"Son niños diciéndole a otros niños qué hacer": una dermatóloga avisa del peligro de la publicidad de belleza en redes sociales

"No hablamos del miedo a la muerte, pero sí el miedo a la vejez", afirma la periodista Marta Fernández. Y es que un estudio de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética ha revelado que el pasado 2022 la industria cosmética creció un 11,3%. Además, nuestro país se ha coronado en el gasto por persona. Hemos pasado de invertir 170 euros a 185 euros en solo tres años. Y todo apunta a que las redes sociales es el principal precursor de este hábito que se ha convertido en un esencial de nuestra rutina. El Skincare es un apartado más entre los videos de los influencers que muestran cómo conseguir una piel sin imperfecciones 'como las suyas'.

Los expertos alertan de que los productos anti-edad son cada vez más utilizados de forma prematura entre jóvenes que todavía no han desarrollado. "Las cremas son necesarias según tus necesidades. No hace falta que las niñas hagan rutinas de muchos pasos o que utilicen sérums anti-edad", explica Cristina García Millán, responsable de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Grupo Pedro Jaén.

Para la dermatóloga sí hay un aspecto positivo, y es que este interés en el cuidado de la piel hace que dejen atrás malos hábitos como no lavarse la cara o rechazar el protector solar. Pero deberíamos entender porqué llegan a estas decisiones, ya que las inseguridades son normales: "No hay que culpabilizarlos, deberíamos meternos en su piel, pero siempre guiarlos por un camino con las necesidades de su piel", afirma García Millán.

Además, no solo imitan los comportamientos que ven en las redes sociales, ya que si ven en sus propios hogares cómo sus padres utilizan miles de productos querrán probarlos por ellos mismos. Lo único, es que hay que hacerlos entender que no todas las pieles tienen las mismas necesidades y siendo tan jóvenes no necesitan utilizar tantos cosméticos, explica la dermatóloga.

Actualmente no hay ninguna ley que regule la venta de skincare a menores de edad, a pesar de que algunos productos pueden ser abrasivos por su factor químico. En el etiquetado de los artículos solo se hace referencia a los cuidados y las formas de uso, pero la dermatóloga comenta que debería de señalarse también la edad para la que está recomendado.