Marta Carazo, tras dejar Bruselas para presentar los informativos de TVE: "Quiero naturalizar el Telediario"

Marta Carazo (Madrid, 1973) va a pasar en apenas unos días de serpentear por los pasillos de las instituciones europeas en Bruselas a presentar uno de los espacios informativos con más historia de nuestra televisión, el Telediario de las nueve de la noche de La Uno de Televisión Española (TVE).

Tras la salida del ente público de su antecesor (y amigo) Carlos Franganillo –que sustituirá a partir de enero a Pedro Piqueras en Telecinco– Carazo ha sido la elegida para ser el rostro visible del TD2, que es como se conoce la edición nocturna del noticiario. 25 años en la televisión avalan su trabajo, si bien reconoce que la decisión no fue fácil de tomar: “Yo tenía en la cabeza quedarme en Bélgica, no venirme. Vengo con mucha ilusión, pero me ha costado y lo he pensado mucho”.

Sobre la competencia feroz por la audiencia, lo tiene claro: “Yo tengo que hacer mi trabajo, Carlos Franganillo el suyo y lo mismo Vicente Vallés”. Y avisa de que centrará todas sus energías en hacerlo bien, a la vez que reivindica el Telediario como un trabajo coral. “Ahora mi responsabilidad es con mis compañeros porque pondré la voz y la cara a todo lo que hacen ellos”, reflexionaba este sábado en la Tertulia de Corresponsales de A vivir.

La excorresponsal aspira a presentar un Telediario apto para todos los espectadores. “Somos una televisión pública y tenemos que someternos al escrutinio y a determinadas normas que a veces no nos gustan a los periodistas”, apunta a cuenta de la información política y de partidos, a veces tan encorsetada. Pero, por otro lado, también reivindica la parte positiva de “contar las cosas despacio”, pues “la gran suerte de la televisión pública es que podemos dedicar espacio y tiempo a contar más sobre algunos temas. Lo vamos a seguir haciendo y, si podemos, lo haremos más”.

La periodista madrileña asegura que estos tres años y medio como corresponsal en Bélgica le han servido para reafirmar su compromiso con el proyecto europeo. Recuerda que lo más desalentador para los periodistas españoles en Bruselas es tener que aparcar la agenda comunitaria para preguntar a los líderes políticos por cuestiones de ámbito nacional: “Es la tragedia española. Estamos muy obsesionados con nuestros propios temas y para mí personalmente es una frustración”. En este sentido, lamenta no haber podido ahondar más como corresponsal en la actualidad belga y escapar del intenso trabajo de corresponsal “en la burbuja europea”.

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Carazo, antes de ser corresponsal, fue presentadora del canal 24Horas y cubrió temas económicos y la información de la Casa Real. Sobre esta última experiencia, recuerda que dejó de hacerlo porque se aburría. “No podía hacer más que directos y nada más”. Aunque sabe que suceden, asegura que nunca recibió “llamadas incómodas” por su forma de informar.

En este sentido, sobre la injerencia del poder político en el ente público, reconoce que ha habido etapas peores que otras, "pero de todos los colores". "En alguna época yo he decidido dejar de firmar informaciones, y ha habido consecuencias, y en otras he podido trabajar con total libertad, pero es algo que no siempre está adscrito al mismo color político”. Por eso defiende la profesionalidad de los trabajadores de TVE que, aunque “sufren muchísimo”, siempre intentan hacerlo bien.

Espera poder cumplir con su objetivo de “naturalizar el Telediario y quitarle toda la rigidez posible”, sin renunciar a “llevarlo a los sitios donde ocurren las cosas” y “contextualizar para que el espectador vea, elija y decida con qué se queda”. Será a partir de un día de enero, aún por determinar, cuando Marta Carazo entre a cenar en las casas de todos los españoles que sintonicen la televisión pública.