Tiger Woods ha roto uno de los contratos más rentables de su historia: su alianza con Nike y ha abierto la caja de Pandora. Y abre una pregunta y es si algunas marcas están mejor sin contratos tan abultados porque Nike se hundía en bolsa antes del anuncio el 8 de enero y desde entonces se está recuperando. Nike ha sido el patrocinador de Tiger Woods durante 27 años. Cuando Woods accedió a la categoría profesional, en 1996, con aquella frase de «hola mundo». Y revolucionando el deporte blanco por excelencia, Woods recibió el mayor contrato de patrocinio deportivo de la historia: 100 millones de dólares anuales. Se diseñó para él un polo rojo con el símbolo de Nike y la marca estuvo con él incluso en los peores momentos de sus escándalos personales. Woods tiene 1,100 millones de dólares de patrimonio. El contrato de Nike le ha pagado 500, casi la mitad. Pero la pregunta no es si esto es rentable para los atletas, sino si lo es para las marcas. Nike dejó de fabricar artículos de golf en 2017, con caídas de ingresos en esa división del 18% cada año. Nike ingresó 579 millones del golf de una facturación total de 34.300 millones, apenas el 1,6% del total. Así que el divorcio con Woods ahora plantea una pregunta: ¿Cuándo tanto dinero es demasiado dinero? De momento, el divorcio es ya público y ninguna marca ha firmado todavía con el deportista un nuevo contrato de patrocinio.