Mal sabor de boca

Madrid

Al final, es curioso que de los tres decretos leyes enviados por el Gobierno al Congreso, el único que ha sido claramente rechazado lo ha sido por la negativa de Podemos a apoyar las propuestas del ministerio de Trabajo y de Yolanda Díaz sobre el subsidio de desempleo. El decreto ómnibus, que permite acceder al fondo europeo, salió adelante por los pelos y el tercero, el llamado anticrisis, con la subida de las pensiones, iva reducido, etc, exigió nuevas votaciones tras un empate inicial. Sea como sea, lo que importa no es solo el resultado de la votación, sino la imagen de debilidad que ofreció el Gobierno, acogotado hasta el último minuto por sus socios, especialmente Junts, que se paseó por la cámara tirando de la cuerda que les tiene colocada en el cuello. Para ser la primera cita importante del Gobierno en el Parlamento, no pudo dejar peor sabor de boca. Mucho tendrá que esforzarse el presidente Pedro Sánchez, en cambiar esa desagradable impresión de fragilidad. Tal vez sería una buena idea dejar de enviar al Parlamento decretos leyes interminables, donde se acumulan propuestas de su padre y de su madre. Quizás llevando al Congreso proyectos de ley que exijan un debate serio, se podría recuperar algo del sentido político y dejar que los ciudadanos vean las negociaciones a través de enmiendas y no de tirones de cuerda.