centro-izquierda, sus políticas migratorias han seguido una línea bastante restrictiva. Incluso antes que Reino Unido, Dinamarca firmó acuerdos con Ruanda con la intención de enviar al país africano a sus demandantes de asilo a la espera de tener una resolución. Sin embargo, a día de hoy, no se ha ejercido esta medida. Además, el gobierno danés, ha enviado de vuelta a decenas de refugiados sirios alegando que hay zonas de Siria que ya son seguras.

Reino Unido

La medida estrella del gobierno de Boris Johnson fue el acuerdo con Ruanda para enviar a los migrantes y solicitantes de asilo a centros situados en aquel país. Aunque recientemente el tribunal supremo británico ha tumbado esta medida, el primer ministro británico, Rishi Sunat, ha expresado su intención de seguir intentando sacar este mecanismo adelante. Además, el verano pasado, Reino Unido instaló un gran buque con habitaciones para retener allí a los inmigrantes irregulares que están a la espera de ser deportados.

Javier de Lucas, catedrático de filosofía del derecho en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, explica que el motivo del auge de estas medidas tan restrictivas en el continente europeo, es multifactorial y complejo. Apunta a que una de las principales causas puede ser "la utilización de la migración como un argumento electoral y jugar con la simplificación de decir que la migración es una amenaza: ligando la migración con la criminalidad, con la competencia desleal en el mercado laboral o con la pérdida de la calidad en servicios como la sanidad y la educación, etc".

En 2023, han llegado a suelo europeo más de 270.000 personas. Desde la crisis migratoria de 2015 es el año en el que más migrantes han llegado a Europa.