El reloj de la Puerta del Sol, preparado para dar la bienvenida a 2024

Madrid

Millones de españoles estarán hoy pendientes del reloj de la Puerta del Sol. Que su maquinaria funcione correctamente es, sobre todo para los más supersticiosos, clave para empezar el año con buen pie. Los tres relojeros de la Casa Losada se han encargado durante los últimos 365 días de mantener el preciso mecanismo que da lugar a las campanadas.

"Llevo 27 años sin tomar las uvas pero no soy supersticioso", dice el relojero Jesús López Terradas, que nos recibe en la cúpula donde se alberga el reloj. Para llegar hasta él hay que subir 43 peldaños de una empinada y estrecha escalera de caracol. Entre esas cuatro paredes encontramos el engranaje que permite dar la hora con precisión y, sobre todo, las campanadas de fin de año.

El reloj lleva 157 años en Madrid, fue un regalo del relojero José Rodríguez Losada a la Villa de Madrid. Se inauguró el 19 de noviembre de 1866, coincidiendo con el cumpleaños de la entonces reina Isabel II. "Es antiguo pero la posibilidad de que falle es mínima", dice López Terradas, que se turna con sus otros dos compañeros para revisar cada semana el mecanismo. "Subimos las pesas para que no se pare el reloj, limpiamos, engrasamos. Sería una faena que justo se parase a las 12 de la noche", bromea.

Primero los cuartos, luego las uvas

Como siempre hay despistados que se hacen un lío con las campanadas, los relojeros de Sol se encargan de recordar el paso a paso. Cuando faltan 28 segundos para las 00:00 baja el carrillón y cuando quedan 20 segundos para la medianoche suenan los cuartos. A dos segundos de las 00:00 es cuando de verdad empiezan las campanadas y cuando realmente se deben comer las uvas. Es importante no adelantarse y, sobre todo, no atragantarse.