La mañana final

Madrid

Pues ya está.

Vigo ya ha lanzado sus poderosas señales lumínicas hacia galaxias lejanas, ya nos hemos gastado lo que no teníamos, ya hemos celebrado un cambio de página en el calendario gregoriano, ya hemos disfrutado de las tradicionales aglomeraciones y ya tenemos los hospitales llenos por la gripe y el covid.

Apenas nos queda empapuzarnos de roscón para completar con éxito el maratón navideño de cada año.

Ahora vienen los días grises, los propósitos incumplidos, las deudas y, en fin, eso que llamamos la cuesta de enero.

Pero no nos precipitemos, que para la realidad siempre hay tiempo. Hoy es una mañana mágica. No hay otra mañana como la del día de Reyes. Hay quien cree que hoy los adultos volvemos a ser niños, pero a mí me parece que es al revés: los Reyes Magos convierten a los niños en adultos.

Hoy los niños aprenden que de ilusión también se vive. Aprenden a no preguntar demasiado, a creer en cosas inverosímiles, a aceptar que los Reyes o la vida no siempre nos traen lo que pedíamos y a disfrutar de lo que hay, aunque no sea lo que realmente deseamos.

Me llamo Enric González. Pásenlo bien hoy y no lo pasen demasiado mal en los días que vienen.