Amnistía, otro paso
Los que no hayan atacado a la libertad y derechos de las personas, aunque hayan planificado altercados o fabricado cócteles molotov, podrán volver a vivir normalmente

El análisis de Xavier Vidal-Folch | Amnistía, otro paso
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Madrid
Este asunto de la amnistía no es sencillo. No lo es políticamente. Ni tampoco jurídicamente. Hoy se ha dado un paso hacia adelante que podría simplificar las cosas. Socialistas y nacionalistas han pactado que queden acogidos a la medida de gracia todos aquellos acusados incluso de terrorismo si no hubo “intención directa” de provocar “violaciones grave de los derechos humanos”: esta fórmula, aunque es compleja, tiene dos ventajas.
Una, que trata de sintonizar con el derecho internacional respecto de este asunto. Y otra, que puede ahuyentar la “querencia” digamos militante de algunos jueces: esos que más que árbitros fríos y neutrales parecen actuar como verdugos, que los hay, aunque sean una minoría ínfima, en número y en nivel ético.
Si lo entendemos bien, se trata de que quienes hubieran cometido delitos de sangre o parecidos, no podrán acogerse a la amnistía. Es correcto. Y además, el procés fue en general pacífico, o sea que en esto poca polémica podrá haber. Los que no hayan atacado a la libertad y derechos de las personas, aunque hayan planificado altercados o fabricado cócteles molotov, podrán volver a vivir normalmente. ¿Es sensato o no, aunque sea incómodo? Ustedes juzgan.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




