Vicios, sesgos y virtudes de la Inteligencia Artificial: "El riesgo no es la IA, el peligro somos los humanos"

"Lo que hemos creado emula nuestra mente. Es algo que trata de entender cómo pensamos, cómo tomamos decisiones", explica el experto en neurociencia Mariano Sigman, que ha publicado 'Artificial' junto al tecnólogo Santiago Bilinkis, en la editorial Debate. El gran cambio llegó hace poco más de un año cuando la Inteligencia Artificial comenzó a hablar y la clave está en la relación que queramos mantener con ese ente, cuentan los autores, un ente que amplifica nuestras capacidades, que se asemeja a nuestro nivel de inteligencia, pero que sentimos como una amenaza. Como reflexiona Sigman, "la IA no es una enemiga, ni es un alien, es un espejo que nos plantea problemas que existen desde hace mucho tiempo como quién es el autor de algo, qué derecho tenemos para usar lo que hemos visto en otras personas, dónde empieza el plagio y dónde la inspiración y cuál es la frontera. Estas preguntas no son nuevas, existen desde siempre pero la IA las vigoriza".

El 80% de la población que tiene acceso a Internet no utiliza la Inteligencia Artificial. Un problema para Sigman y Bilinkis que nos proponen un manual de supervivencia para utilizar la herramienta sin miedo y aprovechando todas las oportunidades que puede ofrecernos. "Es una pena, en este momento cada persona puede tener en su teléfono o en su ordenador, y lo digo entre comillas, una de las personas más inteligentes del planeta, a disposición para acompañarte, para trabajar contigo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que no se cansa, no se aburre y que siempre está de buen humor. Por eso creo que las personas que empiezan a vincularse con las herramientas de la IA van a encontrarse con una cara mucho más amable de la tecnología que la que se imaginan" explica Bilinkis.

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La Inteligencia Artificial plantea problemas éticos y conflictos, como el abierto con los creadores. Lo hemos visto con las huelgas de guionistas y de actores en Hollywood, y que los autores aquí se cuestionan con esta pregunta, qué tienes que haber hecho para considerarte autor de algo. Según Bilinkis "si lo único que le has dado a la máquina es una instrucción para que haga un poema sobre la naturaleza puede ser bonito pero seguro que no te vas a reconocer en el texto que la máquina produzca. Si por el contrario le das instrucciones muy detalladas tu impronta va a estar mucho más marcada".

Conflictos que la regulación podría resolver, pero no solo desde el Estado. Los autores nos proponen una regulación que pase por nosotros mismos, no es un problema entre el hombre y la máquina, explican, sino del hombre frente a si mismo. "La IA tiene riesgos pero es un eufemismo para decir que nosotros tenemos riesgos y en estos días está más claro que nunca", según Sigman, "no necesitamos una IA para destrozarnos a nosotros mismos. Nunca ha sido el caso, que el mundo esté plagado de luz o de oscuridad va a depender de nosotros. Siempre ha sido muy fácil exculparse poniendo en un ente abstracto que no puede defenderse las desgracias de la Humanidad, como diciendo que la IA nos destrozará. No, los que nos destrozaremos seremos nosotros mismos".

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La pregunta es hasta dónde vamos a llegar, si llegará el momento en el que la IA supere al hombre. Según Bilinkis no va a ser un momento concreto, "hay muchas cosas ya que la IA hace mejor que nosotros. Hoy ningún ajedrecista humano puede enfrentarse a una IA y salir victorioso. Pero en otras áreas todavía somos superiores. Es un proceso gradual, la mente humana mejora muy lentamente, la inteligencial mucho más rápido. Por eso, creemos que el libro es importante. En algún período, no se si dos años, cinco años o diez, pero claramente no son 50, va a ser muy difícil realizar ciertas tareas sin la asistencia de la IA. Vamos a empezar a encontrar que la IA nos aumenta, nos permite llegar a lugares que de otro modo no podríamos y si te quedas fuera vas a perderte cosas muy importantes".