"La vocación se utiliza para exigir más y no reestructurar el trabajo": una psicóloga deja su empleo por las precarias condiciones con las que trabaja el sistema público

Madrid

La población española ha asistido durante los últimos años al empeoramiento de su salud mental, y los psicólogos llevan tiempo advirtiendo de las largas listas de espera, no solo en los profesionales que se ven desbordados frente a la alta demanda, sino en los propios pacientes, que tienen que esperar meses a que les atiendan.

"En las tres últimas semanas, me ha pasado tres veces": cómo decirles a tus pacientes que se han confundido, que su cita es para ese día pero de 2024

Esta es la realidad que están viviendo muchos pacientes y facultativos. Marina Carretero es psicóloga clínica en un centro público de Salud Mental en el sureste de Madrid y el pasado viernes lanzaba el siguiente mensaje en X:

"Debido a la imposibilidad de ejercer mi profesión con un MÍNIMO de calidad, con lista de espera de 15 meses y demora intercesiones de 12-13 semanas, vulnerando así el derecho de todo paciente de acceso a tratamientos necesarios, he cesado mi contrato en mi lugar de trabajo. #SaludMental"

El pasado 16 de octubre hablamos con ella porque en esta misma red social denunciaba las condiciones laborales en las que estaban trabajando. En él decía que a menudo tenía que salir a la sala de espera a explicar a algún paciente que, en efecto, tenía cita para ese día, pongamos para el 23 de octubre, pero que era el 23 de octubre del año que viene, en 2024. Desolador.

Hemos invitado a Marina Carretero que nos decía "he recibido muchos mensajes de pacientes diciendo que no le extraña que lo dejara, no hay manera. Y es que los pacientes son muy conscientes de cómo estamos. Son los primeros que lo sufren".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

España, de los países europeos con menos psicólogos por habitante

Los datos reflejan esta preocupante situación: España tiene seis psicólogos clínicos por 100.000 habitantes en la red pública, tres veces menos que la media europea. En Madrid, conocimos ayer la denuncia de la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica por la falta de psicólogos en muchos hospitales. En concreto, uno de cada tres hospitales públicos no tiene psicólogos clínicos.

Carretero nos contaba que "en su centro de salud mental eran dos, y en su área eran 4 para una población de 210 mil habitantes". Tras dimitir ella y otra compañera, todavía no han llamado a ningún profesional para la sustitución.

"Es una decisión muy meditada porque lo he intentado todo. He trasladado las circunstancias en las que estamos trabajando. No podemos hacer tratamientos de salud mental en estas condiciones. La defensa de la profesión empieza en cada uno, y después de luchar muchísimo el cambio sin ver resultado, era lo coherente y honesto".

Carles Francino decía que la psicología es una profesión de vacación a lo que Marina apuntaba: "Es verdad, pero la vocación es el arma que se utiliza muchas veces para pedir y exigir más, más y más a los profesionales sanitarios, en este caso; en vez de reestructurar el trabajo".

Marina lleva más de 10 años ejerciendo de psicóloga, a pesar de esto "no me he desamorado de mi trabajo, si no de las condiciones de las que se ejercen mi trabajo en algunos dispositivos". Y nos confesaba que "es la primera vez que ceso voluntariamente. Esto no quiere decir que me aparte si no que busco un lugar nuevo donde haya mayor humanización de los pacientes y de los profesionales, donde las condiciones sean mejores para todos".

"Es muy difícil establecer un vínculo con cita cada tres meses"

Después de la pandemia todo ha empeorado. Marina Carretero decía "veo de 7 y 8 pacientes al día con unos 40 minutos de consulta. Parece que no está mal, si no fuera cada tres meses".

"Nosotros trabajamos con el vínculo terapéutico y es muy difícil establecer un vínculo con una cita cada tres meses. Creo que el sistema público hay grandes profesionales, y conseguimos ayudar a las personas con lo que el sistema nos ofrece". La psicóloga asegura que no es su intención abandonar el sistema público.

Como explica, el sistema te empuja hacia dos caminos. "Uno es intentar adelantar citas, buscar cada hueco atende en situaciones de crisis y de emergencia fuera de las citas que tienes en el día, y es difícil no enfermar como profesional. O adaptarte a las condiciones del sistema y decir, lo siento, te veo en tres meses y me da igual. Y a mí lo que me daba miedo era convertirme y adaptarme así y perder lo que creo que da valor a mi profesión".

Hacen falta más profesionales

Marina apuntaba las necesidades: "Es necesario doblar el número de plazas PIR. Crear los huecos de los especialistas y luego servicios propios de psicología propia". Y ponía esta comparación: "Todos nos llevaríamos las manos a a cabeza si a ti te diagnostican un cáncer y el oncólogo te dice necesitas quimioterapia semanal, pero te va a citar cada tres meses porque no hay suficiente para todos y hay muchas personas enfermas".

Qué debía haber tenido para no irse, lo dice claro: "No atender a pacientes que tiene que esperar 15 meses, poder valorar cada persona y determinar cada cuando necesita esa persona acudir a consulta". Hay pacientes que a pesar de solo se le pueda ver dentro de un año, van a la consulta. Hay una media de 33% de absentismo de gente que no acude a primera consulta y no cancela citas porque fue derivada hace un año.