Núria Espert y Vicky Peña: "Vivir es estupendo y la vida es cortísima, qué pena que sea tan atroz para más de medio mundo"
Las actrices protagonizan 'La isla del aire', montaje de Mario Gas que adapta la novela de Alejandro Palomas. Una reunión intergeneracional, en la que un grupo de mujeres de una misma familia comparte sus problemas y sus relaciones con los hombres
Núria Espert y Vicky Peña: "Vivir es estupendo y la vida es cortísima, qué pena que sea tan atroz para más de medio mundo"
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La Isla del aire, adaptación teatral de la novela de Alejandro Palomas, nos ha dado la oportunidad de ver sobre los escenarios a dos de las mejores actrices del país juntas, Núria Espert y Vicky Peña. Son madre e hija en esta historia donde un grupo de mujeres de una misma familia y de distintas generaciones se une para hablar de sus vidas, de su pasado, de sus heridas, de su relación con los hombres. Mario Gas es el encargado de este montaje que ha vuelto a subir a los escenarios, a los 88 años, a Núria Espert, y que tras una gira por toda España culmina ahora en Madrid, en el Teatro Español, entidad que celebra 440 años.
La Isla del aire está producida por el Teatro Romea de Barcelona, el mismo en el que Espert debutó cuando tenía solo doce años. Y ahora lo hace de la mano de Mario Gas, quien la dirigió por primera vez el año 1985 cuando montó Salomé. Ambos trabajaron también en Doña Rosita la soltera o Incendios. Ahora Gas dirige esta historia coral interpretada por cinco mujeres: Núria Espert encarna a la matriarca Mencía, en el que puede ser su último papel; Vicky Peña y Teresa Vallicrosa, sus hijas; Claudia Benito y Carmela Serrat, sus nietas, completan la lista de este elenco, que se pone al servicio de una historia intrafamiliar en la que es más importante lo que no se dice, que lo que se explicita.
Núria Espert, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2016, vive con tanta intensidad el teatro que cuando cree que ha hecho una buena función, rejuvenece. "Ha sido una gira sorprendente. Comenzamos sabiendo ya que era un gran espectáculo. Esta obra nos ha regalado un montón de cosas y muchas sorpresas. También la posibilidad de ejercer nuestro arte con compromiso y con dificultades. No es una obra sencilla", dice Espert en una entrevista en la Cadena SER en El Español, momentos antes de que empiece la función. "Hay un factor común de conexión del público con la vivencia que proponen estas mujeres que es aparentemente cotidiana o cercana, porque hasta el final, en realidad, no estallan los conflictos. Y todo esto como un poco doméstico, como la vida de la gente, por eso resulta muy asequible para el público, la reconoce e inmediatamente empatiza", añade Vicky Peña.
"Estar en el Español siempre es un gozo", dice la actriz sobre el regreso a este escenario madrileño. Para Espert cada escenario tiene su personalidad "y esa personalidad influye en nosotros y se forma un tándem. Este es un teatro cálido, que te acepta y te protege". Tras décadas sobre los escenarios, ambas dicen que sienten el nervio de las primeras veces. "Llevamos la función ya muy hecha. Pero siempre, sobre todo los días previos al estreno y las primeras funciones y en gira, que cada vez te encuentras a un público distinto o los días previos al estreno, entra la tensión y el gusanillo que es importantísimo", nos cuenta Vicky Peña. "A pesar de la veteranía hay que tener esa tensión. Es bueno", añade Espert. "Dentro de un rato bajaremos a nuestros camerinos y empezaremos a vestirnos, cambiarnos, peinarnos, empezar a pensar en la función y entonces te empieza a entrar el nervio. La cosa va mal cuando se está demasiado relajado ante la función, por muchas veces que se haya dado. La profesión de actores es muy generosa. También te da oportunidades que muy pocos trabajos, quizá la investigación y la enseñanza, te pueden proporcionar, te ayuda a tomar conciencia. Tenemos mucha suerte".
"Fue un proceso curioso el de los ensayos, porque es una obra que proviene de la de la literatura. Es una adaptación dramática que proviene de una novela. Pero aparte de eso, los personajes tienen un significado casi más por lo que callan que por lo que expresan. Son sus silencios los que resultan más elocuentes, los que nos cuentan más de ellos", comentan las actrices sobre la incomunicación familiar, uno de los temas de la obra. "Cada familia es una historia sola y única, y las historias solas y únicas con gentes que están ahí dentro, forzosamente tienen que crecer o decrecer y de eso dependerá la convivencia", incide Espert sobre por qué la familia es uno de los temas inabarcables en el teatro y la literatura. "La familia es el primer microcosmos en el que el ser humano se produce y se desarrolla. Y yendo más allá de lo que es nuestra función, y viendo, viviendo y sintiendo como individuos el el horror, la pena, la desolación que están viviendo estas estos seres humanos, un dolor atroz".
Para Vicky Peña resulta imposible hablar de la familia y no acordarse de todas aquellas familias rotas en Gaza tras los bombardeos. "Es insoportable, como padres, como madres, como abuelos, estar viendo lo que está pasando. Saber que tus hijos, tus nietos, no van a poder vivir en un mundo de paz o incluso ni vivir. Es muy tremendo. La familia también es un un órgano que late y que permite crecer o que a veces constriñe, pero es un organismo. Y lo que están viviendo las familias ahora en Palestina y en Gaza en concreto, a mí me produce un dolor y una desolación que no puedo explicar. No alcanzo a comprender cómo se puede estar actuando y viendo esto sin sin tomar medidas".
Frente a las atrocidades, ambas coinciden en que el teatro debe hacer su labor. "Nos ayuda a cambiarnos a nosotras mismas, ya desde la infancia. Hay dos caminos, el de la violencia y el de la cultura. Tenemos la suerte de haber tomado el camino adecuando", reflexiona Núria Espert sobre su profesión. "Hay otros que se dedican al belicismo, a invadir, a expoliar, a colonizar, a destrozar y en cambio, la cultura, desde el tiempo de los griegos, está poniendo el foco en el conflicto, el dedo en la llaga, el ojo en en el problema del ser humano. Y así y reflexionando, haciendo reflexionar, podemos, a través del diálogo, a través de vernos en un espejo que nos ofrece el teatro, podemos llegar a modificar mínimamente estos comportamientos violentos". Es algo que reflejan las comedias griegas que siguen teniendo vigencia. "La verdad es que hemos cambiado muy, muy poco, porque siguen teniendo mucha vigencia, pero menos mal que están ahí para hacer ver a algunas personas que ese otro camino existe", concluye Vicky Peña.